viernes, septiembre 25, 2009

Los amores de Gabriela y su última albacea








Gabriela Mistral sólo pidiò ser un puñado de polvo en un camino de su amada patria chica y no la piedra en el zapato de la poesía chilena y menos de la sociedad que la expulsò en una época ferozmente provinciana, inquisidora, conservadora, machista, y pacata. Sus baúles, cartas, papeles, poesía, silencio, siguen hablando por ella y los intèrpretes festivaleros de su pasado y vida privada, ni por asomo se enfocan en su poco entendida, valorizada obra literaria. Màs que tinta, ha corrido mala leche con una mujer que tuvo el corage de pensar, escribir y decir sin excusas ni pretextos, lo que pensaba. Visionaria como fue, lúcida, se adelantó a su época e incomodó al stablishment de Chile a Norteamèrica y Europa. Gran revuelo ha ocasionado su correspondencia con su secretaria norteamericana, Doris Dana, como ocurriò con las cartas cruzadas con el poeta chileno Magallanes Moure. De todo y nada, se ha dicho en este ejercicio de festín y carnaval gabrielino. El poeta, ensayista, novelista, biógrafo español, Benjamín Prado, titulò recientemente, cuando se enterò del libro que contiene el epistolario con Doris Dana: Gabriela era lesbiana: ¿què hacemos?.
Y en esta interpretación de la mala leche, el poeta Benjamín Prado, aventura que Gabriela está en todas partes, porque así se puede esconder a Neruda detràs de ella: a la hora de elegir al escritor nacional entre los dos premios nobeles chilenos. Y sigue aventurando Prado, en cuya biografía se destaca como un biògrafo de olfato, que Neruda es conflictivo por su pasado comunista, por lo que su obra está recluida en sus casas museos. (Sic), hasta ahì por ahora. ( Sus casas son símbolo de su poesía viva, habitada en miles de visitantes, talleres, recitales. Peregrinaje sagrado de chilenos y extranjeros, amantes de la poesía)
Lo cierto es que el diario El Mercurio de Chile dio a conocer hace unos días una entrevista suscrita por María Cristina Jurado, en exclusiva a la sobrina de Doris Dana, Doris Atkinson, quien entregó los baúles, cartas y poemas de la Mistral como la última albacea y heredera de su tía Dana. Lo pensó nueve largos meses, esta metódica ingeniera, la última guardiana de los secretos de la Mistral. Cuenta que cuando vio a la presidenta Michelle Bachelet con la tablilla que usaba la Mistral para escribir sobre sus piernas su poesía, sólo ahí comprendió que su misión había concluido y Gabriela habia retornado a Chle para siempre, en ese misterio, digo, de su palabra, que despuès de todo es lo único que nos pertenece a todos y es por donde debemos reencontrarnos con nuestra gran, magnífica, espléndida compatriota.
Doris Atkinson recomendó editar íntegramente la correspondencia de la Mistral con Doris Dana, en un sólo libro, sin cortes, única manera, en su opinión, de alcanzar la verdad histórica. Se ha añadido este pequeño elemento y duda: ¿No se publicaron todas las cartas en Niña Errante. La joven recuerda que su tía Doris le dijo que el verdadero amor de Gabriela era su sobrino, Yin Yin, que algunos creen era hijo y que se suicidó en Brasil. En esta nota hemos incluido una fotografía de él y su carta de despedida a su Mamà Gabriela, donde cita a la secretaria de la Mistral, Palma Guillèn. Mi tía me dijo, que no fue ella, que nunca fue ella, sino Yin Yin, la relación màs importante en la vida de Gabriela.
(La Mistral confesaría un amor italiano no correspondido y un chileno que ella no amaría. )
He recogido estas declaraciones de la última albacea, quien tuvo contacto con el diario Meditaciones de Gabriela, porque son una luz en este puzzle mistraliano, que la historia nos entrega a retazos de esta extraordinaria mujer, poeta e intelectual chilena del siglo XX.
Meditaciones es un libro hecho, que debe editarse, sostuvo Atkinson, y desgarrador, por lo que ella alcanzó a intuir en su aún imperfecto español. Mi tía, dijo, me comentó que Gabriela nunca se repuso de la muerte de su sobrino. Si Niña Errante, revela el amor existente entre Doris Dana y la poeta, ello no menoscaba ni la estatura de la creador ni su obra, advirtió. El amor es una palabra de la cual se abusa, precisó.
