jueves, enero 22, 2009

El Poeta Obama es mejor lector




En plena campaña fue el escritor, amigo y ex profesor de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile, Ariel Dorfman, quien se refirio al Obama poeta y a èl se lo habìa dicho,a segurado, la premio Nobel norteamerica Toni Morrison, la última mohicana gringa que saltò las vallas en Suecia. La Morrison, dueña de una gran inventiva, habìa bautizado previamente a Bill Clinton en 1998 como el primer presidente negro de Estados Unidos. ¿Que calificativo le quedaba para Obama?. Y La Morrison apesar de su vieja amistad y admiraciòn por los Clinton, accediò a apoyar abiertamente, cuenta Dorfman, a Obama y tal y como èl le pidiò. Y le contò a Dorfman las razones de su decisòn: porque es poeta. Las biografìas que suelen contar algo, parte de los personajes, dicen que Obama escribía poesìa y èl la consideraba "muy mala", pero querìa ser novelista. Sin duda, es lector y ama las palabras, y con ellas està sentado hoy en la Casa Blanca, el sitio màs codiciado por cualquier polìtico norteamericano. Se dio cuenta desde joven del poder de las palabras y de los libros. The por American World es el ùltimo libro que cargaba en sus manos el primer dìa de trabajo como Presidente de los Estados Unidos de Amèrica. Una excentricidad, sin duda, ver a un polìtico con un libro en sus manos y leerlo, aùn màs. De los que leìan: Mao, Mitterand, Fidel Castro, Ricardo Lagos. La lista no debe ser muy larga. Obama ademàs escribe libros y se han transformado en un best seller. Sueños de mi padre, fue su primer tìtulo. No lo conozco, cuentan que es una autotobiografìa càndida. La Morrison debe saber todo esto y de ahì no sòlo el tìtulo, sino por què abrazò la causa de un polìtico soñador, con las acciones más bajas que el futuro de la bolsa en Wall Street. Le seducía el verbo, la palabra, el encantamiento de las ideas, en un país CNN. No por ser negro, aclarò. Ella ya tenìa su presidente negro, Bill Clinton, el travieso. La audacia de la esperanza: como restaurar el sueño americano, otro de sus títulos, más ambicioso, puntual con la coyuntura de los nuevos tiempos. El título refleja lo único que quedaba después de 8 años de gobierno de GWB: esperanza. Y no debe perderse ni a las puertas del infierno. La codicia, las guerras, la especulación, corrupción, la mentira, el endeudamiento, el consumismo, el desplome del sistema financiero llevó finalmente a Barak Obama a la Casa Blanca: el país estaba en las latas. ¿Conocen el término, la expresión? Es quedar desnudo, a la intemperie, imagínense un automóvil son su motor, sólo con su carrocería queriendo arrancar en el desierto. Es ver una plamona coja con sus alas mochas. Un gato tuerto con tres patas, ese buey que mira con los ojos cerrados el camino y ni siquiera sueña que un día le quitarán la yunta. El países se había desfondado. La locomotora del mundo se había quedado sin fuerza, bufaba, pero no avanzaba y menos podría subir la loma que se veía venir encima de la economía. Obama, entonces, lanzó su propuesta: el cambio. Bien, todo lo demás es anécdota, como si fuera un baile de gala para conmemorar una fecha de triunfo y de paso abrir una nueva Era. El poeta que escribía malos poemas y se dio cuenta a tiempo, había llegado a la meta. Pero no olvidó esos viejos dotes que creía tener y menos la tradición inciiada por J.F. Kennedy, en 1961, cuando Robert Frost recitó un poema ante las multitudes y volvió a instalar a la poesía en la primera fila de los acontecimientos mundiales como una expresión eminentemente popular, necesaria, viva, actual, vigente y necesaria. Clinton contiúó con la tradición de Kennedy con los poetas Maya Angelou y Miller Williams.
Una tribuna nada despreciable, casi dos millones de personas en vivo y diercto y la atención de más de 20o millones de norteamericanos y de gran parte del mundo. La poesia hace años, anda a pie, es la invitada oficial a la mesa del pellejo, allí donde se recicla el olvido y el espanto. Neruda, Parra, llevaban dos mil personas a sus recitales, en los Festivales de poesía colombianos aún acuden miles de personas, pero se trata de toda una organización y puesta en escena internacional. Los poetas se leen así mismos y aún así muchas veces no se escuchan. Pero esta era una ocasión histórica, única para Elizabeth Alexander y la poesía como género, expresión siempre ninguneada.Más que