Todos los desiertos
no son más que un grano
en un reloj de arena,
que registra pacientemente
el tiempo, sobre todo
la memoria silenciosa
de estas palabras.
Rolando Gabrielli2025
Periodista, escritor y poeta chileno en Panamá
Todos los desiertos
no son más que un grano
en un reloj de arena,
que registra pacientemente
el tiempo, sobre todo
la memoria silenciosa
de estas palabras.
Rolando Gabrielli2025
si es que
existiera tal propósito,
es mostrar lo que
no se ve
y está ahí para ser descubierto,
una atmósfera,
unas palabras,
la imagen oculta
de la belleza
tras los espejos
rotos
que nunca olvidan
los rostros amados
y más allá del
cristal ciego
las palabras están
al filo
de lo que podrían decir,
tímidas, únicas, deslumbrantes,
de sigiloso verbo,
nunca ausentes.
Rolando Gabrielli2025
Escribir poesía, hablar de poesía, apelar a la
palabra que vive en la palabra, pareciera ser un acto ocioso, desconocer el
signo de los tiempos en tiempos de banalidad y terror.
Este viejo ejercicio de ordenar verticalmente las
palabras, puede ser tomado como un pasatiempo anacrónico, ya superado en la era
digital y de la inefable Inteligencia Artificial.
La poesía, muchos no lo saben, está en todas partes.
Su presencia, es la ausencia, a veces, de muchas cosas, que nos pasan
inadvertidas.
El poema es el compendio verbal, la poesía el espíritu
que da forma a los sentidos.
¿Qué sería el hombre sin los sentidos, sin la palabra, sin la poesía?
Ezra Pound, ya lo dijo. La poesía es un Arte y no un
pasatiempo. La poesía, independientemente de cada época se sabe oficio de
su tiempo, digo yo. Y es muy cierto, porque viene evolucionando desde los
tiempos inmemoriales y cada época viste su traje de obrera para interpretar su
tiempo.
Pound, Il miglior fabbro, según T. S. Eliot, da a los poetas una serie de consejos, muy atinados y recomendables. Déjate influir por cuantos grandes artistas sea posible, pero ten la decencia de reconocer plenamente la deuda o, si no, trata de ocultarla. No teorices, deja eso para los escritores de ensayitos filosóficos. No describas, recuerda que el pintor puede describir un paisaje mucho mejor que tú.
Piensa más bien en la técnica de los científicos y no
en la del propagandista de una nueva clase de jabón. Empieza por aprender lo ya
descubierto. Son muchos más los consejos que brinda Pound en su libro: El
Arte de la poesía, de recomendable lectura, editado hace más de 70
años.
No hay recetas para escribir un buen poema, solo
señales, como diría respecto a la propia poesía René Char. Pero no está
demás hacerse eco de algunas recomendaciones de Pound, apartar las ramas que no
dejan ver el bosque. Rolando Gabrielli2025
Writing poetry, speaking of poetry, appealing to the word that lives within the word, might seem like an idle act—an ignorance of the signs of the times in an age of banality and terror.
This old exercise of arranging words vertically may be taken as an anachronistic pastime, already surpassed in the digital era and by ineffable Artificial Intelligence.
Poetry—many do not know—is everywhere. Its presence is sometimes the absence of many things that go unnoticed by us.
The poem is the verbal compendium; poetry is the spirit that gives shape to meaning.
What would man be without the senses, without the word, without poetry?
Ezra Pound already said it: poetry is an Art and not a pastime. Poetry—regardless of the age—recognizes itself as a craft of its time, I would say. And that is quite true, for it has evolved since time immemorial, and each era dons its worker’s clothes to interpret its own time.
Pound, il miglior fabbro, as T. S. Eliot called him, offers poets a series of most apt and advisable counsels: Let yourself be influenced by as many great artists as possible, but have the decency to acknowledge the debt fully—or else, try to conceal it. Do not theorize; leave that to writers of little philosophical essays. Do not describe; remember that a painter can depict a landscape much better than you.