Con ella se describe desde el afecto por un niño hasta por un helado o un país. Los inuits tienen 200 palabras para la nieve y, nosotros, apenas una para 200 tipos de amor. Cada relación entre dos personas -no sólo entre un hombre y una mujer- merecería su propia palabra. ¿Por qué hay una fijación con el sexo y el amor? Creo que es inmadurez en nuestra evolución humana. Espero que algún día nuestra especie evolucione y conceda el lugar múltiple que el amor, en todas sus formas, merece. Para mí, éste no tiene género", enfatizó Atkinson. Interrogada por El Mercurio sobre que opinió le merecía la polémica desatada por las cartas recientemente editadas, dijo: "No me extraña. Es imposible que toda la humanidad aplauda una decisión como ésta, siempre habrá una parte que se sentirá herida. Pero, se esté de acuerdo o no, la realidad es que Doris Dana no otorgó a ningún particular o institución en el mundo el derecho a censurar o vetar parte alguna del legado de Mistral"
La sobrina elogia la decisión e integridad de su tía Doris Dana que el legado mistraliano debía depositarse en manos donde se conservara de manera óptima y lo hicieran público. Las palabras de Doris A., corresponden a una protagonista privilegiada de la atmósfera que rodea el misterio de Gabriela y Doris Dana. "Para Doris Dana, Gabriela Mistral fue- dice Atkinson- una imagen presente hasta su muerte en 2006. Pasaba largos períodos de ensimismamiento en que no podía hablar de la poeta, otros en que era más abierta.-Mientras mayor interés demostraba yo en la Premio Nobel, más se encerraba ella. Cuando empecé a estudiar español para poder leerla, mi tía me castigó cerrándose meses frente al tema."
A pesar de los desencuentros con su tía, estaba escrito que la ingeniera y también bióloga Atkinson, tenía un destino que jugar frente a los manuscritos y patrimonio literario y personal de Gabriela Mistral. Ella estudió Ciencias Biológicas en la Universidad de Mount Holyoke y, como segunda carrera, ingeniería civil y ambiental en Massachusetts, dijo a El Mercurio en su entrevista a Jurado. Con el tiempo se enteró que Gabriela había dado una conferencia en esa misma universidad.
"Lo sintió como una sincronía, pero también una premonición: Gabriela sería, a partir de ahora, parte de su vida". Las aproximadamente 168 cajas con 860 documentos, 500 cartas, cinco álbumes de fotos y decenas de objetos están en Chile gracias a su gestión y al concurso del gobierno chileno. Según la periodista Jurado, Doris Atkinson respira, aliviada. Fue una larga lucha en principio con su tía. Atkinson se fue cuatro años a Costa Rica, donde aprendió el español y eso facilitó las cosas, ya que se transformó en indispensable colaboradora de su tía para ordenar el legado de la Mistral. Fueron años de misterio de Doris Dana sobre el tesoro mistraliano ante su sobrina. Y los años, las necesidades propias de la vejez, las acercó. Después vino la decisión final de traspasar a Chile el patrimonio mistraliano. Fue un parto que duró nueve meses. Viajó tres veces a Chile. (Se enamoró de Santiago, Viña del Mar, Punta Arenas, dice) Al rel país, recuerda, pudo comprender el significado de la Mistral para los chilenos. Cuando Gabriela decidió viajar a Chile 9 años después de recibir el Premio Nobel, 100 mil santiaguinos abarrotaron las calles para verla. La foto donde saluda con su diestra, es de aquellos días de gloria y reencuentro con su pueblo.
Cuando la Mistral mudó de país, ya no se detendría. Ella misma se calificaba de chilena vagabunda. Fue uno de los rasgos más sobresalientes de su personalidad, como el enigma que le acompañó hasta su muerte. El retorno a su patria chica se le alejaba cada día màs: "Soy como esos gatos a los que hay que echarles aceite en las patas para que vuelvan". Desde joven Gabriela Mistral se transformó en un misterio y atención para sus obsesivos detractores, que se fueron sumando, sucediendo en tiempo y espacio, descalificándola, sin detenerse en su obra, temiendo la fuerza trasgresora de su palabra. Por su correspondencia sabemos más de ella, que tuvo una vida pública, privada (personal) y secreta, como cualquier ser humano, pero por tratarse de una mujer que destacó en e su época, hablar con la claridad de sus cielos nortinos y plantar cara a la sociedad voyerista, ramplona, mezquina, conservadora de su tiempo, siempre estuvo en el ojo de la tormenta del chisme, el fisgoneo. El escritor chileno Volodia Teitelboim, a principio de los noventa, advertía en su libro: Gabriela Mistral, pública, secreta, que "la gran mina oculta del epistolario está en buena parte por descubrir". Victoria Ocampo, la esritora argentina, señala Teitelboim, envió a Doris Dana la correspondencia que recibió de Gabriela. Al parecer, apunta, vale la pena. Sin duda, que lo vale, las cartas de la Mistral son poesía, literatura, ademàs de las revelaciones que haga. Las familias de Thomas Mann y T.S. Eliot enviaron copias de la correspondencia que mantuvieron con Gabriela, así como lo hizo la fundación Romain Rolland. Todo