un empujón, era una prueba que aún tenemos capacidad de sensibilizar los actos públicos con otro lenguaje. Alexander es profesora de estudios afro-estadounidenses de la Universidad de Yale y su libro más reciente, 'America Sublime', fue finalista del premio Pullitzer de 2005. " El encargo de los asesores de Obama fue muy preciso y cursado en un mensaje: "Tiene que hablar sobre una ocasión tremendamente histórica". "Y este trabajo debe hablarle a una audiencia increíblemente diversa, no sólo a los estadounidenses sino al pueblo en el mundo que espera que Estados Unidos, ese día, comience a pensar en el futuro". Un poema de encargo, a la medida, con pie forzado.
Rob Riemen, un think thank europeo, filósofo holandés de primera línea, con alumnos de la talla de J.M. Coetzee, George Steiner y Mario Vargas Llosa, dijo recientemente en México: el lenguaje poético en su más alta forma ofrece o presenta cierta verdad, cierto significado. Este es un fenómeno quintaesencial, es decir: si el lenguaje ya no representa el significado, estamos perdidos. Si el lenguaje en su peor forma es sólo caparazón, charla vacía en torno a nada, entonces perdemos la comprensión profunda del significado de las palabras. Qué hacer con esos escritores, esas personas con el don de la palabra, que usan el lenguaje para presentar un mundo determinado y cuya empresa resulta hasta cierto punto inútil, se interroga Riemen.
Un poema por encargo siempre es una empresa riesgoza. No es como jugar a la bolsa, enfrentar a una multitud, con la palabra. Hay que tener las justas y necesarias, sobre todo, cuando se va a hablar de esperanza, concepto mucho màs intangible que cualquier acciòn de Wall Street. En las frandes ocasiones se requiere de trasgresiòn, iluminaciòn, lenguaje que abrace ideas e imàgines en un sòlo cuerpo y reencante al auditorium y a la historia que ha sido anunciada. Una palabra fundacional, como la del viejo Walt Whitman, que fue quien debiò subir a esa tribuna ese dìa memorable, històrico, ùnico en el arranque de una nueva Era. E. Alexander, la poeta lo sabìa, supongo, Neruda le hablaba a las multitudes con la palabra de todos, como Maiakosky, el ruso, que se volò la vida en plena revoluciòn bolchevique. La poesìa que no dice, patina, la poesìa que no es misteriosa, oscurece, la poesìa que carece de imàgenes se la lleva el viento y la poesìa debe ser poesìa, lenguaje intencionado que busca despertar los sentidos.
No veo nada de esto en el poema de Alexander, sòlo una lista de lugares comunes para un paìs de 300 millones en crisis, para varios miles de millones de personas viendo CNN en el mundo y siento que fue una magnìfica ocasiòn frustrada para un gènero minusvàlido para las editoriales y el pùblico en general. Quizàs la traducciòn que tengo no sea tan buena, pero de todas maneras intento meterme en el poema, y salgo como lanzado por una ventana hacia ninguna direcciòn.
Obama quizo ser poeta. Se frustrò en el intento, pero debiò leer a Whitman. Habìa que darle libertad, primero a la poesìa, al poema, y luego a la autora, y no caer en un pie forzad, en un texto escolar por satisfacer una materia, una cierta epdagogìa, un estilo de composicòn. Whitman recorriò el paìs con una palabra nueva, fundacional, es cierto, otra època, pero esta requerìa algo que superara la mediania, por no decir mediocridad. ¿Dònde estàn los poestas en Estados Unidos?
La poesìa no debe oler a naftalina, ni vivir en un closet con un corsè. ¿Tanto se ha perdido la libertad de la palabra? ¿La banalidad ha ganado tantos espaciones y penetrado las mentes como un mosquito fosforescente?
La alabanza es un mensaje de oraciòn, pero aquì cae de rodillas inùtilmente en el sacrificio innecesario la poesìa. Quien alaba observa bien y conoce los caminos, es conductor y esta palabra no tiene eje ni destino. La pedagogìa en poesìa, la polìtica, la enseñanza es un don difìcil de llevar a la pràctica, como la filosofìa y el amor. Estaba todo por decir, para hablar de una naciòn que habìa perdido el rumbo, para retomar viejos y nuevos derroteros, caminos que llevaran hacia un destino distinto y esperanzador. Un poema es lo que dice y no dice, lo que calla, los silencios que comparte con el lenguaje que el autor cede a la imaginaciòn del lector u oyente. Esta retòrica es menos que el enunciado de labores, acciones rutinarias de la gente comùn, de la cual està hecho un paìs. Un sastre que no encuentra la aguja ni el hilo. En verdad, eso no puede ser un poeta de salòn, ni de las multitudes.