Think rather in terms of the scientist’s technique, not the propagandist’s for a new brand of soap. Begin by learning what has already been discovered. There are many more pieces of advice Pound offers in his book The Art of Poetry, well worth reading, published over seventy years ago.
There are no recipes for writing a good poem—only signs, as René Char would say of poetry itself. Yet it does no harm to echo some of Pound’s recommendations, to clear away the branches that prevent us from seeing the forest.
La muerte,
como nunca
antes,
en estos
tiempos volátiles,
distópicos,
donde nada
parece ser
lo que es,
no es una
casualidad,
está en
todas partes:
aire, mar y
tierra.
Rolando Gabrielli2025
La musa conoce la raíz
de no pocos de estos poemas,
los empujó a nacer y vivir,
-la poesía es un gran parto-
leyó muchos y
los disfrutó,
se miró en su espejo,
se vio y reconoció
en la vida, la
muerte
y esperanza.
(rg)
Aquí está la poesía esta mañana
y para la prosa están los diarios. Guillaume Apollinaire. Zona.
@migos @migas, hoy celebramos 20 años ininterrumpidos de compartir la mesa de la poesía en este Blog. Gracias, gracias por la compañía, por Estar, la presencia de ustedes es irreemplazable.
Un 28 de octubre del 2005 abrimos esta ventana después de algunos años de dar vueltas y vueltas por el ciberespacio sin un espacio, una casa propia, la Casa de la poesía. Sin darnos cuenta, no solo ha pasado el tiempo, sino que contamos con más de 5 mil 780 textos editados, trabajos propios, únicos, para una lectura libre de nuestros internautas. Ha sido un largo camino y aquí estamos en el día a día frente a nosotros mismos y a todo el que ame la poesía, casi un oficio secreto en estos días y época.
La velocidad digital, casi no tiene en el radar a la poesía, pero ustedes han dicho presente y eso marca la diferencia para este y otros tiempos. La ventana, desde un principio se abrió al futuro, porque la poesía, un género milenario, siempre ha estado presente y en todas partes. Que algunos la ignoren y no la vean, a pesar que está frente a sus narices, eso no quiere decir que la Belleza no exista.
Algunos pensarán que es un monólogo, pero lo cierto es que lo es, un monólogo del poeta consigo mismo que hace público en un diálogo abierto para todos los lectores y amantes de algo más que leer palabras escritas verticalmente. Las palabras no tienen más dueños que los lectores y su horizonte es infinito, trascienden más allá de sí mismas. Cuántas palabras no dichas, cuánto silencio por decir. Hemos abierto este espacio infinito, a ti corresponde descubrirlo, amigo lector. Ha sido in diálogo abierto, con vivos y muertos, poetas que nos han ayudado a llegar a puerto en medio de la soledad con que se agita el mundo y nos mantiene a la intemperie a mar abierto.
Lee, lee, no dejes de leer una y otra vez un mismo texto, que entre líneas escribe el lenguaje con mayor certeza para los más despiertos. Viajamos juntos en esta nave y nada es más lejos, ni más cerca que la propia distancia que nos proponemos recorrer con otros poetas que nos acompañan: Rimbaud, Óscar Hahn, Panero, Borges, Parra, Neruda, Whistman, la Mistral, Vallejo, Huidobro, Pessoa, Baudelaire, Cardenal, Pizarnik, T.S. Eliot, Armando Uribe Arce, Paz, Dalton, Ginsberg, Violeta Parra, Armando Rubio, Safo, los clásicos españoles, Arteche, Trakl, Donne, Villon, Garcia Lorca, Char, Millán, Cuevas, Lihn, Welden, Zurita, Pound, Teillier, Bob Dylan, Dylan Thomas, y escritores como Cortázar, García Márquez, Rulfo Onetti, Kerouac, Marín y tantos otros, que solo la memoria no olvida, como los que vendrán.
