sábado, marzo 04, 2006

BELLI, EL NERUDA IBEROAMERICANO 2006


Carlos Germán Belli, poeta peruano, acaba de obtener el Premio Iberoamericano Pablo Neruda, que otorga Chile anualmente, en homenaje al autor sureño de Residencia en la Tierra. Belli, es autor de una coherente, continua y original obra poética, iniciada hace casi medio siglo, donde destacan libros como, El pie sobre el cuello (1964), Sextinas y otros poemas (1970), El buen mudar (1987), Salve, spes (2000) Oh, Ada cibernética y En las hospitalarias estrofas (2001), En alabanza del bolo alimenticio (México, 1979), Asir la forma que se va (Lima, 1979), Boda de la pluma y la letra (Madrid, 1985). El jurado internacional, un jurado presidido por el ministro de cultura chileno José Weinstein eintegrado por el argentino Juan Gelman, la mexicana Margo Glantz y el chileno, Pedro Lastra, privilegió unánimemente la obra de Belli por sobre Nicanor Parra y Gonzalo Rojas, dos poetas chilenos y candidatos favoritos al lauro nerudiano. En buen chileno, diríamos que se quedaron con los crespos hechos los famosos y laureados Rojas y Parra, candidatos al premio Nobel de Literatura.
La Sextina y Otros poemas, es un libro que me trae muchos recuerdos porque fue la primera nota de crítica literaria que edité en mi vida, en la revista chilena Cormorán, por encargo del poeta Enrique Lihn. Carlos Germán Belli es un poeta excepcional en nuestra América, raro, mezcla juglar de la tradición, clásico de cuño, barroco de sí mismo, un facedor (hacedor) de poemas que le arrancan la cabeza al león de la poesía en su misma selva, maraña del lenguaje que el poeta nos descifra. No es un desconocido, sí un poeta oculto y de culto, detrás del espejo mirándonos.
Por eso no me sorprenden sus recientes premios, como el José María Euguren 2004, que desconocía, que otorgan en Nueva York. Cosas veredes, Sancho. Belli es un poeta culto que cultiva la palabra, la tradición, que moderniza el viejo y aparentemente gastado verbo y trabaja la sonoridad, el ritmo, una poesía que de vieja hace nueva con su propio lenguaje. Oscar Hahn y Pedro Lastra, poeta y profesores universitarios chilenos en Estados Unidos, formaron parte del jurado, que en justicia premio a Belli con su libro La miscelánea íntima. Ambos académicos chilenos conocen muy bien el oficio, a Belli, la poesía peruana y Hahn, en su propia tradición, es un pariente de Carlos Germán Belli, sin duda. Isaac Goldemberg y Miguel Angel Zapata conformaron parte del jurado del premio de Poesía José María Eguren, que Belli recibió en Nueva York en el Instituto Peruano de Cultura de esa ciudad, el cual lo patrocina. Si bien no conocemos poema alguno de esta nueva entrega de Belli, no dudamos de su oficio, originalidad, búsqueda permanente, trabajo de lenguaje, humor, la palabra detrás de la palabra. El jurado se pronunció de esta manera: “Un libro raro que mezcla la tradición y la modernidad en un contexto distinto: su fervor consiste en la resistencia de la lengua ante el arrebato del tiempo y la memoria, y su dificultad deviene en una transparencia gratificante, justamente en estos tiempos de falsas oscuridades y desarmonías”. Belli es un poeta de métricas, verso ajustado, el mismo se califica de un experimentador de endecasílabos y alejandrinos que se repite hace 40 años. Su oficio e inspiración, nos dice del amor familiar, el amor a secas, cierta angustia, mis experiencias burocráticas como empleado del Senado peruano, la obligación de trabajar en dos o tres oficios a la vez. La escritura fue una suerte de catarsis. El poeta, autor de Oh, Hada Cibernética, una palabra que descubrió en los diarios en los sesenta y se enamoró de ella, tras la revolución tecnológica, mientras América latina era un horno social.
Más cerca de la alquimia, reconoce, que la química, aunque vivió con su padre farmacéutico esa experiencia. Considera que pernocta con su propia intimidad, esa voz interior que todos tenemos y el poeta suele recrear en la palabra, el poema. Estos versos, que incluimos de su libro premiado, ya publicado, La Miscelánea intima, nos recuerdan al poeta chileno Jorge Teillier: "Sólo es mío/ el país que se halla en mi alma./Entré sin pasaporte /como en mi casa". El poeta dueño de nada, sólo de sí mismo, sus palabras. La nostalgia adivinada en el futuro que es pasado. Poeta de la búsqueda Belli, en la tradición de abrirse paso con el lenguaje en la sociedad, nos dice que: creo que con los medios con que aún nos expresamos hoy, o con los medios tecnológicos conocidos o por conocerse, habrá siempre personas sensibles que darán cuenta de las nuevas realidades o los nuevos mitos. Ese es su trabajo, un hombre de la tradición poética en la modernidad. Heredero de Rubén Darío en la rica poética peruana. "Estoy identificado con la tradición poética peruana que empieza con nuestra renacentista Amarilis, se prolonga con el modernista Manuel González Prada, y en el siglo XX se profundiza con la pléyade antes citada, a la que me permitiría incorporar a Martín Adán. En relación al parnaso español, alguna vez quisiera escribir como Francisco de Medrano o como los de la Generación del 27. Desde luego, esto es pedir muchísimo, y decirlo por añadidura resulta una cosa digna de un naif. ” Deudor también del surrealismo, pero en su propia línea, asimila ismos, vanguardias, las convierte en la modernidad asfixiante de su humor negro, de época. Belli, que se ha apartado del poeta de todos los tiempos de Pedrú, César Vallejo, como Nicanor Parra lo hizo de Neruda, para sobrevivir en su propia palabra.