el epistolario debiera editarlo Chile como un compromiso con la verdad, la historia y una deuda de honor con la poeta. El país necesita conocer, recobrar íntegramente a su mayor poeta femenina de su historia y de América. Para el poeta Miguel Arteche, Premio Nacional de Literatura chilena, Gabriela es el mayor "poeta religioso de nuestra lengua y del siglo XX." La Mistral no vale cinco mil pesos. El Premio Nobel le acercó a un Chile distraído que la invitó despuès de muchas vueltas. Ella rechazó el "convite" por su "corazón de vidrio", en continua taquicardia en Nápoles, Italia. Sabía que sólo vería hoteles, casas, señoras y ella quería ver el paisaje, su Patagonia querida, la cordillera aunque no pudiera subirla. "Tengo allá demasiados seres que me odian, una verdadera riqueza de antipatías sin causa", respondió de puño y letra.
Esta mujer, que nació en un valle con olor a flores, cielo azul, rodeado de numerosos cerros, que quería que uno de ellos llevara su nombre, como finalmente ocurrió, aunque nunca dejó de estar acompañada, vivió en soledad, respiraba por los fantasmas que no se separaban a donde quiera que viajara. Tenía un corazón memorioso y callado, según cuenta a su amiga Matilde Ladrón de Guevara, nunca olvidaba, y su mudez, cuando la requería, era proverbial. Fue dueña de su silencio hasta el final de sus días, Recopiló miles de páginas, no editó, nada hizo público, entró en el secreto subterráneo de su intimidad. Se viajó con sus fantasmas, muertos, ensimismó como un molusco aferrado a su piel, un fruto secreto, desconocido cubierto por su cáscara. ¿Qué escondía esta mujer? Nunca se preguntaron por su magnífica obra, por el Chile que seguía atragantado en su garganta, la espada que no amaba y el remo que le llevaba a sus verdaderas aguas. Hay un río que vive en mi memoria/ no deja de hablarme en tu nombre/tiene agua, tiene palabras... Así veo y pienso a Gabriela.
Teitelboim apunta en su libro que la Mistral sufría una enfermedad del espíritu, la neofilia, que le llevaba de un sitio a otro deambulando con sus casas nuevas, secretarias, por la geografía universal. La neofilia es una atracción por lo nuevo, pero también un camino de exploración, hacia lo desconocido. Son tantas las Mistrales en una sóla, que las opiniones sobran. Prefiero lo que dijo Jaime Concha, crítico literario chileno: "sigue siendo, en definitiva, una ilustre desconocida". Una mujer nada de tonta, vislumbró el profesor Roque Esteban Scarpa, y sin duda no lo era. A Octavio Paz le aconsejó ser más telúrico y Carlos Germán Belli, recuerda Teitelboim, dijo que lo que más le impresionaba en su poesía es el peculiarismo, expresión del reino que lleva dentro. No es poca cosa para un poeta, cargar un reino propio. El crítico chileno Jaime Concha afirmó en su libro Gabriela Mistral (1987)..."la Mistral no amaba y nunca amó Chile". Es una frase que me ha quedado dando vuelta por años, es como un boomerang que viene del Sur, lanzado desde la historia del Chile que la descalificaba, ademàs por venir de una persona de la reconocida solvencia intelectual de Concha, actual profesor en los Estados Unidos.
La Mistral no fue sumisa ante los grillos que le mortificaban. Respodió siempre a su manera, con franqueza y a veces silencio. Hay un Chile, sin duda, que le desagradaba, que estuvo en permanente conflicto con ella, habitado por personas concretas. De ese Chile se separó dentro de Chile y se divorciò totalmente al partir de Chile y autodesterrarse. Fue amante de la patria chiquita, lugareña, raizal, india, y como dice Grìnor Rojo, "si se revisa la obra total de la poeta, poco cuesta percatarse que Chile ocupa en ella un lugar prominente." Es una deducción muy obvia, pero es bueno que nos la recuerde un especialista, estudioso de la obra mistraliana". Neruda, De Rokha y Huidobro tuvieron sus enfrentamientos sin contemplación y la Mistral, ajena a esos vaivenes, recibió por su parte, la ácida crítica del stablishment de la crítica conservadora, de una manera sistemática. No tuvo más camino que defenderse. Era una mujer pensante. Por medio de artículos y el género epistolar, afiló la punta de su lápiz y disparó sin contemplación. Fue una rebelde con causa, usó no sólo boina antes que el Che Guevara, sino planteó la Reforma Agraria, abogó por los Derechos Humanos, del Niño y del indígena, por la paz, por los pobres, defendió la causa de Sandino, en Naciones Unidas, foros internacionales, ante el presidente de Estados Unidos, Truman y el Papa Pío XII. Tocó puertas y alzó la voz en las tribunas por los desposeìdos y de esa Mistral nos queda el silencio.