Todos ellos cocinan las palabras, una y otra vez, y aquí están acompañándonos en esta páginas, vivos y muertos, siempre presentes, porque la poesía no es moda, sino vida. ¿Por qué no, Kafka, sí Kafka, poeta del mundo kafkiano que vislumbró? Sí, milveces, el Surrealismo en oleno, Michaux, Artaud, Bolaño, Cervantes, Rilke, y, dónde dejamos al Chico Molina, ese duende silencioso, nuestro Pound de bolsillo?. Sí, sí, este dandy silencioso, sigiloso,, llegado de Lo Gallardo a la gran ciudad de Santiago de Chile, como un Flaustista de Lo Gallardo, con su encantada melodía de palabras. Rojo como el sol del ocaso, su rostro vivaz, con uno de sus pjos extraviado hacia otras realidades, parlaba en la exquisitez de las palabras que dimensionaba con su expresión corporal y extendía el verbo con sus manos aguzadas. Un susurro en la nocturnidad de Santiago, ya en los preparativos de la clandestinidad y del silencio.
Venía dando zancadas el apagón cultural del capitán general, la jugada tenebrosa del lugarteniente de la muerte. Chile clandestino había enmudecido, pero no la parla fecunda, el desparpajo del Chico Molina.
Gracias a todos, a quienes se han detenido 60 segundos en estas páginas escritas en las horas muertas, días sin tiempo ni gloria, en la fecha única, exacta de la palabra, un desafío de la imaginación. La nave sigue su curso a pesar de las guerras, de tanta locura, muerte inútil, destrucción del medio ambiente, enriquecimiento monstruoso de unos pocos, censura de los libros, universidades, libertad de prensa al borde del precipicio, del trono real de la estupidez como ejercicio cotidiano, porque la poesía sigue viva invitándonos a SER en el Verbo, como en un principio.
Friends, Today We
Celebrate 20 Uninterrupted Years of Sharing the Table of Poetry on This Blog
Friends, today we
celebrate twenty uninterrupted years of sharing the table of poetry
on this blog.
Thank you — truly, thank you — for your companionship, for being.
Your presence is irreplaceable.
On October 28,
2005, we opened this window after years of wandering through cyberspace without
a place of our own — without a home — until we found this House of Poetry.
Without even realizing it, time has passed and we now count over 5,780
published texts: our own, original works, freely available to our readers.
It has been a long road, and here we remain, facing ourselves day by day, and
facing all who love poetry — almost a secret craft in these times.
Digital speed rarely
has poetry on its radar, yet you have shown up, and that makes all
the difference — for this era and for those to come.
From the very beginning, this window was opened toward the future, because
poetry — this millenary genre — has always been present, everywhere.
That some may ignore it or fail to see it, even when it stands right before
their eyes, does not mean that Beauty has ceased to exist.
Some may think this
is a monologue — and indeed, it is — a monologue of the poet with himself, made
public in an open dialogue with all readers and lovers of something more than
words written vertically.
Words belong to no one but the readers; their horizon is infinite, they
transcend themselves.
How many words left unspoken, how much silence yet to be said.
We have opened this
infinite space; it is up to you, dear reader, to discover it.
It has been an open dialogue — with the living and the dead — poets who have
helped us reach harbor amid the solitude that shakes the world and leaves us
exposed, adrift on the open sea.
Read. Read. Do
not stop reading, again and again, the same text,
for between the lines, language writes itself with greater certainty for those
most awake.
