sábado, abril 07, 2007

JUSTINIANI, MARGINAL DE LO PROFUNDO, RAIZAL







Justiniani es pintor, artesano, creativo, artista de lo popular panameño. Lo conozco hace algunas décadas y la calle es su mundo junto a otros artesanos kunas o de países suramericanos que vienen a presentar y vender su arte al Istmo. Con frecuencia se le ve en la vía Veneto, en las cercanías del hotel El Panamá, uno de los lugares de paso más concurrridos de la zona céntrica de la capital. Allí instala su pequeño escenario con las muestras que va elaborando durante los días. Trabaja a tinta sobre cartón, papel, cortezas de árboles, cocos, inventa sus propias técnicas para profundizar en Panamá.
Estas palabras son absolutamente improvisadas, dispersas, como espero le gusten a Justiniani, quien estudió arquitectura antes de sumergirse en este arte popular. Durante años he esperado para hacerle una entrevista, hemos conversado decenas de veces, entre risas, la noche siempre por testigo, un café, me comenta que tiene una serie sobre Neruda y otra de América.
Su obra es para la inmediatez del ojo que coincide con su obra, porque nunca está expuesta, sino aquella que tiene un diálogo más directo con el público: las chivitas, águilas arpías (ave nacional), loros, comparsas (motivos carnavalescos), el Panamá que ya no existe, sentimientos de tierra adentro. Justiniani" es un marginal de lo profundo raizal", un artista que lucha por el pan de cada día y se mueve como un resorte por las calles de la ciudad. Su obra va con él, atada a sus propias visceras.
No lo he visto hace meses, hemos conversado horas, vive el día a día. Trabaja sus temas con detalle y dedicación. Entre sus trabajos, al serie de las chivas me parecen extraordinariamente logradas y muchos de eso cuadros han viajado hacia varios países, adquiridos especialmente por turistas norteamericanos.
Después de la invasión norteamericana a Panamá conversamos sobre como rescatar algunas cosas. El arte, la pintura, tienen esa posibilidad de recrear desde las sombras el pasado e iluminar el futuro. Recuerdo que le pedí que me dibujara una chivita que se iba al cielo y llevaba detrás el barrio El Chorrillo, el lugar más devastado por la invasión. Le gustó la idea y después de un largo tiempo apareció con la plumilla en blanco y negro que encabeza esta crónica. Ahí se ve el barrio, muy popular, fronterizo a lo que se denominaba la Zona del Canal.
Las chivas y chivitas son vehículos llenos de colorido como muestra la última foto, que circulaban en Panama y lentamente fueron desapareciendo. Crucé muchas veces la avenida Balboa, sentado en un neumático al fondo del corto pasillo, rodeado de indios(as) Kunas y trabajadores. Un vehículo de miniatura, angosto, con pocos asientos, frágil, volando por la ciudad. Así mismo se despidió, sin bulla y dejó sus pintorescos recuerdos.
La ciudad no es la misma, no sólo porque se moderniza, sino ha perdido esta pequeña magia del transporte que contrastaba con el mar y los rascacielos.
Alguno de estos días espero intercambiar unos cafés con Justiniani, en la calle, como a él le gusta saborear la vida, al instante, de paso.
Rolando Gabrielli©2007