Whitman decìa:
No tengo càtedra ni iglesia ni filosofìa/no llevo a ningùn hombre a una mesa puesta,/a la biblioteca, a la bolsa/Pero a cada uno de vosotros, hombre o mujer, los llevoa una cumbre.
Y fue premonitorio el hijo de Manhattan: Soy el bombero hecho pedazos,roto esternòn/Los muros me sepultan en su caìda/Aspirè calor y humo,oì la griterìa de mis compañeros...Yazgo en el aire con mi camisa roja...La arrodillada muchedumbre se borra entre el fulgor de las antorchas....
Soy de todas las razas, de todas las castas, linajes y de todas las religiones, pregonaba Whitman en la pluralidad siempre de sus ideas y libertad. Le faltò libertad al poema de Alexander, futuro, visiòn, emociòn, estatura.
La poesìa no debe ocultar la realidad, ni ser palabra de apariencia y un consenso mal entendido, que el futuro puede pagarse caro. Whitman denunciò en su tiempo en Perspectivas democràticas, "En los negocios (palabra moderna que todo lo devora) el ùnico objeto es gaanr dinero por todos lso medios posibles." "En vano marchamos con una rapidez inaudita y sin precedentes hacia la formaciòn de un imperio tan colosal que dejarà atràs a todos los antiguos, màs grande que el de Alejandro, màs grande que el de roma en el pináculo de su poderìo. En vano nos hemos anexionado Texas, California, Alaska y nos alargamos hacia en norte en bùsqueda de Canadà y ahcia el sur en bùsqueda de Cuba.". Un profeta, este viejo de los mil demonios, Walt Whitman, el de la barba de àngel iluminado.
"Asì como, decìa, la vanidad y el orgullo son rasgos espontàneos y connaturales del triunfador, aunque irriten al vencido y consternen al hombre simple, asì para grupos cada vez màs amplios de la sociedad, es natural echar mano a la prepotencia, a la arbitrariedad, al fraude, ya que son recursos exacerbados de una sociedad dura, sin corazòn, que afirma su filosofìa en la riqueza".
Whitman es el presidente del cambio, presidente Obama y tengo la secreta esperanza que usted lo conoce y bien.
En esto de las alabanzas, Pablo Neruda escribiò un libro panfletario, polìtico, por encargo de su conciencia y en favor de su naciòn agredida, por el poder que revelaba el premonitorio Walt Whitman, a quien Neruda admiraba con devociòn. Un libro muy criticado por su valor literario, aunque Neruda lo explica en su Explicaciòn Perentoria, ... que "no tiene la preocupaciòn ni la ambiciòn de la delicadeza, ni el hermetismo nupcial de algunos de mis libros metafìsicos." Y se declara un bardo de utilidad pùblica en defensa de paìs agredido. "No tengo remedio: contra los enemigos de mi pueblo mi canciòn es ofensiva y dura como piedra araucana". "Esta, agrega, puede ser una funciòn efìmera. Pero la cumplo. Y recurro a las armas màs antiguas de la poesìa, al canto y al panfleto usados por clàsicos y romànticos y destinados a la destrucciòn del enemigo".
Nos referimos a Incitaciòn al Nixonicidio y alabanza de la revoluciòn CHILENA. Pero buscando en la amarillenta primera ediciòn de 60 mil ejemplares de editorial Quimantù, 1973, uno se encuentra con un texto intitulado. Regresa el trovador: Por eso estoy aquì en tu compañìa/De vuelta estoy como un enamorado/tocando el sol, el aire, el amr chileno/sufriendo de partir y de haber llegado/ Siempre mi corazòn estuvo lleno/como una copa de fulgor dorado/de Chile, de su càntico sereno/ Nunca mi Patria de dulzura y nieve/fue para mì substancia pasajera./O fue terrible herida en mis entrañas/o luna derramada en la pradera/yo puse mi raìz en tus montañas/y florecì sobre las cordilleras/ (Yo nunca estoy afuera en tierra extraña/porque mi poesìa es tricolor/y vivo todo el año en tu bandera) Por eso Patria blanca y estrelalda/Patria roja y azul, Patria primor/Patria chilena, patria delicada/yo escuchè desde lejos tu tambor/Y me acerquè a tu morada/Quedè sobrecogido de dolor!.
Neruda concluye citando y recreando los versos famosos de La Araucana/ de Chile fèrtil provincia señalada/en la regiòn antàrica famosa/de remotas naciones respetada/la gente que produce es tan granada/tan soberbia, gallarda, belicosa/y no ha sido por Rey jamàs regida/ Ni a extranjero dominio sometida.
El libro, escrito en Isla Negra, comienza invocando a Whitman y le solicita su apoyo, que lo invista para asumir su tarea.
Rolando Gabrielli©2009


