jueves, octubre 05, 2023

La oscuridad luminosa de Jon Fosse


 

En realidad, el Premio Nobel, es una apuesta riesgosa, los académicos pasan un año estudiando obras y autores. En ese círculo virtuoso, se desprenden los gustos, el carácter universal de una obra. Sus aportes a la literatura y a los valores humanistas, y el azar echa dados a correr y cartas a barajar. No debe ser fácil llegar a un consenso. Da voz a lo indecible, dicen los académicos del dramaturgo noruego, Jon Fosse,  galardonado  con el máximo premio de las letras universales. Lo indecible es una palabra potente, raya en la mudez, en el asombro que produce un acontecimiento y pareciera no existir palabra alguna que lo pudiera explicar, narrar, algo así como lo inefable. La poesía es un acto inefable. Es un decir sin decir. Aplaudamos entonces, al silencio.

Confieso que no lo he leído, tampoco lo conocía, a pesar que sus obras dan la vuelta al mundo, según las notas periodísticas escritas sobre su elección por parte de los académicos suecos. Su obra la comparan con  Samuel Beckett, el multifacético escritor irlandés  que se paseó por los distintos géneros literarios, teatro, novela, poesía, cuento, ensayo, y  ganó el Nobel en 1969. Después de todo, además de tener obra hay que contar con un trébol de cuatro hojas y un talismán de la suerte, cuando entras en la ruleta rusa de los favoritos.

Jon Fosse parece un vikingo moderno y además tiene una mirada vikinga, da la impresión que va a desembarcar de esas naves a remo tan ligeras, listo para el asalto de algún territorio, y en este caso es el de  la literatura y sus lectores en todas partes del mundo. Vive en la ciudad noruega de Bergen, cuyo colorido de las casas se asemejan a los cuentos de hadas y de príncipes llenos de aventuras soñadas. Precisamente manejaba su automóvil hacia el fiordo Norte, cuando se enteró del anuncio de la Academia Sueca. Parte de su residencia la comparte entre Noruega y Austria.

Lo sorprendente de su obra, además de los calificativos de la Academia Sueca, es que está escrita en nynorsk noruego, lengua que solo habla el 10 por ciento de Noruega. Afortunadamente, existen las traducciones para su obra y lectores, que pueden disfrutarla en más de 40 lenguas. El galardonado Fosse afirma que escribe sobre la humanidad y no de personajes tradicionales. Otro mérito de su singular obra, radica en que es el cuarto dramaturgo en casi 90 años que ha obtenido el Nobel. Noruega tiene tradición en el teatro, su buque insigne es nada menos que Henrik Ibsen, cuya influencia en el teatro moderno es reconocida por la crítica mundial.

Jon Fosse se identifica con dos autores trascendentes, Beckett, como hemos dicho, el poeta austriaco George Tralk, quien murió a temprana edad, y nos ha dejado una poesía otoñal, a veces un tanto lóbrega y sobre todo es considerado un autor de la decadencia. Probablemente, es una opinión personal, Kafka puede encontrarse también entre sus lecturas favoritas y posible influencia. Curiosamente es lorquiano, posiblemente por el ritmo de su prosa. Sus personajes, al decir de la Academia Sueca, se desplazan en atmósferas no precisas, algo inciertas, no definidas, que carecen de una certeza. En su obra, destacan y dicen los académicos, hay pausa, silencio y en sus personajes está muy presente lo no dicho, lo indecible, como se ha enfatizado en su obra.

Fosse no solo ha escrito teatro, su obra incluye novelas, poesías, ensayos, literatura infantil y traducciones. De acuerdo con los críticos de su obra, lo consideran un escritor polifacético, pero poco asequible para el gran público, aunque se le destaca por su lenguaje sencillo, contradicción que pudiera resultar de la intensidad de las atmósferas que crea, donde el silencio, lo inefable, se apodera de la escena o situación. Alguna vez Fosse dijo que escribir es como rezar, quizás podría decir que ese es su mantra: rezar la literatura, otorgarle el ritmo de la oralidad, con cadencia y los respectivos silencios y ritmos. De alguna manera los antecedentes musicales están a la vista, vienen de la adolescencia cuando disfrutaba tocando la guitarra y el violín. Abandonó la música, pero siempre queda algo en el pentagrama de la vida. Un escritor va incorporando todo cuanto encuentra en el camino a su manera de ver y tomar el pulso a la realidad y sus sensaciones. Fosse se identifica además con que forma y contenido van de la mano en una obra. Lenguaje preciso, minimalista dicen los suecos.

Me gusta, parece necesario escuchar al autor cuando quiere expresarse sobre su obra, el significado y trascendencia que le da a su oficio, manera de ver y sentir la literatura, acercarse al lenguaje,y ver cuanta distancia toma de él y que le sucede como escritor en función del ejercicio de su obra. Para el noruego que se pierde entre los maravillosos  fiordos de su país, "escribir tiene mucho más que ver con desaparecer como persona que con ser visible como persona. Busco escapar de mí mismo, subraya, más que expresarme. Quizás la buena literatura tenga algo que ver con aprender a morir". Después de todo, la parte inferior de un fiordo no es visible, está bajo el nivel del mar.

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Un poema de Jon Foss, traducido por el poeta mexicano Roberto Amézquita

Una persona está aquí

Una persona está aquí
y luego ya no está
en un viento
se desvanece
hacia el interior
y se une al moverse de las piedras
y se vuelve significado
en una unidad siempre nueva
de lo que es
y lo que no es
en una quietud
en la que el viento
se vuelve viento
donde el significado
se convierte en significado
en movimiento cambiante
de todo lo que ha sido
y al mismo tiempo es
desde el origen
cuando el sonido era el significado
antes que la palabra se escindiera
y ya no nos abandonara más
Pero está siempre
en el pasado y siempre en el futuro
y en algo
que no existe en su frontera
que desaparece
entre lo que ha sido
y lo que está por venir
En un solo movimiento no es
ni tiempo ni distancia
Se aclara y desaparece
y al desaparecer
permanece
Y en su oscuridad
se ilumina
mientras dice
calla
No tiene lugar
Es todos los lugares
Está cerca
Está lejos
y el cuerpo y el alma se encuentran
en algún sitio
que es tan pequeño
como grande
como todo lo que es
y como nada
donde toda sabiduría
y nada se sabe
en el íntimo ser indivisible
en que todo es sí mismo y todo lo demás
en la división indivisible
en la frontera ilimitada en la que al desaparecer
como una clara presencia súbita
desaparece
y avanza por el día
donde el árbol es árbol
y donde la piedra es piedra
y el viento viento
y donde las palabras
son una unidad incomprensible
de todo lo que ha sido y todo lo que desaparece
y así es como queda
como una palabra de consuelo

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