LOS ENGRANAJES
A Enrique Molina
Por ningún lado puedo mirar aúnlos modales del engranaje finos,aunque más día y noche aquí los busque entre miles de máquinas flamantes, que la fábrica cada rato engendra por aligerar el trajín del globo; mas en vano ya fuera si acaso descubriera acá en la vida el perfecto engranaje codiciado, tarde sería para ensamblar todo, que como piezas sueltas,del cuerpo y alma cuánto quedaría. Estas grandes máquinas ya dos siglos sus invenciones nunca ceder quieren, ocultando a los austros celosísimas la cerúlea mecánica que giracada sin fín tornillo del planeta,bien de hierro inoxidable, bien de carne; y a quién elegirán éstas que esquivas son hasta la muerte, más que vírgenes bellas pudorosas, guardando bajo tutelares níqueles el pubis del piñón, que no engrana con desdentada rueda.
Así me paso día y noche siempre, tentando por doquier de coronarlos actos cotidianos intrincados,y alguna vez en el mundano vientrede un simple mecanismo entrar feliz para alimentar yo también al globo; y si andando los años, las tuercas mías no embragaren nada, cómo quedaré, ¡ay Dios!, desconectado, más mísero que bruto, piedra, planta, quienes ufanos viven, cada cual cuán seguros en sus reinos.Ya poquito siquiera engargan tarmea la invisible rueda de los astros, al fin a la par del tornillo aquel, que nace, vive y muere inoxidable, suavemente cual amarilla seda, por ordenanza de los cielos ciega; pues soy acá cuán célibe, aguardando que algún herrero engraneun borde mío al hemisferio ajeno, para que vuele, corra o nade al fin, entornillado yo al aire, tierra o aguas. Así sea.


POEMA
Nuestro amor no está en nuestros respectivos y castos genitales, nuestro amor tampoco en nuestra boca, ni en las manos: odo nuestro amor guárdase en un pálpito ajo la sangre pura de los ojos. i amor, tu amor esperan que la muertes e robe los huesos, el diente y la uña, esperan que en el valle solamente tus ojos y mis ojos queden juntos, mirándose ya fuera de sus órbitas, más bien como dos astros, como uno.

EL AVISO LAS SEÑALES
Yo espero una bengala de avisotantas veces he escrito la clave en un papel la he grabado sobre un grano de arena con la fuerza del hambre iluminado por un haz de luzcomo cuando cruza un navío delante de los acantilados o se incendia de repente la carpa del circo en la noche oscura cuando arrojan a las tribus antiguas hacia las alamedas de yacimientos de hulla y los tigres inclinados al borde de los estanques electrizan con su piellos menudos ojos de los peces es así que yo espero un silbido de aviso entre arroyos con mimbre y la opulencia de una hilera de mesas de nochey o te busco en todos los rincones con una fogata para alumbrar los vidrios y ver las señales mágicas de tu vaho cuando no te dejan cruzar el umbral del puente de mi río o no me dejan seguir en los caminoslas líneas secretas de las rocas de tu valle
. Rolando Gabrielli©2006

Oscuro no es

Oscuro no es
el poema,
sino la sombra ciega,
la luz con que la palabra
juega.
Rolando Gabrielli©2006