Art de lo desconocido




Gira la noche y el día
la simple oscuridad,
mi mano orbita sobre tu cuerpo
terrestre, rojo, azul, oscuro,
desconocido planeta.
No es la superficie
la que exploro bajo el hondo pozo,
sino esta nueva retórica,
de amar la cicatriz y la herida.
Rolando Gabrielli©2009

Ser astral



Ella me dijo,
sin enigma alguno,
mirando las estrellas:
soy un ser astral,
vengo de otro planeta,
mi cuerpo es de luz,
no tengo memoria.
Rolando Gabrielli©2009

jueves, septiembre 24, 2009

Autoretrato borgeano


Así se veìa Borges, en su propio laberinto....

Panamà La Vieja


El manglar trajo la luna rosada
el murmullo solemne de la vida,
aguas sin dueño, no habìa tiempo
y el pájaro no dormìa en su jaula,
cantaba, cantaba.
En el corazòn del hombre
cabía todo el paisaje
secreto de la memoria,
la noche y el dìa
no se confundìan.
No había tiempo,
espacio, espacio,
las estrellas guiaban
y las lluvias cerraban
el camino,
la selva estaba en todas partes
y Dios no se llamaba Dios.
El agua estaba màs clara que el alba,
y mañana no era distinto a hoy,
sólo alguien morìa
y el rìo crecìa,
màs frìos lo viejos huesos,
la oruga dormìa como una ninfa
arropada en el estìo
y volaba en mariposa.
No había tiempo,
espacio, espacio,
el mar no tenìa dueño,
peces, peces,
la tierra sembraba
sus propios àrboles
y los frutos caìan, caìan,
no tenìan dueño,
trànsito, trànsito,
la vieja historia de la memoria
y las especies
buscando casa nueva,
techo hùmedo o màs frìo,
un sitio para perpetuarse.
Norte y Sur,
¿de dònde viene el viento,
adonde va la cola de un cometa?
Trànsito, trànsito,
las especies inician su camino,
una página en blanco,
sobre la noche,
atraviesan su destino.
Había izquierda y derecha
sòlo para diferenciar
un brazo de otro.
La lluvia, el sol, la selva,
los grandes abismos,
las bestias cruzaban el paisaje
y el hombre las cazaba
o morìa abrazado en su intento.
Una vieja ley,
una pàgina no escrita.
No habìa tiempo,
habìa de todo,
menos tiempo,
espacio, espacio,
voz sólo voz,
un día no era igual a otro,
escrito por la mano india
y su reflejo en las aguas.
El principio nadie lo buscaba,
ni el fin de las cosas,
todo llegaba,
entraba y salìa,
el pez del rìo al mar,
el sol detràs del sol,
siempre se ponía,
alto dibujado
en la luz,
que a todos
pertenecìa.
El hombre confiaba en la tierra,
el sol y las lluvias,
en su instinto
sus olfatos,
la tierra, la tierra,
los animales,
sus manos,
el arco, la flecha y la lanza,
los rìos que cruzaba,
la piel de las bestias, su carne,
las vìsceras de las vìsceras
que otras bestias comìan,
la carroña era ùtil
y desaparecìa.
La noche, la luna y sus mareas,
le eran indispensable,
todos los ojos de la tribu,
sus piernas y brazos.
Corrìan y cazaban,
no había tiempo,
espacio, espacio,
paisaje, paisaje,
el antiguo ruido de la selva
y el mar a ambos lados
del Istmo,
el hombre dejando
correr el rìo,
la piedra inmòvil
en la montaña,
la noche
siempre la noche,
oscuro, oscuro.
Invierno y verano,
el hombre y la mujer,
dos cuerpos sobre la tierra,
dos sexos,
el panal y la miel,
sòlo dos estaciones,
una seca y otra lluviosa,
hùmedos los sentidos,
Norte y Sur,
la noche multiplicando estrellas,
peces, el mar,
el hombre multiplicándose
asimismo,
sobre los cuerpos,
bajo el sol y la lluvia,
polen de la vida,
todas las especies,
cenizas de la muerte,
trànsito, trànsito,
donde no habìa tiempo,
espacio, espacio,
islas, islas.
La muerte nace de la vida,
rama vital
de su tronco,
firme, leal a sus principios,
tiene descendientes en todas partes,
viven en cada època,
sueñan que son la raìz
de una làgrima.
Los cuerpos nacen y mueren,
se levantan,
escucha, escucha
El hombre era màs
que un individuo,
la mujer no era una individua.
El hombre y la mujer,
no conocìan el paraìso,
vivìan y morìan en èl.
Las aves eran dueñas
del espacio
y de su libertad.
Rolando Gabrielli©2009