Canción de alabanza para el día

Por Elizabeth Alexander
(Traducción y subtitulación: Armando Ibarra Racines)

Todos los días los afanes nos cautivan,
pasamos de largo a los otros, mirándolos
o sin mirarlos, a punto de hablarles o hablando.

Alrededor todo es ruido. Alrededor, todo es
ruido y abrojos, espinas y estrépito,
todos los ancestros en nuestras lenguas.

Alguien cose un dobladillo, remienda
un uniforme roto, parcha una llanta,
restaurando aquello que precisa reparación.

Alguien busca la música en alguna lado,
con cucharas de palo sobre un barril metálico,
con violoncelo, altoparlante, armónica, voz.

Una mujer espera el autobús con su hijo.
Un labrador examina el voluble firmamento.
Un maestro dice: saquen los lápices. Comiencen.

Encontramos a los otros en las palabras, palabras
mordaces o afectuosas, susurradas o declamadas,
palabras que se evalúan, y se revalúan.

Recorremos vías polvorientas y autopistas que indican
la determinación de algunos, y la de otros que dicen
necesito ver qué hay al otro lado.
Sé que después en el camino hay algo mejor.
Nos urge hallar un lugar donde nos sintamos a salvo.

Entramos en aquello que aún no podemos ver.
Que se diga con franqueza: muchos murieron por este día.

Cantemos los nombres de los muertos que nos trajeron aquí,
que colocaron los rieles del tren, levantaron los puentes,
recolectaron el algodón y la lechuga, construyeron
palmo a palmo los edificios relucientes
que luego mantendrían limpios, allí dentro trabajaron.

Alabanzas para el esfuerzo, cántico para el día.
alabanzas para todos los carteles hechos a mano,
para las conjeturas en las mesas de la cocina.

Algunos viven de acuerdo con ama a tu prójimo como a tí mismo,
otros anteponen no hacer daño, o no quedarse con más
de lo necesario. ¿Qué tal que amor fuera la palabra más poderosa?

Amor que supere lo conyugal, lo filial, lo nacional,
amor que irradie una oleada de claridades,
amor que no se prevenga contra el sufrimiento.

En el nítido brillo del día, en este cielo de invierno,
cualquier cosa se puede lograr, iniciar cualquier oración.
En el umbral, sobre el reborde, en la cúspide,
cántico para avanzar dentro de dicha claridad.



Poema leído por la poeta Elizabeth Alexander en la toma de posesión de Barack Obama,
Presidente # 44 de Los Estados Unidos de Norteamérica, enero 20, 2009.


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