miércoles, febrero 22, 2017

Todo huele a palabras


 

Todo huele a palabras,
ninguna mosca me distraerá,
del menú del dìa:
degustación del poema,
por escribir,
palabra por palabra,
en la blanca crema
de un dia cualquiera,
único,

irrepetible.
Rolando Gabrielli©2017

Las palabras están escritas


Las palabras están escritas,
vendrán  estaciones desconocidas,
trigos nuevos de doradas espigas
Se nace un solo día,
no hay principio ni fin,
polvo, polvo
El pez volverá al mar
Los  sauces llorarán de risa junto al río,
la comunión de inviernos y veranos.
70 son los pájaros rojos,
siete veces diez,
volarán de mis manos,
hacia donde tú estés.
Rolando Gabrielli©2017

Gonzalo Rojas





Gonzalo Rojas se llevó
la epidemia de la palabra,
en cuerpo y alma
ascendió con su rayito
la luz del  niño de Lebu,
y el carbón dorado,
prendió  fuego
a la poesía,
en el sur
del  idioma.
Rolando Gabrielli©2017
 

 

martes, febrero 21, 2017

En la era digital


En la era digital,
no nos vemos las caras,
hablamos y reímos a distancia,
el tacto, la voz, la mirada, el oído,
todo eso que llaman sentidos,
es digital y nos seguimos viendo,
en imágenes por una pantallita,
con las mímicas,
la imagen de lo que somos.
No hay carne ni huesos,
Ni sombras reales,
solo entelequias.
Rolando Gabrielli©2017

lunes, febrero 20, 2017

El ángel de Venecia no cae del cielo,
ni es alado su cuerpo  que viaja en  la gracia
de un cable que lo desliza
desde el campanario
en la plaza de San Marcos.
(Il Volo Dell’angelo), murmuran aún
con asombro  extranjeros y venecianos,
con sus trajes y máscaras
absortos ante el campanile
y Venecia que sobrevive
a sus aguas y belleza
Lanza  confeti el divino ángel y 
consagra el carnaval medieval,
la commedia dell’arte ha comenzado
 
 

domingo, febrero 19, 2017

La ciudad es blanca
y sus límites, las aguas.
El tiempo funda todo
y construye sobre escombros.
Un nuevo espacio reclama
su espacio y el hombre dispone
sus propios pasos en el lugar
donde habitarán cuerpo y sombra,
nada más.


En un parque

En un parque, de viaje,
la memoria no me olvida,
soy su infante atravesado
por los puntos cardinales.
Un trébol de cuatro hojas,
marca mi verdadera fortuna.
El sol es el astro que nos ilumina,
febrero de luces largas
y grandes árboles deshojados,
que renuevan raíces
y viejas palabras casi olvidadas.
Rolando Gabrielli©2017