La Venus de Milo nunca fue manca
como este mundo que abraza su propia destrucción
y nos saluda desde el abismo la roca  perpetuada en el vacìo
No jodas con tu poesía que aùn sigo firme en el mármol
Oh poeta, que tarde llegas a  esta cita 
 con una diosa
exhibida hasta el cansancio
de sus   frìos muñones, desnuda de manos,
 en un Parìs otoñal  las hojas caen, 
como en un principio,
 tanta miseria
repetida 
 y las virtudes que
nos  acechan,
se hacen sal  y agua,
el bien y el mal  nacen de  un mismo vientre,
mal parido.
Rolando Gabrielli©2012

 
 




 
 
 
 
 