We travel together in this vessel, and nothing is nearer nor farther than the
distance we choose to cross — along with other poets who accompany us:
Rimbaud, Óscar Hahn, Panero, Borges, Parra, Neruda, Whitman, Mistral, Vallejo,
Huidobro, Pessoa, Baudelaire, Cardenal, Pizarnik, T.S. Eliot, Armando Uribe
Arce, Paz, Dalton, Ginsberg, Violeta Parra, Armando Rubio, Sappho, the Spanish
classics, Arteche, Trakl, Donne, Villon, García Lorca, Char, Millán, Cuevas,
Lihn, Welden, Zurita, Pound, Teillier, Bob Dylan, Dylan Thomas, and writers
like Cortázar, García Márquez, Rulfo, Onetti, Kerouac, Marín, and so many
others — those the memory never forgets, and those yet to come.
All of them cook
words again and again, and here they are with us on these pages — the living
and the dead — always present, because poetry is not fashion, but life
itself.
Why not Kafka? Yes, Kafka — the poet of the Kafkaesque world he foresaw.
And yes, a thousand times yes, Surrealism in full bloom: Michaux, Artaud,
Bolaño, Cervantes, Rilke.
And where shall we place Chico Molina, that silent spirit, our
pocket-sized Pound?
Yes, yes — that discreet dandy, stealthy and luminous, who came from Lo
Gallardo to the great city of Santiago de Chile, like a Pied Piper from Lo
Gallardo, with his enchanted melody of words.
Straight as the sun at dusk, his vivid face — one eye lost in other realities —
he spoke in the exquisite brilliance of words, gesturing them into new
dimensions with his agile hands.
A whisper in Santiago’s night, already in the preparations of secrecy and
silence.
Then came the heavy
steps of the cultural blackout imposed by the general, that sinister
move of the lieutenant of death.
Clandestine Chile had fallen silent, but not the fertile speech, not the
fearless tongue of Chico Molina.
Thank you — to all
who have paused even sixty seconds on these pages, written in dead hours, on
days without time or glory, on the exact, unique date of the word — a challenge
to the imagination.
The vessel continues its voyage despite wars, madness, senseless deaths, the
destruction of nature, the monstrous enrichment of a few, the censorship of
books and universities, the press standing at the edge of the abyss, and the
enthronement of stupidity as a daily exercise — because poetry is still
alive, still inviting us to be — in the Word, as in the beginning.
Nada,
nada queda más que
la hojarasca,
el viento ha
echado raíces,
no hay quien se
oponga al espacio
vacío en la
superficie arrasada,
Frente al mar una
ola naufraga,
huérfana buscando
la orilla,
sabiendo que nada
le queda,
solo respirar,
respirar,
por última vez.
Rolando Gabrielli2025
Nothing
for the last time.
La inmensa soledad
de los Andes,
desciende y
acompaña
la soledad infinita
de los pueblos,
en esta hora de
grandes desafíos.
La montaña, eternamente nevada,
baluarte y
grandeza de los pueblos,
abraza en la
majestad de su silencio
los sueños del
porvenir.
Rolando Gabrielli2025
The immense solitude of the Andes
descends and accompanies
the infinite solitude of the people
in this hour of great challenges.
The mountain, eternally snow-capped,
stronghold and grandeur of the nations,
embraces, in the majesty of its silence,
the dreams of what is yet to come.
De silencio grita
el espanto,
pobre época de
llanto en llanto,
tiempos de
espanto,
nadie escucha a
nadie
y la indiferencia
sobrevuela
los coros
huérfanos de la muerte
Ha pasado el
tiempo arrastrando
la noche de
millares de muertos,
sus cuerpos crecen
en silencio
y en olvido
aparente.
Mañana las tumbas
alumbrarán
las noches muertas
y la eternidad.
Rolando Gabrielli2025
Un ghostwriter debe comenzar
por olvidarse de sí mismo,
hacerse cómplice de quien representa
en el anonimato del texto.
No olvidar, eso sí, el valor
intrínseco de las palabras,
que es cuanto le compete,
en espíritu, cuerpo y alma,
dejar acaso la huella
de un desconocido,
sin nombre,
en el tintero del olvido.