La Revista Lobby de Panamà, con amplia circulaciòn en las universidades, sectores empresariales, turísticos, gunernamentales y profesionales, editò el poema Panamà La Vieja, en su número 29, correspondiente a los meses de septiembre y octubre del 2009.

¿Dónde está la señora Magritte?


Desnuda como estaba frente al mar,
absorta en el mudo eco del caracol,
la musa de Magritte fue descolgada
de una pared de su antigua casa en Bruselas.
Se la llevaron unos desconocidos,
caminando una mañana por la ciudad,
mientras los visitantes del museo
fueron obligados a descansar en un bucólico
jardín del traspatio.
Era una imagen real, muy próxima
al surrealismo de Magritte.
Rolando Gabrielli©2009

La existencia





La existencia
es tu presencia escondida,
el lucero que sólo la noche ve
y yo palpo dormido al amanecer,
tibio cuerpo de luz y carne,
encendido rayo misterioso,
nunca te apagas,
como el sol o la vela,
brillas en la estela dormida,
la huella que dejas
en la oscuridad.
Rolando Gabrielli©2009

miércoles, septiembre 23, 2009

Borges y las espadas


No es un tema que me agrade porque es volver a la sombra màs oscura del pasado, indagar en una memoria fragmentada por el olvido, ese pasillo violeta arbitrario de la realidad que no queremos ver. Los desaparecidos no volñveràn como las oscuras golondrinas. Por ello, no son felices las recientes palabras de la viuda de Jorge Luis Borges, María Kodama, cuando dice que a Borges no le dieron el premio por razones políticas, las que acompaña con este comentario:"era un hombre íntegro y no se dejaba llevar por la corriente, aunque este le supusiera perder muchas cosas." Las verdades a media son a veces peor que una calumnia con la verdad real. "A pesar de ser uno de los mejores escritores del siglo XX, no recibiò el Premio Nobel, agregò recientemente en España. Su forma de pensar no caía bien...etc", sostuvo finalmente María Kodama.
Borges es un gran escritor y sin duda no le dieron el Premio Nobel por razones políticas. Pero la Academia Sueca, sin duda tomò en cuenta la filosofía del Premio, establecido por Alfred Nobel, el inventor de la dinamita. Un premio al humanismo, al compromiso con la humanidda, ademàs de la literatura, sin duda.
JLB compartiò en silencio la mesa de la tragedia argentina, los años duros de los militares y la Triple AAA que borrò de este mundo a la mayorìa de los escritores argentinos, intelectuales en general y políticos extranjeros asilados en Buenos Aires. No es una historia agradable para nadie, porque està fresca la pintura del terror y tambièn del olvido para algunos. Posiblemente a Borges, quien estaba màs allà del bien y del mal, con un pasado anarquista, no se le enrostraba su silencio. Al final de los tiempos de las dictaduras militares argentinas, hablò y dijo que no sabìa lo que ocurría.
Este es un viejo tema extraliterario, en nada menoscaba la obra de JLB, un escritor admirado y admirable. Su ceguera y sordera en Argentina, pudo pasar desapercibida ante el prestigio de su obra, pero haber cruzado la cordillera para recibir una condecoración del règimen de Pinochet y lanzar un discurso donde elogiaba la clara espada en contra de la dinamita, supera el realismo màgico del màs audaz de los escritores de su siglo. María Kodama dijo en su oportunidad, que el apoyo borgeano a Videla y Pinochet, se debiò a un momento determinado de la historia.
Borges era un conservador polìticamente, habìa abandonada la anarquìa, y la Academia no lo premiò porque apoyò a dos genocidas, no políticos conservador o derechistas. Eso superaba las expectativas del jurado màs ciego.
No es un tema que me agrada, porque Chile y Argentina perdieron gente muy valiosa, no sólo en el campo de las letras. Fueron los tiempos màs kafkianos del Cono Sur, que incluyeron a Uruguay.
Arthur Lundvkist, miembro de la Academia Sueca, revelarìa años màs tarde que se opuso tenazmente a la concesiòn del Nobel a Borges por su apoyo al règimen de Pinochet. Borges había dicho lo suyo: si me dan este año el Premio Nobel, serè uno màs en la larga lista, pero, si no, me convierto en un mito escandinavo, en ese hombre que siempre se presentaba y no se lo daban y prefiero el mito.
Borges antes de partir a su patria, Ginebra, alcanzò a recibir a las Madres y Abuelas de la Plaza de Mayo. Su ceguera habìa mejorado notablemente. Fue un 22 de septiembre que abandonò Chile, despuès de elogiar su honrosa espada.
No son temas para recordar, pero tampoco para olvidar la verdad.