viernes, abril 06, 2007

DÉCADA BLOG


La Bitácora (Blog) es un ruido, viene del fondo del pozo de una pantalla blanca. Un blogger, quien escribe una Bitácora, debe estar preparado para decirle a sus lectores: el santo y la limosna es de ustedes, pero no comulguen con ruedas de carreta. La palabra y la historia, hecho, ficción, rutina personal, diálogo, monólogo, es un mensaje público, abierto, disponible a quien tenga Internet en cualquier parte del mundo a través de un Blog.
Todo tiene un comienzo, una historia y el Blog no es la excepción. Hace 10 años, el norteamericano Dave Winer difundió en abril el primer Blog. Un espacio elemental, sin fotos, ni videos, pero una nueva manera de informar, comunicar. El éxito se desprende del uso masivo de esta herramienta digital: más de 73 millones de personas en los más diversos idiomas, a razón de más de 120 mil diarios. Es la Babel de babeles y el idioma japonés es el más usado con un 37 por ciento, seguido del inglés, 36 por ciento, y el español, 3 por ciento compartiendo el cuarto lugar con el italiano. El español cojea por el lado científico-técnico y la marginalidad de mucha población latinoamericana, donde el idioma castellano es mayoritario de una lengua hablada por 400 millones de personas en el mundo, incluido Estados Unidos.
El blogger dispara desde su propia perspectiva, no siempre es una persona preparada en las técnicas del periodismo y la información. La facilidad para crear esta herramienta, no hace posible discriminar la calidad de los mensajes (contenidos) y muchos se convierten en diarios de vida, sin otra intención que contar intimidades, anécdotas, pasajes casi desprevenidos de la vida personal: ego/amor/soledad/aventura/pasión y a veces, páginas muertas.
La democratización creciente de la información se le debe hace 10 años al Blog, que cuenta con páginas brillantes de revelación de la verdad. Sólo este hecho inédito en la historia de la información mundial, justifican el Blog. Guillotinar la mentira, decapitar el hecho engañoso, fraudulento, pasar machete al olvido, a los recursos de la "gran prensa" de las medias verdades, es un acierto del blogger que trabaja con la verdad, transparencia y se debe a su público lector de internautas.
Un verdadero blogger cuenta la verdad y es un intermediario fiel a los hechos, veráz.
Que me lean las moscas/un búho en sus noches insomnes/la ciega alba con sus espejuelos rosados/un grupo de hormigas emprendedorasd/que me lea la noche/con su auténtica luz de plata/que me lea el desolado brillo de tus ojos/la eterna mirada de las rosas.
La galaxia Blog puede contener 73 millones 777 mil blogs, millones de soles muertos, nosotros ver el último esperado atardecer de un brillante agujero negro y aún así la palabra debe ser verdadera, como si fuera la última.
Los enemigos se asustan solos/las fauces devoran/eso creen su palabras/Dicen con voz raquítica/tuberculosa/a Gabrielli léanlo entre líneas/no mastiquen su Verbo/Ellos apestan con sus voces aflautadas/pero hacen coro/no crean/el veneno les alimenta/ duerme los sentidos.
Rolando Gabrielli©2007

lunes, abril 02, 2007

El hilo negro


No tiene punta, ni orilla, la noche cuelga del hilo negro. Combate de espadas, silencio, la sombra es el espacio, luz del hilo. Medioevo del sueño, rotación de la noche, el alba. Suspensión del hilo, radiante gladiolo. El hilo es tu deseo, sueño.
Rolando Gabrielli©2007

