Lo mejor fue escribir

Lo mejor fue escribir

para nadie,

decir una que otra palabra,

ante ningún inesperado

 auditorium.

Ver como la torpe luz

de una ampolleta titila,

sin ningún fin determinado.

Abandonarse al verbo,

una sola sílaba,

no escribir más.

Rolando Gabrielli©2014

Me repito como una pared

en silencio
Me cubro los ojos,
no quiero ver
Me tapo los oídos,
no quiero escuchar
Mi infancia está
en una pequeña cama
de barrotes,
quiere crecer,
en libertad.
Rolando Gabrielli©2014

La tierra es un duro rojo metal

 

Este es el desierto frente al mar,

vastedad del gesto,

virtud de la arena y la sal,

barroca elocuencia de un mudo paisaje,

espacio y almadén,

solo el silencio pareciera construir,

donde el hombre cava sus huesos
y el tiempo perfora cadenas.
Con su ábaco el porvenir
aún cuenta ataúdes.
No son negros estos tulipanes dormidos
pero cada aniversario lleva tu nombre.
Dura y roja cruz,
la semilla y el metal.
ll
Sobre la espalda obrera
el espinazo de Chile:
albatros, espada o remo,
la historia es una rueda de sal.
Lápida roja de todos los pasados,
el sol camina por el largo asfalto.
Bajo un  cielo cobrizo de brumas
el salario del mineral de  Chile.
La larga sombra de Chile,
se extiende más allá del dolor.

III

Un norte habita tus ojos húmedos,
estrella solitaria
La tierra es duro rojo metal
más generosa que el filo de una espada:
Santa María de Iquique, Pisagua,
Chuquicamata.

Este es el desierto frente al mar,

aquí está la tumba de Chile,

sal y pimienta de su historia,

roja en la gloria, negra en la muerte.

Son las manos de Galvarino

las que escriben con tus manos

este mudo poema,

huérfano, sólo

si tu no hablas.

Rolando Gabrielli©2014

Cruza el sol herido

Cruza el sol herido

el tránsito rojo de mi mano,

el día o el camino gastado.

Un río fue la sombra de mi cuerpo,

el cabello de la mujer amada.

Raíz una y otra vez,

hacia donde migra,

bajo las llaves del olvido.

>Rolando Gabrielli©2014

Sentados están

Sentados están mis fantasmas

con sus sábanas blancas,

impecables en su nueva vida,

livianos de ropas, gráciles, cómodos,

 espiritualmente perfectos.

Nada sobra al cuerpo

y el alma acomoda sus bártulos,

discretamente más allá.

Sin más peso que el viento,

las hojas caen en el jardín

de Adán y Eva.

Un fruto al pie de un árbol,

será la semilla algún día.

Rolando Gabrielli©2014

Yo me miro el ombligo

Yo me miro el ombligo

en toda su inmensa profundidad

el significado de la vida.

En este lugar impúdico,

desnudo mi yo,

atado a nada,

umbilicalmente solo

ante el mundo,

en el inmenso espacio

de mi mismo.

Rolando Gabrielli©2014

Toca la puerta

Toca la puerta y pregunta

si ha salido de viaje

Una ventana permanece abierta

y no responde de la misma manera

al paisaje si no has vuelto a ver

que una puerta cerrada no contesta

No preguntes si estuvo,

de alguna manera nada es igual,

ni ha permanecido en su sitio

a un mismo tiempo

Así sucede.
Rolando Gabrielli©2014

Un dios me reclama

Un dios me reclama tu mano.

Le digo: es mi prometida.

Responde: tiene dos.

La moneda  que lanzo al aire,

también tiene dos caras,

pero el amor verdadero solo una.

Rolando Gabrielli ©2014