jueves, marzo 02, 2006

CINEBLOGUEANDO...La burbuja de los oscares


Marzo es el mes de los Oscares y el domingo será un día de película global para Hollywood, desde el Teatro Kodak, sede del mayor evento anual de la cinematografía estadounidense. Cada año una sorpresa, algo anunciada, con enigmas, suspenso, pero un show cuyos resultados se van perfilando mucho antes de la ceremonia oficial. La Academia tiene un libreto previamente organizado.
Este año la gran estrella será la Coca Cola Blak, y en los primeros 30 segundos de su comercial, dejará una nueva sensación, el placer de la mezcla del café con una nueva bebida, en 35 millones de norteamericanos y otros tantos alrededor del mundo. Un híbrido en el centro de Hollywood, con todas las de ganar el Oscar del consumo. 30 segundos, 1.7 millones de dólares, impacto total. Se deslizará Coca Cola Blak por la gloriosa mágica alfombra roja del Kodak Theatre. Aparecerá en pantalla Coca Cola Blak en total tres minutos y 45 segundos. Suficientes para rodar su propia película en la psicología nacional del consumo. ¿Serán afortunados los que tengan en sus manos una cada día? Cuando éramos estudiantes universiatrios, ya habíamos inventado la Coca Cola Blak, porque para pasar la noche en vela, tomábamos Coca Cola con café. ¿Cómo no se les ocurrió antes, me preguntó, algunas décadas depùés? La Academia señaló el camino publicitario de este año al batir el récord en millones de dólares que no ha revelado aún. Son 15 grandes anunciantes en los oscares y en esta 78ava. edición, también American Express estrenará su comercial. No hay anuncios de cine, la gran paradoja del evento o simplemente no se cuenta dinero en la casa del banquero. Es el año de Brokeback Mountain y Capote, entre otros filmes ya exhibidos en la con algún éxito de taquilla, aunque Hollywood ha visto mermar estos años la presencia a las salas de cine. Los organizadores de esta premiación decidieron restaurar el Teatro Kodak y abandonar la tecnología, por una visión retro, antigua. Roy Christopher, el antiguo diseñador escenográfico de los oscares, hizo el gran cambio al pasado, al antiguo esplendor de Hollywood, la época dorada. Un telón del ayer de los ayeres, para un siglo XXI lleno de efectos especiales. El viejo paraíso de la meca del cine en Los Ángeles, espera a Brokeback Mountain (8 nominaciones), Crash y Good Night, and Good Luck, (seis candidaturas cada una). El Oscar a la Mejor Banda Sonora, compiten un candidato español, Alberto Iglesias, y un argentino, Gustavo Santaolalla. Iglesias fue seleccionado por su trabajo en The Constant Gardener y Santaolalla por el suyo en Brokeback Mountain. Además los mexicanos Rodrigo Prieto y Emmanuel Lubezki aspiran al Oscar en la categoría de mejor director de fotografía por su trabajo en Brokeback Mountain y The New World, respectivamente. Munich, está nominada también entre las cinco mejor películas. La suerte ya está echada. El libreto detrás del libreto, en la pantalla del èxito, la jornada de la burbuja de Hollywood, la fiesta Ópera Prima, dorada del celuloide, a punto de estallar frente al teatro retro. ¿Todo tiempo pasado fue mejor? ¿Hollywood no es sólo futuro? ¿Los oscares son una burbuja? Publicidad, divino tesoro
. Rolando Gabrielli©2006

Sésamo


Sésamo: ábrete
o ciérrate.
La larva se hizo mariposa.
El tiempo vuela.
Rolando Gabrielli©2006

Qué estás leyendo?


