domingo, septiembre 05, 2021

Breve Aventura de Murci en el trópico

 Este pequeño Batman, un verdadero atleta del equilibrio, jaqueó el planeta hace  unos 20 meses con el conocido virus Covid -19, que ha dado origen a nuevas cepas, variaciones, mutaciones, que recorren el mundo, ingresó hoy al anochecer a mi casa, cuando ya no se espera imprevisto alguno y el atardecer recién caducaba en la última luz del día. Veloz, oscuro, aéreo, ciego, descontrolado,  viajó desde el patio por el lavadero, pasó el umbral de la cocina y por la sala y comedor, se desplegó a plenitud sin rumbo aparente. Ya me había sucedido en varias ocasiones, encontrarme con un visitante  de estas características, pero en tiempos normales, con cero aprehensión, como parte de la cotidianeidad, ni más ni menos. Existen unas mil 400 especies en el mundo y son los únicos mamíferos que vuelan. El hombre  sigue  ambicionando esa facultad, de despegar  del piso, volar, y sí, es el viejo sueño de Icaro. El hombre ha intentado convertirse en un pájaro y surcar los cielos, pero no tiene alas. Icaro, cuenta la mitología, era hijo del arquitecto Dédalos, estaba prisionero en la isla de Creta junto a su padre, quien decidió escapar, pero el rey Minos que los retenía, dominaba las aguas y la tierra. Todos sabemos el poder de los reyes. Dédalos, arquitecto, ingenioso, preparó una fuga  por aire, y construyó alas con plumas y cera. Una vez  Dédalos se alzó de la tierra, le dijo a su hijo que no volara cerca del sol ni del mar, podrían derretirse o mojarse las alas. Comenzaron a dejar tras de si exitosamente islas y más islas, hasta que Icaro ascendió un poco más y el sol derritió sus alas. Cayó al mar y murió. Su padre llegó salvo a Sicilia. Desde esa época el hombre continúa perseverando para lograr la hazaña de volar.
Volviendo a Murci, como se sabe son de pequeño tamaño, aunque algunos en Filipinas y en la India , pueden llegar a 1.5 m y les llaman zorros voladores. En Panamá existen 105 especies, cifra nada despreciable, pero como en  todas partes del mundo, los bosques tropicales han ido desapareciendo como los manglares, hábitat  nada popular de  Murci. Antes del Covid-19,  la especie pasaba agachada, era solo objeto de estudios científicos, tiras cómicas de terror, aunque en China son "símbolo de felicidad y provecho". Hoy, Murci, adquiere otra connotación, está en la sala de los acusados, un sospechoso, culpable, convicto, indeseable, pero el trópico es su hábitat natural, en Estados Unidos solo existen  47 especies, mientras que en la Isla de Barro Colorado, aledaña al Canal, de solo 15 kilómetros cuadrados, existen 74 especies claramente identificadas. La deforestación ha expulsado  a muchos murciélagos, algunos se alimentan de sangre de animales, porque han abandonado los bosques claramente  devorados por la tala, las siembras. Lo interesante es que son muy solidarios entre ellos, no solo las madres con los hijos, sino con  miembros que no son de la familia.
Más de algún lector debe estar preguntándose para que sirven los murciélagos, que hacen, tendrán algún rola en el teatro  sincronizado de la naturaleza. Yo recuerdo, que un año fui invadido por murciélagos, tenían su guarida en el entretecho de mi casa. Eso fue hace algunas décadas, los bosques  eran más fuertes, naturales, respiraban  oxígeno, de un verde intenso, con aguas claras, misteriosos senderos. A mi casa llegaban monos cariblancos, tucanes, ñeques, conejos pintados, iguanas  milenarias, culebras venenosas y un día, mientras  escribía frente a mi pantalla sentí los gemidos de una bestia frente a mi ventana. me asomé de inmediato y divise un  ciervo de cola blanca correr con dificultades. lo seguí unos 70 metros y cayó. después supe que murió a manos de un furtivo cazador con dos perros que mordieron e infectaron a ese bello ejemplar en extinción. una triste leyenda urbana.
La invasión de murciélagos en el entretecho motivó unos comentarios de  un vecino asiático. Me dio una idea, me dijo, hay que matarlos a todos. Ahora pienso, ¿si le hubiese echo caso, no tendríamos  Covid-19? Recuerdo que le dije, que entonces debiéramos matar las hormigas, moscas y cuanto mosquito se asome a la redonda.
 Los murciélagos desempeñan un papel vital en la dispersión de las semillas,  y es tan importante esa función para repoblar los bosques, porque en una noche pueden transportar 6 mil semillas.  Durante la noche polinizan las flores. Muchas plantas dependen de los murciélagos para su reproducción.  Son aliados de la agricultura como cazadores de insectos. Como en este mundo material todo se contabiliza en moneda corriente, los expertos estiman que este servicio medioambientalista de los murciélagos, le costaría al estado norteamericano más de 20 mil millones de dólares, sino intervinieran estos mamíferos voladores. Los murciélagos son más útiles que un funcionario público, sin duda.
(La generación anterior de murciélagos, la que dormía en el entretecho como  si fuera un viejo hotel de provincia, la despedí con humo, como me aconsejaron los expertos, y después sellé las entradas)
Estas fueron algunas de las razones que me llevaron a utilizar una estrategia aprendida  en otras ocasiones, para salvar a Murci, no era necesario matarlo, sino señalarle el camino para que retornara a la oscuridad del bosque. Abrí la puerta principal, por donde debió golpear para ingresar como un caballero, y partió en medio de la oscuridad a polinizar la noche tropical.
Rolando Gabrielli 2021

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Visitaré el blog

Gracias carisimo poet

Alfa dijo...

Que lindo..!! Muy buen relato. Lo leimos con Kelly.. 😃