miércoles, agosto 28, 2013

Sube a nacer conmigo, hermano

 
En la fotografía de  Ricardo Cuadros, el poeta Oliver Welden

Tres poemas de Rolando Gabrielli en traducción de Oliver Welden

 No me muestres el espejo/ abramos la puerta a Oliver Welden/ poeta de dos y tres mundos

Las tradiciones no pasan ni vuelven, permanecen, y Welden pudo vivir en el profundo Missouri, en el Mediterràneo, en la dulce Escandinavia o Arica,  si el tiempo se redujera  a un grano de arena  en la memoria. Son pasos, en verdad, pasos que damos sobre un puente imaginario los días posibles  y uno también pasa, se sucede asimismo. Pero Oliver ha vuelto y trae sus razones, poesía en lengua franca, sin frontera, como si febrero no tuviera fecha y en el verso nerudiano nos dice con su presencia: Sube a nacer conmigo, hermano. La poesía siempre trae ojos nuevos o no es poesía.
El tiempo también es una línea en el poema y todas las palabras pudieran estar contenidas en un poema que el tiempo va repitiendo. La musa se hace eco con sus campanas y la distancia ya es el eco de  sus palabras.
 

En la perfección de las alas

vuela la muerte.

El cuerpo asciende

en silencio

un último peldaño.

Aire o tierra,

polvo, polvo.


In the perfection of wings

flies death.

The body ascends

silently

one last step.

Air or earth,

dust, dust.

 

 

La casa se ha quedado sola,

sorda, sin ojos, vacía

y yo estoy adentro,

viendo caer una lluvia intensa,

que me borra.

 

The house is now alone,

deaf, sightless, empty,

and I´m inside

watching the pouring rain

wipe me out.

 
En el orden digital de los días,

¿alguien preguntó por mí?,

que yo sepa, no.

¿Quién necesita más palabras?

In the digital order of the days,

did someone ask about me?

Not that I know of.

Who needs more words?