Qué estás leyendo, me preguntó hace un par de días? Buena pregunta. Además, pensé, de lo que escribo, diarios, correos, el vicio heroico de la poesía y tu corazón gitano indescifrable. Leo las estrellas, la mano del viento Sur, los crucigramas que alguien me escribe y borra. Leo el silencio de las palabras que no diré. Salí del paréntesis y respondí: Sergio Pitol, Los Mejores Cuentos. No se ahondó màs en el tema, y decidí escribir una nota.
En el extenso prólogo-presentación, el escritor español Enrique Vila -Matas, devela la escritura lúdica, personalidad de Pitol, y se mimetiza con el autor, a quien califica de amigo y maestro. Son 38 páginas de pitoladicción, desde su pimer encuentro iniciático en Varsovia, Polonia, agosto del 73, hasta el inicio de este prólogo en sus primeras palabras: Sergio Pitol está durmiendo en estos momentos en su casa en Xalapa.
En ese encuentro polaco, que se prolongó un mes, cuando el destino era Alejandría, Egipto, Vila _Matas, nos aproxima a este sorprendente narrador mexicano, Premio Juan Rulfo y Cervantes.
Xalapa, significa en el lugar del manantial sobre la arena, donde Pitol sigue soñando con sus vivos y muertos, la frágil frontera de la realidad.
Pitol fue diplomático en los paìses de Europa del Este y París, lector feroz, traductor y de un humor contagioso, muy superior al de los funcionarios que debió acompañar, me imagino en esas largas sesiones donde es difícil ubicar las cosas que no sea en el silencio o detrás de la pared. Había leído la Mujer en el espejo, de Vila-Matas, su primer libro asesino, como lo califica, porque no tiene puntos ni comas, asfixiante, agrega y considera que su amigo Pitol sobrevivió a la hazaña de esa infame lectura intoxicante. Pitol, no se quedaba atrás, y lo presentaba a sus alumnos como un hijo que veía de Barcelona. Pero a la casa del diplomático azteca, también venía como visitante un hijo natural de Lenin, que hablaba muy bien el español con claro acento mexicano, porque había pasado un verano en Cuernavaca. El hijo de Lenin, describía lugares que no conocía, y sólo a los 12 años se enteró de quien era su padre. Narra Vila-Matas, que después agobiado por el peso de la historia, necesitó huir y ahí fue cuando aprendió a hablar español con acento mexicano. El hijo de Lenin resulto ser un hábil conferenciante y el éxito de sus palabras consistía no buscar una explicación tradicional a las respuestas que esperaban las personas. La libertad, por ejemplo, no existe, les decía a unos presos. En un centro de sordomudos, acotaba que el poder de la palabra es puro engaño, una falacia total. El hijo de Lenin, le dijo un día Vila-Matas, que el don de la palabra había perdido a su padre. Sólo cuando dejó Varsovia, en el aeropuerto, supo que el hijo de Lenin no era más que un invento ficcional de Pitol. Los personajes reales pueden llegar a convertire en cuentos, fue la lección del mexicano, según el escritor español. Ya su maestro le había sugerido sobre el hijo natural de Lenin, a quien le negaba ser miembro del KGB, como creía Vilas-Matas, que ocurre que " parece un personaje salido de un cuento sencillo, pero es sólo en apariencia un cuento sencillo." También los personajes de Chejov parecen sencillos y sin embargo no lo son, redondeó Pitol. Para Vila-Matas, esa frase le hizo pensar por primera vez que él podría escribir un cuento.
La narrativa de Pitol, resulta que dicen sus amigos escritores, Villoro y Vila-Matas, no busca aclarar sino distorsionar lo que mira. Y fue en Varsovia nuevamente, en un café, que surgió una nueva historia. El objeto de la acción literaria, el viaje ficcional, fueron las tres personas que conversaban en la mesa de al lado. Comenzaron por asignarles un rol a cada uno. Pitol, cuenta Vilas-Matas, de pronto se fugó en su propia fábula y considerar que el trío
era mexicano además de representar uno al maestro, alumno y su esposa. La fabulación contuò en el trío de la mesa de Pitol, diciendo que el maestro era un escritor cuya literatura se frustró por haberse casado y para vivir publicaba cualquier cosa. El joven era su discípulo y el viejo escritor veía en él su propio espejo del fracaso. El maestro intentaría de persuadirlo intentando crear inumerables problemas entre la pareja. Cuando la historia parecía llegar a su final, relata Vila-Matas, la mesa de al lado los sorprendió más allá de la ficción. Oigan, dijo el supuesto maestro, "quiero decirles que no estamos sordos, que lo hemos oído todo perfectamente. Les felicito por haber sabido divertirse tanto con nosotros". Pitol negó que los personajes fueran mexicanos. Dijo, son bolivianos.
Después de relatar unas búsquedas domiciliarias frustradas del sitio de nacimiento de Proust y de una librería, Vila-Matas sigue mezclando los encuentros con Pitol y su vida literaria, narrando la personalidad literaria del autor mexicano. Lo compara con los españoles exitosos de su época, faltos de ética, soberbios, engreidos en su mayoría, acusa. "Sólo pueden ser generosos aquellos escritores que, dentro de su humildad kafkiana, advierte Vila-Matas, pero conocedores de su sosegado y suficiente talante de hombres de letras, no temen que nadie pueda hacerles sombra. Eso, reafirma, los hace desprendidos. Su literatura no depende de lo que hagan los otros, sino lo que escriban ellos. Saben que no serán peores ni mejores porque escriban cosas infames o sobresalientes." Una verdad absoluta, pero no sólo arrastra a esos escritores que él denuncia, sino a muchos otros, a veces, a una gran mayoría, más aún en la actualidad, azuzados por el mercado y unas cuantas pequeñas glorias de celofán.
Y sigue el peregrinaje de sitio en sitio y país en el prólogo. Caracas, 1998, 19 de agosto. Buscaban un museo y era inencontrable. De pronto Pitol le preguntó a un negro de casi dos metros de altura, si conocía la dirección del "pequeño museo" Uy, tú estás más perdido que el hijo de Lindnbergh, respondió el negro. Lo que sorprende es el desconocimiento de Vila-Matas acerca de la anécdota, porque este dicho está muy enraizado en el Caribe y se conoce en Panamá como en Venezuela. Lindbergh fue un piloto y héroe, cuyo hijo fue secuestrado y asesinado. Pero, ambos escritores siguieron ficcionando la realidad y aprovecharon de perderse, y "volver a uno de los sueños más recurrentes de Pitol: ir de excursión con sus padres, perderse de pronto y hallarse en un entorno hostil y tenebroso". Vila-Matas, en estas revelaciones de su maestro, sostiene que Pitol descree de los decálogos y las recetas universales para llegar a ser escritor. La infancia, los libros preferidos, intuición, todas las experiencias, conducen al escritor a puerto seguro. Entiende Pitol, la literatura como una república de las letras en libertad. Leía a Tolstói, Gombrowicz, Witkiewicz. Faulkner, James, Schulz, entre otros. Rolando Gabrielli©2006

BROKEBACK

BROKEBACK
Silencio de la palabra,
crujir de pañuelos,
espaldas o
dioses,
agujeros negros,
luz helada que pudre el viento.