domingo, abril 01, 2007

EL OJO VIVAZ DEL BEST SELLER


Subí al taxi como si el tiempo se detuviera en esa máquina refrigerada que manejaba un vivaz joven chino. Pasada la medianoche, iba con unos jugos, yogurt y pan integral. Noche total y la máquina arrancó frente al supermercado a la velocidad del rayo. (Los rayos calcinan personas y animales en Panamá y sólo el cuerpo los siente cuando abandonan el cielo para morir con/junto a otra vida en la tierra.) Dos dólares me dijo, cuando le indiqué la dirección. Atravesamos la arteria principal del centro de la capital y a la izquierda las luces del casino desetabilizaban la penumbra del resto de los espacios que rodeaban el asfalto como dinosaurios dormidos. El vivaz no dejaba de gesticular y mirar algo más que de reojo. "Uno tiene que trabajar duro aquí", dijo. Todos trabajamos, respondí. ¿"Usted qué hace"?, me interrogó. Escribo. "Ah, dijo, en tono seguro. Usted es un best seller. Casi me destornillé para mis adentros. Sonreí con algo de sarcasmo en mi mismo. Se me cayeron millones de páginas en blanco por un precipicio donde nunca llegaban al fondo y volaban para agruparse como un gran libro triste, desolado a punto de llorar lágrimas amarillas. (De noche, todas las lágrimas son negras)
El chino miraba por el parabrisas la oscura noche de la ciudad y compartía gestos con el vidrio retrovisor y su pasajero. "Hacen millones y trabajan poco. Con un libro dan un golpe mortal y se llenan el bolsillo. Uno debe trabajar todo el día y sudar. Usted puede escribir: Hombre rico, hombre pobre. Y así siguió lanzando títulos como manuales de autoayuda," deseándome éxitos: La historia real de mi familia. (Yo pensaba en otros títulos, pero prefería no hacer comentarios, no fuera a ser que el chino vendiera las ideas. ("
El gato encerrado"; "La vela encendida" "La carroza sin muerto" "Tuerca de un mismo tornillo")
El chino tenía ideas en mente, que me recordaba la ilusión óptica. "Los escritores se hacen ricos con uno sólo libro, repetía. Pueden escribir diez, pero uno es el bueno y se vende". Superado por la imaginación, le brillaban los ojos con mi supuesta fama.
No he editado ningún libro, le dije. Se calló de silencio absoluto, quedó sin un sólo gesto y se hizo prisionero de su lengua muerta. Más bien su pensamiento salió del taxi y se estrelló contra el pavimento de la acera. Mueca de un manchón amarillo, evaporada en la irresponsabilidad de la noche.
Yo miré sin tiempo, viendo como un reloj de arena carecía de una fecha más significativa que el breve instante que marcaba sus decididos granos en cambiar de posición. Sólo hubo gestos, hasta que el taxista siguió enumerando best seller, animando su imaginación y deseándome triunfos. "El río celestial"; "La huerfanita del amor inconcluso"; "La rosa, el piano y el canario". Parecía que era la noche de su audacia imaginativa y verbal. ¿Quería tener un ganador a su lado" ¿O se había apoderado de él una especie de fiebre imaginativa? Ya no sé si estaba sostenido al timón o a su propio empeño de volar, de salirse de la realidad. La conversación pudo haber tenido más matices, pero las distancias aquí son cortas, a no ser que los feroces tranques durante el día te dejen detenido como frente a un podium, con la palabra en la boca.
¿Cuál habrá sido la última lectura de este ser milenario? Manos finas, pelo cortado al machete, alegre, y verboso, de fértil imaginación, fantasioso en el titilante monedero de la noche?. Al ingresar a la barriada, dijo una de sus últimas frases célebres: usted es una persona no rica, pero acomodada. Aún viajaba con ese sombrero de ideas, pensé. Le respondí: tú vales más que yo. Un chino aquí cuesta 10 mil dólares. Se rió y dijo, no, 20 mil. Bueno siempre me subiría la apuesta, dije para mí. La noche tenía una luna que se devoraba en el sueño, espléndida, llena de luz y esperanza. El verdadero best seller de la poesía, nunca pasa de moda. Rolando Gabrielli©2007

