domingo, febrero 04, 2007

FEBRERO FATAL




Yo no quiero recordar
a la Violeta muerta,
quiero verla entrar
por la puerta
grande de Chile.
Gracias a la vida, Violeta,
nos has dado tanto y tanto
que nos has dejado sin tu canto.
Violeta, si Chile supiera,
Chile entero se rindiera
a tu canto de paloma herida,
que no es de espanto,
ni de llanto,
sólo naciste para la vida,
ay, Violeta querida.
R.G.2007©
El 5 de febrero, hace 40 años, Violeta Parra, la más grande folclorista de Chile y tal vez de América latina, se suicidó en su carpa, en Santiago de Chile, de un disparo en la sien derecha. Algunas de sus canciones, Como gracias a la Vida y Volver a los 17, son verdaderos himnos en América latina. Fue la primera latinoamericana que expuso su arte plástico en el museo del Louvre, Francia. Mujer profunda, como un río torrentoso, se instaló con lo esencial, cantó a lo humano y divino, sin retórica, ni falsas importaciones, con esa profunda sencillez de lo auténtico, aquello que siempre permanece. Amó intensamente, con pasión,a Chile y a la vida. Rescató el folklore nacional perdido en los andamios de la vida y nos dejó más que un puñado de canciones, su enseñanza de lo humilde y sencillo, esas cosas verdaderas que supo recoger en su letra, música y divulgar en su canto de vasija en los caminos de Chile. RG
Gracias a la vida que me ha dado tanto. Me dio dos luceros que, cuando los abro, perfecto distingo lo negro del blanco, y en el alto cielo su fondo estrellado y en las multitudes el hombre que yo amo. Gracias a la vida que me ha dado tanto. Me ha dado el oído que, en todo su ancho, graba noche y día grillos y canarios; martillos, turbinas, ladridos, chubascos, y la voz tan tierna de mi bien amado. Gracias a la vida que me ha dado tanto. Me ha dado el sonido y el abecedario, con él las palabras que pienso y declaro: madre, amigo, hermano, y luz alumbrando la ruta del alma del que estoy amando. Gracias a la vida que me ha dado tanto. Me ha dado la marcha de mis pies cansados; con ellos anduve ciudades y charcos, playas y desiertos, montañas y llanos, y la casa tuya, tu calle y tu patio. Gracias a la vida que me ha dado tanto. Me dio el corazón que agita su marco cuando miro el fruto del cerebro humano; cuando miro el bueno tan lejos del malo, cuando miro el fondo de tus ojos claros. Gracias a la vida que me ha dado tanto. Me ha dado la risa y me ha dado el llanto. Así yo distingo dicha de quebranto, los dos materiales que forman mi canto, y el canto de ustedes que es el mismo canto y el canto de todos, que es mi propio canto. Gracias a la vida que me ha dado tanto. (Violeta Parra)

1 comentario:

Diana Visintini dijo...

que buen o Gabrielli.....
me lo hiciste recordar....
gracias
diana