Rolando Gabrielli©2006

miércoles, marzo 01, 2006

Marzo, dirás


Marzo, dirás,
el secreto está en mis alas,
calendario roto,
un día,
serás página gloriosa.
Rolando Gabrielli©2006

martes, febrero 28, 2006

TAZAS AMARILLAS A LAS 10
Hoy se juntaron alrededor de mi escritorio y de la computadora tres tazas amarillas. Cuando las vi, ya era tarde, me habían sorprendido. Fui a la cocina para ver, averiguar si alguien había dado la orden de pintar de amarillo la mañana. También fui con el secreto deseo e interés de saber si quedaba otra taza del mismo color. Si tal vez un azar superior las ponía en mis manos. Miré por una de las ventanas de la cocina y las hojas amarillas venían del bosque sobrevolando en su propio aire. ¿Un anuncio? Cerré los ojos y cayó un otoño lejano, una estación que no veía hace años. Estaba frente a una estación ferroviaria y era el último pasajero. El viento arrastraba las hojas y el tiempo. Tú no existías y quizás nunca existirías. La imagen permanece, pero decidí mirar la pared de la cocina donde se cuelgan en un mueble de madera la tazas. No noté nada extraordinario. Recorrí unos pasos con la vista la pieza del lavadero y el orden me asombro, el olor a una fragancia de detergente de manzana. Me aseguré en otros cajones y recovecos de la cocina antes de pensar que ocurría con estas trillizas yellow.

Separé la primera taza y descubrí los bordes negros que deja el café, los que los sorbos y los labios no alcanzan a borra. Al menos supe que había hecho con esa taza en algún momento de la mañana. La segunda, aún conservaba los restos de huevos, y hacían más intenso el amarillo, denso diría dentro de la propia taza. Una manera distinta de habitarla. Destinarle un uso real, no tan líquido. Especulo nada más. Resuelto el segundo caso. La tercera taza, que posiblemente se sentía algo abandonada ante mi inspección rigurosa, presentaba las claras pruebas del Quaquer Otmail en su versión apple. ¿Me estaría volviendo niño o anciano, me pregunté? Fue una manera de cercarme al tiempo real. Mi cumpleaños había transcurrido hace sólo seis días y febrero 28 se sopla a una nueva hoja llamada marzo. ¿Qué color tiene marzo?(En Chile es color de hormiga: todos los impuestos, colegios, los gastos caen como una lluvia negra que después pasa una aplanadora de calles sobre el pobre contribuyente doliente estrujado definitivamente.) Es un paréntesis. Como Que me conformé en parte porque había llegado a algún lugar, el origen aparente de este despiste donde aparecieron las tres tazas piolas. Recuero a mi severo padre: quién rompió el jarrón, preguntó. No era amarillo, pero era frágil ante el desorden de la infancia. Y él mismo se respondía: Nadie. Ahí no quedaba su respuesta, y decidía resolverla con una paliza de padre y señor nuestro trasero ardiendo bajo su cinturón endemoniado, como esas fustas de huaso de campo que azotan a los caballos. El aire caía a pedazos enrojecido, mudo, ardiente.
Esta vez el ejercicio con las tazas amarillas fue otro. Dejé que el primer aroma y sabor de la mañana se instalara como una simple taza de café negro, sin azúcar, como me enseñaran un marzo de intensos colores. Cae el primer sorbo que enjuaga los labios y combina el sabor con un queso holandés. Ya la mañana va tomando una presencia real. La brisa sobre la ventana es presencia de verano. Martes de Carnaval. No hay otra razón de vivir en el aquí y ahora en el trópico. Mixtura de lo inefable, el café, de lo líquido a lo sólido, con el queso, sigue su curso esta mañana a las 10. El día se reconoce asimismo en el pequeño placer del café. La escena de la mano sobre la primera taza se vuelve a mi memoria. La primera taza amarilla se va disolviendo entre sorbos y el teclado, todo en automático aparentemente. El algún lugar del cuarto queda camuflada entre carpetas, libros, objetos, el olvido.
Esta vez el ejercicio con las tazas amarillas fue otro. Dejé que el primer aroma y sabor de la mañana se instalara como una simple taza de café negro, sin azúcar, como me enseñaran un marzo de intensos colores. Cae el primer sorbo que enjuaga los labios y combina el sabor con un queso holandés. Ya la mañana va tomando una presencia real. La brisa sobre la ventana es presencia de verano. Martes de Carnaval. No hay otra razón de vivir en el aquí y ahora en el trópico. Mixtura de lo inefable, el café, de lo líquido a lo sólido, con el queso, sigue su curso esta mañana a las 10. El día se reconoce asimismo en el pequeño placer del café. La escena de la mano sobre la primera taza se vuelve a mi memoria. La primera taza amarilla se va disolviendo entre sorbos y el teclado, todo en automático aparentemente. El algún lugar del cuarto queda camuflada entre carpetas, libros, objetos, el olvido.
Unos huevos a la copa a media mañana, pan, otro sabor, textura, la cuchara, el metal, esa vieja imagen de la infancia de tras de los propios ojos y el silencio inmenso. Amarillo en lo amarillo. Se van yendo las horas en el teclado. Queda la taza amarilla en su segunda versión, estacionada en algún punto invisible de la habitación. Prácticamente borrada. No sé a qué sentido corresponde esconder un objeto, hacerlo invisible, sacarlo de la vista. Simplemente la taza A y B no existen para la C, y para ninguna combinación posible entre el terreno “no me di cuenta que estaban aquí”.
La tercera o C, amarilla, llegó para lo salado. El sabor espeso, dulzón del Quaker de manzana, el toque preciso para terminar la mañana inadvertida, ligera. El tiempo nos ha vuelto a ganar la mañana. Llega la hora del almuerzo sobre el mediodía tropical. Las palabras se diluyen en el ordenador, volátiles, van desapareciendo de la pantalla. El trópico es caliente en todo momento. (Cálido es un eufemismo de infierno). En verano la brisa es notoria y hace la diferencia. Vuela el retrato de Kafka de mi repisa. El praguense inmortal, como la muralla china, cae de pie y ya no es un desconocido, ni un kafkiano simplemente. Ni para los alemanes, judíos o checos. Hora de levantarse, dice mi espalda. La luz baña el cuarto. El terracota que rodea la ventana contrasta con el blanco hueso. El abanico en el cielo raso gira sin razón o con ella, más bien con aburrimiento y la temperatura tibia, caliente, hornea el día. Me impresiona Kafka vestido a su manera, tan impecable, peinado. Era insobornable el Dr. K con la limpieza y la escritura. La mañana sigue maquillando a su manera el día. Es hora, es hora, siento que la espalda le hace un hueco a mis dedos sobre el hombro en señal de alto. Comienzo a levantarme y a poner en orden el mismo orden. Es cuando en verdad veo las tazas, se han ido sumando, con mis palabras, en esta historia o la memoria no sé. Las recojo y veo en verdad por primera vez y constato que son amarillas ¿Cómo se unieron esta mañana las tres? No responden. Voy a al cocina, pienso en el camino si me traerán suerte en algún momento. No lo sé. Las dejo en el lavaplatos como si fueran santas baronesas surgidas a la luz oscura de algún bosque encantado a la hora del té conversando sobre un mantel rojo, cubiertas de sol.
El misterio seguía, ¿cómo hicieron para convocarse las tres amarillas en un mismo instante? Revisé bien el mueble si solo tenía tazas amarillas. No, todo lo contrario, los colores y dibujos sobraban. ¿Una reunión de tres o conspiración? ¿Qué estaban tramando estas tres mujeres?. Rolando Gabrielli©2006