No quiero que mi memoria
vaya al basurero de la historia...
No quiero que la historia
sea un hueco sin alma...
No quiero que el alma
de mi país se duerma...
Neruda se durmió
un 23 de septiembre de 1973
para seguir viviendo
en nuestra memoria...
Rolando Gabrielli©2009

martes, septiembre 22, 2009

El país de la palabra




La palabra es bárbara,
va y viene,
tiene mar, tiene vuelo.
Su origen es sabio, mudo,
vivo abecedario.
Fenicias son las aguas
y el sol baja por el Nilo,
la selva es maya.
El silencio de la Gran Muralla
ha quedado escrito.
Ningún geroglífico
es màs chino que fenicio
egipcio o maya,
ni màs claro
que el ruido de las palabras.
Rolando Gabrielli©2009

Después de Bolaño...

El título nos indica un corte de èpocas, perìodos, un antes y un después. No es mío, está tomado de unas declaraciones del escritor mexicano Jorge Volpi, quien sostiene que después de Bolaño no hay literatura latinoamericana. (Esta nota no lleva imágenes, porque ha muerto la literatura temática de nuestro subcontinente, en opinión de Volpi.) Sólo salva, como razgos aún existentes, los corridos novelescos de mexicanos y colombianos sobre el narcotráfico. Hay quienes han afilado más el lápiz desde hace mucho, diciendo que nunca ha existido la literatura latinoamericana, sino escritores que viven en Latinoamérica. Se habla de influencias europeas y norteamericana. ¿Què es lo latinoamericano?, se preguntan algunos desde hace décadas.

Volpi dice en una entrevista reciente que ningún escritor latinoamericano está interesado en mostrar lo esencialmente latinoamericano, y sus poéticas y obsesiones son distintas a las propuestas de Bolaño y seguramente los clásicos del boom, a quienes no hace referencia.

Me parece que es una aventura ser tan rotundo en apreciaciones de esta naturaleza, ya que las editoriales y el mercado, tienen sus pupilos y éstos se orientan en esa dirección de lo publicable. Es difícil, a pesar de Internet, saber que la tierra es redonda y no plana, que se pueda saber que se hace en cada país en el tema de la narrativa y poesía. este tema ya se ha abordado en foros en españa, sobre los escritores que tienen distintas patrias, que van y vienen, hablan idiomas (sic) (Gelman tuvo que huir de Italia para seguir conservando la lengua y poder escribir, y la Mistral nunca intentó aprender inglés, sólo lo leía.) Vargas Llosa y Cortázar fueron viajeros cosmopolitas, como Fuentes. Rulfo y Onetti se quedaron en sus propias profundidades, aunque el uruguayo tuvo que exiliarse en España, pero no abandonó "su temática".

