miércoles, junio 04, 2008

Ejercicio devoto, fuego viváz











La poesía es un ejercicio devoto y aunque se hable con desdén de este oficio, la palabra permanece. Estos textos no son más ni menos, que frutos del fervor y forman parte de Amor a primera palabra. Escritos en un mismo lapso, aunque no siempre significa que tengan un puente comunicante, aunque éstos de alguna manera recogen una atmósfera, temática ya privilegiada en un par de libros editados y otros en la puerta del horno. Integran una misma masa que en algún momento deberá cuajar y alzarse con su propia levadura. El tiempo, lugar, disponen de la formación y surgimiento de este conjunto de poemas, donde el papel y el ordenador ceden sus espacios y comparten los textos. Una manera de ordenarlos es el uso del ordenador y también de presentar estos primeros borradores. Nunca un poema termina de hacerse, porque después viene la versión del Lector que es infinita. Las palabras convertidas en un poema son las primeras herramientas de todo Lector avezado, persistente, perpicaz, audaz, legítimo. Todo texto es un reencuentro con la palabra, lugar del fuego.
Ejercicio Devoto
Hay pasos sacros,
leves, altos, de aire,
desnudos y vibrantes,
adjetivados
y sé, sé,
por tu silencio,
que los darás.
Redímeme
Palabra,
mi deseo
no es contradecirte,
sacarte el aire quizás,
seductora de incautos
y yo que profeso
una religión cualquiera
comulgo contigo.

Fuego vivaz
Lengua,
reino de la palabra,
voces,
pozo de la memoria,
vela tus armas,
verbo,
fuego vivaz de Babilonia.

El Poema
El poema
no es un poema
Todo signo
se explica asimismo
Un ruido es el mar
el eco que lo reconstruye
El poema no es fuego
y arde en la luz
que lo refleja
El poema es y no es
una metáfora
la vuelta en sí mismo
una imagen
de lo que nunca fue ni será.
Desovan
Desovan, desovan
en el río
sus primeras vocales
de peces, de peces.
Tordos
Tordos en mi memoria,
sombras que duplican
mis palabras
desovándose en la boca de un río.
Parto solemne de la oscuridad.
Maldito profeta
Maldito profeta,
vuélame con tus alas muertas
poeta, ángel, demonios.
Un día las manos
de los vivos y muertos
escribirán una historia nueva,
no habrá orilla ni mar
sobre el viento, las palabras.
Discípulos
En esto
de los discípulos disciplinados
fui uno de ellos
Fanático del verbo
sudaba la camiseta
en nombre de alguna retórica
Como una dorada esquirla
esos días estallaba la palabra
cada vez más próxima al abismo
su onda expansiva
Un universo
maduraba en la hoja
Febril la rabiosa palabra
nacía en un valle
vigilado por una montaña
Íbamos y veníamos
vestidos de azul escolares
Al final,
una coma
por si no pudiéramos
depedirnos del todo
una de esas noches
abrazados a las estrellas.
Mi pequeño detractor
Mi pequeño detarctor
es un poeta sin sangre,
herido en la bilis,
belicoso de lengua.
Me dice de tan lejos,
no sé que me dice.
La envidia es una lombriz solitaria.
Yo veo una puesta de sol
con los ojos vendados.
Babel reina
Babel hizo oídos sordos
a la altura de Dios
y nos confundió
con sus lenguas
de azufre y sal,
habló el reino de la palabra
y nadie entendió
que todo era silencio.

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