lunes, febrero 27, 2006

Mujer

Así te plantas, mujer,
bestia adorada,
como un muro ciego,
frontera invisible deseada.
Mi verso inútil,
horada tus costillas,
pero no eres Eva.
Me iré a pecar.
a otro paraíso.
Rolando Gabrielli©2006
¿EL PLAGIO DE UN CÓDIGO SECRETO?


Pareciera que los secretos del Código Da Vinci estuvieran apunto de ser develados, y al mismo tiempo, podría caer el telón para la versión cinematográfica del best seller de Dan Brown. El famoso superventas con 40 millones de ejemplares de la editorial Random House, ha sido denunciado de plagio, por unos historiadores que editaron el libro de investigación Holy Blood and Holy Grail, (La sangre santa y el santo grial), que hace más de dos décadas revelaba que Jesucristo se casó con María Magdalena y tuvieron un hijo, cuya dinastía protegerían Los Caballeros de la Orden de Los Templarios. El juicio en contra de Randon House ya se inició en Londres y se reiniciará el próximo lunes “con la presentación de pruebas”, basadas en una demanda del neozelandés Michael Baigent y el estadounidense Richard Leigh, que acusan violación de sus derechos de autor. Brown es solo un testigo. En opinión de los autores del exitoso El Enigma Sagrado, el Código Da Vinci basa su historia, estructura arquitectónica en las investigaciones editadas en su libro. Por ello exigen 10 millones de libras esterlinas, unos 15 millones de euros, unos cuantos millones más de dólares, para desistir de la acusación. De no ceder a sus peticiones, solicitarán la suspensión de la novela y de la película, cuyo protagonista es Tom Hanks, filmación que se desarrolla en Inglaterra.
El Enigma Sagrado sostiene que Jesucristo sobrevivió a la crucifixión y huyó con María Magdalena a Francia y sus descendientes se unieron a la realeza. Si, fundan los merovingios en Francia, sostiene el Código Da Vinci, y el Opus Dei intenta impedir que se conozca el secreto que el Grial (Santo Grial, sangre de rey) son los hijos de Jesús y Maria Magdalena. Brown sostiene en su libro, que todo lo escrito allí es fidedigno. Ha dicho el autor que es una vieja idea este tema del dios femenino. Son millones las mujeres muertas, sostienen algunos, por la Iglesia católica a lo largo de la accidentada historia religiosa de los últimos tres siglos. El Código habla de anillos secretos como los de la Olimpiada, sostiene que María Magdalena es el Grial en la última cena de Leonardo Da Vinci y además establece una condena clara al “machismo de la iglesia”.
El tema tiene más detalles y muchas otras connotaciones. (“Jesús y María Magdalena representaban la dualidad masculina-femenina (como Marte y Atenea, Isis y Osiris); los primeros seguidores de Jesús adoraban "el sagrado femenino"; esta adoración a lo femenino está oculta en las catedrales construidas por los Templarios, en la secreta Orden del Priorato de Sión -a la que pertenecía Leonardo Da Vinci- y en mil códigos culturales secretos más”).
Lo cierto es que el autor de este super best seller viaja en su jet privado porque no puede seguir firmando los libros en los aviones y aeropuertos, ya que tiene que enfrentar este juicio. Seguramente se han incrementado las ventas del libro al igual que las de El Enigma Sagrado, y las expectativas para la cinta que se exhibirá en Cannes a mediados de mayo próximo. La literatura vive hoy uno de sus mejores shows y tendrá una duración de aproximadamente 15 sesiones en las cortes británicas. No será fácil probar una acusación de la naturaleza presentada por los demandantes. No porque no les asista alguna razón, sino porque, “expertos en leyes de protección de la propiedad intelectual consultados por la agencia de noticias Bloomberg sostienen que es muy difícil probar que una obra de ficción plagia de forma ilegal un libro académico. “Si pueden demostrar que El Código Da Vinci cuenta los mismos eventos históricos y en el mismo orden, y se basa en el mismo esquema narrativo que su obra, pueden sacarlo adelante”, sostuvo Lorna Brazell, una abogada especializada en la materia. Un juez de Nueva York rechazó en agosto pasado una demanda parecida. El escritor Lewis Perdue pedía una compensación de 150 millones de dólares y que se bloqueara la distribución de la obra de Brown, porque, según él, plagiaba elementos de sus obras: Daughter of God y The Da Vinci Legacy.”El juez determinó que, aunque los tres libros narran acontecimientos históricos y religiosos parecidos, los detalles y el carácter de la narración diferían”. Dijo además, que “los derechos de reproducción no protegen una idea, sino la expresión de esa idea”. Según el derecho británico no se puede juzgar por plagio a una persona, por ello Brwn es sólo testigo y Random House la editora acusada. En el marco de los argumento de los demandantes, éstos se sienten aludidos en la novela. Sostienen que el personaje de Leigh Teabing es una alusió. Leigh corresponde a Richard Leigh, Teabing es uno de los anagramas utilizados por Brown y responde a Baigent.¿El Código Da Vinci se convertirá en el más formidable plagio de los últimos tiempos o la historia ficcional está para ser plagiada por cualquier autor?
Rolando Gabrielli©2006