El poema, juez y parte

El poeta quema sus naves en la hoguera de las palabras. Y si la palabra no es fuego letal, no arderá el poema. El poema es cruz, espada, sombra de lápida erguida y se recicla sin tiempo. El poema es una gota en un mar de cosas muertas. La casa no construida para ser habitada, oscura luz del poema. La musa dobla una oreja tibia y sonríe, cuando el poema es galope, guiño, señal, orilla de un mismo centro.
Alberto Rubio, fue silencioso, bautismal, como una vasija de greda, autor de dos puñados de poemas y se hizo juez y parte de la poesía chilena sin proponérselo. Lo vi una sola vez detrás de unas grandes verjas en las ruinas de una construcción, caminando como si no se notara, de soslayo por Santiago en los setenta, en la calle Portugal. Ahí va Rubio, me dijo Waldo Rojas, ese es y me habló de Greda Vasija, su mítico primer libro de poesía, que le silenció casi de por vida a este Juez de Isla de Pascua.
Poemario de brillante, silenciosa espuma, atascado en sus muchas y únicas lecturas. A veces pienso que Alberto Rubio escribía para aumentar su silencio, y callar doblemente en la palabra. Dicen que su mujer Raquel Huidobro le vio quemar sus poemas en una playa de Isla de Pascua, cuando la Armada de Chile le trasladó a ese ombligo de mar en un barco para ejercer su cargo de Juez. ¿Rubio se hacía justicia así mismo, al quemar los poemas que consideraba no pasaban su exigente filtro? ¿Rubio corría dentro de sí mismo y dejaba que la lengua encontrara la palabra?
Misterio del poeta, juez y parte, de sus palabras, Rubio deambulaba en el carozo de su propio e inútil, muchas veces, lenguaje. Se enmudecía ante sí y doblegaba todo éxito, bombo y platillo, ante el majestuoso silencio de su palabra.
Treinta y cinco años median entre uno y otro libro: Greda Vasija (1952) y Trances (1987). Son sus dos únicas naves que llegaron a tierra firme. Cualquier otra posible nave de su poesía, Rubio la quemó en Isla de Pascua. ¿Encontró en ese enigmático territorio, el más lejano de Chile continental, la respuesta a su silencio? ¿Buscaba el origen de la palabra olvido?¿Como Vallejo conquistaba la sombra del poema, porque la luz era para quien lo leía?
Poeta de dos grandes zancadas, no le concedió fianza a su propia palabra, le exigió la dura frágil estructura de una vasija de greda que deja su luz como si fuera memoria de su presencia y olvido. Ensimismado en un agua que no retiene una mano, siguió escribiendo riguroso como el olvido. Juez y parte de su propia poesía, podó su árbol, las ramas, dejó el fruto solitario a la intemperie, donde cada lector lo recoge y disfruta a su manera y entendimiento. ¿Poesía para cualquier estación o temporada del año?
Leamos a Rubio, lo que él quiso que leyéramos, lo que nos dejó en su exigente y avaro oficio. Rolando Gabrielli©2007
El Cactus
Alberto Rubio
Apretada la tierra en la greda vasija
ha tiempo que parió al esbelto cactus.
Cada día lo veo de mañana,le llamo:
-Fiel amigo, esbelto infatigable.
Entonces me obedece el cactus verde,
se adelgaza, se esbelta infatigable,
y yo le digo: -Amigo, amigo verde.
En las tardes parece que envejece.
Pero en cada mañana me lo dice:
-Yo soy verde y esbelto, esbelto infatigable,
leal amigo, reciente, madrugador, delgado.
Le vuelvo a llamar fiel, y él permanece
en la huída de los días.
-¡Anudador de días!- digo entonces.
Y él me junta los días,
los engarza en su esencia delgada.
Así yo tengo el tiempo vuelto cactus:
delgado, fiel amigo, esbelto infatigable,
madrugador, reciente, el joven siempre verde.

Inmóvil
Alberto Rubio
Fatiga despuntar un par de pasos:
basta el impulso como heroico avance.
Deslumbra agotador el solar trance
de perseguir las albas, los ocasos.
¿Correré siendo sol por campos rasos,
rayos mis piernas de frugal alcance,
si sangro sombra en vesperal percance,
rotos sanguíneos y solares vasos?
Dios mismo se cansó cuando encendía
su universo, del mundo, que no cesa
de cansarme como a Él lo cansaría
con su fulgor de chispa en cielo presa,
viva en el tiempo enorme todavía,
pronta en el infinito a ser pavesa.