La literatura es más sorprendente que nuestros propios análisis y encasillamientos. La vida, la relación de parejas, la aventura, los amores frustrados, las historias policíacas, la ficción y la realidad, la geografía, los límites del silencio, las fronteras de la verdad, todo es posible en la escritura y ello es universal, no pertenece a ningún país o continente de manera particular. Es otro mérito el de Bolaño, que marque épocas y tiempos, nuevas realidades y caminos, así como los buscó él, abriéndose paso entre García Márquez, Fuentes, Borges, Vargas Llosa y todos los que le precedieron. Es un desafío de cada escritor, buscar lo nuevo, hacer camino propio.

En una época fue el boom, ¿ahora se trata el selecto grupo de lso escogidos en Madrid o Barcelona?. Bolaño fue esencialmente un espíritu libre, anarquista, antiestablushment, aunque se diga que esribió sus dos grandes, macro, épicas novelas, estando casado y con familia. Marx también lo estuvo, y no escribió algo menor, como El Capital.
Creo que la novela como género, está cambiando, convinando todos los posibles recursos, géneros e invenciones. La narrativa apuesta a su propia respiración y sabe que su escenario es amplio, mucho más espacioso, permisivo, que la poesía. El mundo está cambiando a paso acelerado, la contaminación, pòlución, no sólo se da en el medio ambiente, sino en el Arte, y la literatura no escapa a ello.
El tema no quedará en estas líneas. Se ha dicho, en un mismo contexto, tantas veces, que ha llegado el fin de la novela. ¿Ahora le tocó al escritor latinoamericano abandonar o asumir la globalización literaria? Hay pioneros , que se autocitan, como referencial de este nuevo enfoque. El peruano Ivàn Thays dijo que alguna vez dijo que Bolaño era un latinoamericano profesional. Esto me recuerda la borgeana frase para calificar a Federico García Lorca, de andalus profesional.
Lo interesante es què hará la novela despuès de Bolaño. No habìa terminado esta nota, porque el escritor tambièn trabaja, asì que algunas notas quedan en el aire, suspendidas momentàneamente y esta es una ventaja de Internet. Se puede escribir un folletìn on line tranquilamente. Si, esta nota de paso no llegaba a su fin, cuando el indio Selman Rushdie declaraba el fin de la novela. Según él la novela viene muriendo desde Cervantes, hace màs siglos de los que puede aguantar el cuerpo de cualquier novela. Despuès de dar el tiro de gracia a la novela, salvò el libro a pesar de la revoluciòn electrònica.
Existirà literatura, novela o poesía, o como quiera llamàrsele a cada uno de los gèneros, mientras tengamos imaginaciòn, memoria y el hombre ejerza su capacidad de aventura y crea en sí mismo.
La literatura es hija, y seguirá siendo, de otras lecturas, la verdadera, aquella que es aventura, transformación, conocimiento, juego, placer, puro placer. Los grandes narradores y poetas han sido feroces lectores: Neruda, Parra, Paz, Bolaño, Borges, el primero, Onetti, Vargas Llosa, García Màrquez, Carpentier y la lista es numerosa, se atropella en las páginas pasadas. La literatura nace de otra literatura, es experiencia vivida, ficción de lo que se dice de otra manera, realidad pura, pasión, memoria, sueño, visión, vida, una aventura que sólo termina en la última página.
De Bolaño podemos decir, que fue un escritor que se la jugó, además de dejarnos su obra. No vivió con bozal y no es que los tiempos hayan cambiado para que el ser humano deje de ser humano, se pronuncie, participe, haga comunidad, sociedad, y se exprese en medio del caos como un habitante del planeta suicida. Tal vez estemos inaugurando una nueva especie de literato, el escritor avestruz, ese que ve el mundo como un hoyo de una cancha de golf. Tiene 18 opciones para esconder su cabeza.
Después de Bolaño, lo que queda es seguir escribiendo, leyendo, transformar la pesadilla en roca.
Los verdaderos escritores dejan señales en el camino.