NUNCA

NUNCA

Nunca,
sabe que Nadie
existe
y le abraza
con una frase
encantadora,
déjate ver.
Rolando Gabrielli©2006

BROKEBACK MOUNTAIN



TIEMPOS DE CARNAVAL EN CIUDAD GÓTICA
(Terreno Vedado)
Dejé el Sótano vacío de luces, saturado con las últimas emociones de quienes cargaban sus mochilas rumbo al carnaval. Yo había terminado un escrito titulado con el olor del futuro y del vértigo de lo probable: Panamá: 2076. Algo más que una cifra, la interpretación del país que se construirá y no veremos. Monorrieles entre grandes edificios sobre la costa cruzando islas y rellenos, la ciudad del futuro. Apreté en cadena un grupo de interruptores a la salida de la mampara de vidrio y el Sótano se sumió en una tenaz permanencia de su ausencia. El país ya estaba entregado al dios Momo, la música en las calles, los rostros afiebrados en la emoción: 4 días de frenesí respaldados por la autoridad inapelable del gozo de la carne.
Yo prefiero las máscaras, pero no estoy en Venecia. Fui a mi automóvil y me dirigí a la principal avenida a un cine a ver Brokeback Mountain, cuya traducción comercial Secreto en la montaña, me gusta menos que Terreno vedado. Prohibición de los sexos iguales, más allá del terreno donde se pisa, dos jóvenes pastores descarriados de sus propias ovejas, algo había leído de la crítica. Motes de los vaqueros gay, éxitos en premios europeos, de la crítica, nominaciones al Oscar. Crucé por la vía Argentina llena de tambores amarillos vacíos para la basura que surge en el carnaval y llegué a la vía España, repleta, cortada, a ritmo del ritmo, ya no era posible ir al cine Alhambra. Di la vuelta, enrumbé hacia el océano Pacífico, en dirección a Cinépolis, las mejores butacas y pantalla de la capital. El carnaval ya había arrancado y nada será igual hasta el miércoles de cenizas, cuando se entierra la sardina y la carne real da paso a la cuaresma.
Encendí el pionner con desgano, flote en una música estridente y pasé a las noticias. Las filas de vehículo hacia el interior sobre el Puente de las Américas y la gente en los buses de la terminal, cubrían de festejo el Istmo de punta a punta. Había policías de verde en cada esquina, algo insólito en la ciudad, pero el carnaval amerita vigilancia. Aceleré después que dieron la verde y volé. Llegué bajo un cielo despejado, lleno de estrellas, febrero en el aire. Entré al gran y moderno mall, estacioné, casi vacío todo, pasé por las puertas de cristal. Miré y busqué la escalera en medio de las luces, altos cielorrasos, gente que caminaba. Y en mis manos la entrada. Fui a la cafetería a esperar unos minutos. Un capuchino y pronto frente al breve relato de 30 páginas de Annie Proulx, una exitosa escritora norteamericana, que aventura en una “relación prohibida” en el duro, viejo y asfixiante medio este americano, de los años sesenta y tres. Más que en otros sitios, por el machismo, religiosidad, la aspereza de la tierra, de los oficios, el rigor de la vida, no siempre exitosa, la profunda soledad del escenario interior que engrandece la montaña en los taciturnos personajes que la habitan y viven. Los vaqueros gay, dice la publicidad, y es más que eso sin duda. Porque ambos vaqueros se casan y tienen sus vidas, familias, hijos, que son lo que alcanza a ser en esa atmósfera enrarecida, y arrastran esa realidad como la vieja y destartalada camioneta GMC, Jack Twist, la pareja de Ennis del Mar.
