¿Quién será
favorecido este 2025 con el Premio Nobel de literatura? Hay pocas pistas y
menos interés por el premio estrella de la literatura universal. No se ven
candidatos determinantes, aquellos que indudablemente están destinados a hacer
historia con un peso específico por sus mejores
páginas.
En un mundo en
llamas, la literatura pasa agachada, indiferente, inclusive no se nota la
preocupación de los “intelectuales” por
lo que está ocurriendo aquí y allá a esta hermosa esfera azul, cuyos
polos se derriten a ojos vista de esta generación que preside un cambio
climático, al cual, no pocos, hacen caso omiso. El lauro sueco debiera ser para
aquellos que resisten en la intemperie y están en defensa de un planeta que se
niega a una sistemática destrucción.
Volviendo al Nobel de este año, figuran un hindú, español, húngaro,
mexicana, australiano, norteamericano, china, rumano, británico, poeta
canadiense, y que tal el eterno candidato el poeta sirio Adonis o el japonés, Murakami.
Adonis es un eterno postulante, ya tiene 95 años, y estos versos de su poema
Extravío, le vienen como anillo al dedo en la ocasión: Perdido /tiro mi rostro
al polvo/y a la mañana/lo arrojo a la locura. Se trata del azar,
probando el destino, tal vez, como suele ocurrir con las premiaciones, son
muchos los factores que intervienen, el gusto, por ejemplo, la geografía, el
historial de un autor, y tantos otros factores que prefiero no imaginar.
Murakami
Nicanor Parra, el anti poeta chileno,
candidato al Nobel, envió un mensaje a los jurados, cuando ganó el Premio Miguel
de Cervantes el 2011 a los 97 años, casi por cansancio o porque no entendían su
poesía, ya que era el poeta vivo de habla hispana más influyente hace un par de
décadas, al menos. Parra dijo a través de un nieto: Los premios son como las
Dulcineas del Toboso mientras más
pensamos en ellas, más lejanas, más sordas, más enigmáticas, los premios son
para los espíritus libres y los amigos del jurado. Con una gran carcajada
recibieron los asistentes estas francas y demoledoras palabras. Una gran
lección para cada uno de los aspirantes.
Mientras más grande, importante, codiciado es el premio, como el Nobel,
que consagra a un autor y lo difunde por el mundo, mayores son las expectativas
y laberíntica la toma de decisiones que aclaman a un ganador por sobre tantos y
tantos postulantes.
El mundo
La política también es un factor, dentro de otros factores, porque el
Nobel no es inmune a la contaminación de nuestro tiempo y los jurados suelen
deliberar después de leer muchas obras a
poco más de 30 días de dictar un fallo, cuyo debate, la cocina del lauro, se
conocerá medio siglo después. Por ahora, se pronunciarán sobre un nombre y
dirán por qué lo escogieron y cuales son las bondades de su obra, los méritos literarios.
Como sabemos, las grandes portadas de los medios son las catástrofes,
las guerras, el acoso militar, los desastres naturales, la corrupción
inagotable de los dueños del poder, la locura de algunos gobernantes, lo nuevo
de la Inteligencia artificial, la desaparición de algún influencer que
desconoció las reglas del peligro, los vendedores de humo de todas las
especies, la insurrección de un mundo desconocido y que da pasos silenciosos,
aparentemente hacia el abismo. Me uno a los inmigrantes que hacen fila para
subir a un cohete que los lleve a nuevos mundos habitables, donde todo vuelve a
comenzar. Pienso en Bradbury que quería que depositaran sus cenizas en Marte. ¿La
realidad supera a la ficción?
El suspenso ya es una tradición sueca.