lunes, septiembre 21, 2009

El inocente retorno del amigo de Alicia


















La ciudad junto al plano, después de todo, puede verse en blanco y negro, y no es tan perversa como pareciera: no se devora a todos sus hijos. Las historias cotidianas tienen su otra cara, el reverso de su moneda que aparetemente rueda por un sólo lado. Alicia, la bailarina, ustedes la rcuerdan. Su actitud aventurera, ese espíritu trasgresor que le alabo frente al equilibrio de la vida, lamentablemente le costó la vida. Un error de cálculo. Las bananas eran tentadoras y las ciudades son cada día màs avaras. Las personas crecen como zarcillos y se devoran asímismas.
No hay espacio para tantos sueños. El metro cuadrado se ha encogido. Somos màs, muchos màs y algunos tienen apetito de elefantes, incluso sus bolsillos son para patas de elefantes. Tragan, pisan lo que encuentran el camino, arrasan, y siguen frente al paisaje como si les faltara camino.
A las ciudades se les caen los dientes de leche. Pueden terminar bocachas, sordas, ciegas, mudas, impotentes si no se les atiende a tiempo. Un ciudad por donde se le mire, el espinazo, als piernas, el ombligo, su torax, el trasero, su boca profunda, intestinos, es una aventura como recorrer sus venas màs importantes e íntimas. Tienen corazón y se le oye bombear. Tic, tac, tic, tic, tac, tac.
Me deprimió mucho, confieso, la muerte de Alicia cuyo desplazamiento, baile era impecable. Enseñaba su arte con la modestia de una eximia bailarina. Nadie dudaba de su encanto para conquistar a su secreto y anónimo público. Detrás del ventanal aplaudía con el silencio de las huellas de mis manos y dedos. Me interesaba que se manifestara su arte sin la más mínima interrupción. Lo reconozco, disfrutaba cada uno de sus movimientos y su sutil desplazamiento en armonía con su cola, como la claridad de su programa, un libreto impecable, sin fallas, ni titubeos. Y de pronto me di cuenta, cuando la había perdido, que ya nada volvería a ser igual. Al paisaje le faltaría ese silencioso movimiento de la gracia única de Alicia.
El tiempo pasó, dejò su espacio, abrió una brecha de silencio. Algo quedò suspendido. Todos los días miraba hacia los pinos, en dirección del bosque, alto, donde se perdía la vista y la esperanza. Caminaba y de pronto sentí caer un coco. Me detuve y pude apreciar su hueco y que ya no tenía agua, líquido en su interior. Sospeché que no estaba sólo. Un indicio de alguien màs. Vi varios cocos màs en el mismo estado a lo largo del parque, en las proximidades de un par de palmas. Los cocos vacíos eran una pista singular. Agua de pipa le llaman en el trópico y es buena para los riñones, bastante refrescante. Pero su vacío interior era solemne, silencioso, como mirar al fondo de un caracol.
La ciudad seguía con su nervio motor andando, ese caos que ella misma administra como una suicida confesa, inevitable, empujada por la época.
La ciudad es víctima de su propia tolerancia. Deja que le hagan lo que le viene en gana a su irresponsable habitante. Oye, permítele respirar. Que el sol la bañe y el mar siga siendo mar.
Los días eran irremediablemente màs feos sin Alicia.
Ya me había subido al automóvil. Sólo me quedaba encender el motor. Y alcé la vista para acomodar mi última imagen del sitio. Mi sorpresa fue grande. Apareció con la misma gracia, el amigo de Alicia, que en homenaje a ella, no he querido bautizar con ningún nombre màs que asociarlo a ella. Pienso que eso le gustaría. Ella nunca me habló de él, ni se hizo acompañar por nadie en sus debut a diario. Eran premieres absolutas de ella. Las fotos son elocuentes. Ahí están las pruebas de su existencia. El coco abierto tenía un dueño. Seguí observando aquel día y pude ver como se desplazaba del cocotero de la palma. y retornaba al bosque. Impecable en su danza. Me bajé sigilosamente y con algunos fogonazos detuve en el aire su trayectoria imparable. Hizo mutis por el foro. Era su primera presentación. Vi la hora: 2.45 pm. El silencio del bosque se hizo más grande y seguro. Volví a la ciudad. Era mi única alternativa a esa hora.
Rolando Gabrielli©2009

Así de rotundo
















Tú estás aquí
porque estás
en mi corazón
Así
de rotundo
Rolando Gabrielli©2009

Art primavera






Oye, llegó la primavera
más liviana que el aire liviano
de tu cuerpo.
Los cielos volverán a despejarse.
Perfil de pájaros nuevos
al atardecer de la rama sobre el árbol.
Las horas viven muertas sin agenda
y la rata esconderá su cola
hasta el próximo invierno.
Oye, menos ropa sobre el cuerpo
y tú aún con tu boina roja mirando
la luz fría del amanecer
en una estación del metro.
Dejas la ciudad inmóvil borrada
en la cola de un tren sin espejos.
Rolando Gabrielli©2009