La critica dice que se trata de una historia de amor. Habla de lo no convencional. Lo que yo vi, es un pequeño universo de sumas asfixiantes, desde que estalla el encuentro amoroso entre Jack y Ennis, y la montaña pone mucho más de lo imaginable en el escenario de estos amantes que no logran estabilizar nunca la relación, que viven del pasado, de lo que no se puede, de una frustración tras otra. Wyoming es el lugar, un verano idílico entre estos pastores, la montaña cerrada, un coto pasional que estalla en una pequeña carpa en una noche veraniega. Una relación hosca, “varonil”, espesa, delatora de confusiones, que se mantendrá después en el fantasmal recuerdo de la desaparición de Jack. Ennis dice, no soy homosexual. Y de ahí no le abandonará más esa militancia entre lo oscuro prohibido y el placer cumplido, el amor irrefrenable que siente por Jack. Las dos mujeres, esposas, tienen un papel vital dentro del relato. La mujer de Jack, que los descubre besándose, se aguanta esa relación, llora, y sufre esa inexplicable realidad que para ella es algo más que chocante, incomprensible y no lo más natural, sin duda. La esposa de Jack es hija de un acaudalado y pelmazo empresario de maquinarias agrícolas, y contrasta con la de Ennis, porque es más permisiva, notablemente pueril, ocupada de los negocios y refleja la sordidez de ese sitio. Aparece mucho más enfatizado lo que no siempre se dice, esos estados agónicos de silencios, de frases cortas, titubeantes, y la ruralidad de la zona, otorgan esa atmósfera que se restablece en si misma paras seguir permaneciendo como una gran incógnita. Los vaqueros se enlazan, juegan, se entregan entre golpes y manejos juveniles, de niños abiertos al juego, en la caza del amor físico. Las esposas son un decorado en medio de la otra pasión subterránea. Cuelgan como cortinas al viento de la vida. Las vidas continúan al ritmo de sus propias eventualidades. El libreto de seguir. (¿Cuántos matrimonios viven actualmente dentro de un closet encapsulados y no tanto? ¿Cuántas parejas hombre-mujer, no son nada más que un filamento de realidad?)
Es Ennis el que lleva el relato sobre sus espaldas. El menos comunicativo. Todo el peso de la vida propia y alrededores, aunque quiera desligarse en ocasiones. El fantasma de Jack, quien muere ahogado por su propia sangre al estallarle una llanta, se le hace fetiche. Recoge su última ropa, la del viejo deseo, y su madre se la empaca en una bolsa de supermercado. Siempre habitaba en Jack el sueño de vivir juntos. El verano en esa tierra vedada, jamás lo olvidaría. Era su punto de referencia de antes y después. 20 años en ese filo irrefrenable, que se hacía sal y agua. Los secretos de la montaña no son tales porque los descubre quien les daría el trabajo para cuidar las ovejas. Y el secreto sería descubierto además por la mujer de Ennis. Prefiero Terreno Vedado. Una historia singular de hace cuarenta años. Época vedada y cómo ha cambiado la sociedad en estas cuatro décadas. Impensable para muchos. Siento que Hollywood, por algunas buenas razones, le colgará algunas estatuillas a Brokeback Mountain, este 5 de marzo próximo.
Abandoné la sala, finalmente. Y crucé por un sitio que no había visto de noche. Punta Pacífica, un relleno junto al mar. Los rascacielos me recordaron ciudad Gótica. Sus calles cerradas además. Por unos minutos detuve el carro y sentí que venían Batman y Robin. Decidí dejar el lugar. En carnaval todo es posible. Annie Proulx, también nos reserva una sorpresa inexplicable dentro de su relato. Surge la voz en castellano de un pastor chileno. No habla inglés y enreda aún más la escena de las ovejas entremezcladas. Sorprende el detalle. Habría que preguntárselo a la autora, esta licencia más allá del idioma, más próximo al azar, a lo que cada autor determina sobre que va o no en su obra. Un chileno pastoreando ovejas en las montañas de Wyoming.
Rolando Gabrielli©2006

domingo, febrero 26, 2006

Tu tiempo

Tu tiempo,
parcialmente,
sumamente
sobre todo,
nublado.
Punto de condensación,
alto,
frialdad del viento,
total.
Tú, mi adorable espanto.
Rolando Gabrielli©2006