Rolando Gabrielli2025
Lo que he vuelto a ver
es tu imagen soñada en la oscuridad
y no es nueva la hermosa figura
que te representa y sueña,
se aleja en el reflejo de una luz
que siempre te acompaña
en los momentos más oscuros
de tu presencia y lejanía,
apariciones y desapariciones.
Estás, finalmente, frente a un espejo
que te recrea y convierte,
en esa luz que te representa y acompaña
y te convierte en inmortal, cada día.
Rolando Gabrielli2025
What I See Again
Al poeta,
lo viven,
sueñan,
desvelan,
las palabras.
Rolando Gabrielli2025
The poet—
is lived,
dreamed,
and kept awake
by words.
El poema
siempre está
en paciente espera,
de la palabra
exacta,
única,
la verdadera.
Rolando Gabrielli2025
El poema,
ni más ni menos,
es una atmósfera,
algo que en principio
no se sabe,
desconoce,
que realmente,
las palabras,
son un azar y enigma.
2
La soledad del poema,
desaparece,
cuando
un lector,
absolutamente
anónimo,
descubre algo
nuevo.
3
El poema,
un Dios,
sin palabras.
Rolando Gabrielli2025
The poem,
no more, no less,
is an atmosphere,
something that at first
is not known,
unfamiliar,
where truly,
words
are chance and enigma.
2
The solitude of the poem
disappears,
when
a reader,
completely
anonymous,
discovers something
new.
3
The poem,
a God,
without words.
A ciencia cierta todo es posible
pero nada es
eterno, ni la eternidad,
según pareciera y no
sabemos
si llegaremos a
conocerla.
Ya no estamos tan seguros
que el universo continuará
expandiéndose por
el fin de los tiempos
y más allá de
nuestro optimismo.
Se avecina, según
las últimas investigaciones,
una gran crisis en
los próximos
20 mil millones de
años.
Una gran noticia
futurista,
la teoría del colapso
no es nueva, dicen,
solo que ahora
sabemos cómo y cuándo.
Los cuentos
infantiles de terror,
afirman que nada
es para siempre.
Rolando Gabrielli2025
With absolute certainty, everything is possible
but nothing is eternal—not even eternity,
or so it seems, and we do not know
if we will ever come to know it.
We are no longer so sure
that the universe will continue
expanding until the end of time
and beyond our optimism.
According to the latest research,
a great crisis is approaching
in the next 20 billion years.
A great futuristic headline:
the collapse theory is not new, they say,
only now we know how and when.
Children’s scary stories
claim that nothing lasts forever.
No me pidas
escribir letras tontas
para canciones que
repiten las mismas
estrofas, palabras
aburridas en una tarde tediosa
y seguramente
habrá quienes las escuche,
como el sonido de
las cadenciosas cervezas
que en coro
alegran las tardes ociosas de los bares
Los tiempos no
están para perder el tiempo,
ponte a hacer algo me decían en casa,
la infancia
era para seguir en silencio
el curso de las
horas sin pensar en nada,
dejar caer el ocio
como la interminable lluvia
que golpea los
techos sin ningún propósito,
es cadencia pura
que viene del cielo,
alguna nube
errante loca que no deja de llorar,
me decías casi con
la certeza de una profecía.
Para palabras huecas
no se necesita mucha letra,
solo seguir tarareando
una misma canción y letra.
Rolando Gabrielli2025
Don’t ask me to write silly lyrics
for songs that repeat the same
verses, dull words on a tedious afternoon
—and surely there will be those who listen,
like the sound of clinking beers
that in chorus cheer the idle hours of bars.
These are not times for wasting time,
“Go do something,” they used to say at home.
Childhood was about quietly following
the passing of hours without thinking,
letting idleness fall like the endless rain
that hits rooftops without any purpose,
pure cadence coming from the sky,
some wandering mad cloud that won’t stop crying,
you told me, almost with the certainty of a prophecy.
For hollow words, you don’t need much writing,
just keep humming the same song and lyrics.