lunes, enero 19, 2009

Crònicas de Indias: MANIFIESTO


La Crònica tiene su Festival en Cartagena de Indias, una de las joyas del antiguo imperio español donde se respira Caribe. Gènero hìbrido, contaminado, que pareciera no renunciar a nada, ni siquiera a su actualidad, vigencia, al discreto glamour con que suelen recibirla sus lectores. No compite, dirìa, ameniza en otras cuerdas el oficio del lenguaje, se apropia y camalonea de sì misma y se parasita a lo largo y ancho de toda la prosa y en sus mejores vuelos, la poesìa. Es autònoma por sobrevivencia y se recrea con la complicidad de una baronesa amante. Tiene libertad de expresiòn y eso me gusta, dominio de su tema porque se va confesando en el itinerario que la conduce, que de ninguna manera es un rodaje superficial y que está a la vista. Me entusiasma de este gènero lo que se trae tras bambalinas, la maravilla de sus infinitos recursos, algunos toques sorprendentes. Ahì està su lujo, una finta en plena velocidad, com osi paralizara al lector-espectador, y despuès como si nada, algo para la galerìa y la vos secreta de quien lee entre lìneas sin piar.
Algunos editores andan a su casa, ciertos escritores se manosean entre ellos y avivan sus pasiones de divos inconfesables, se autoretratan com oviejas solteronas, sin piedad por lo que pudier haber detràs de cualquier espejo. No creo en sus doctas definiciones que hablan de cronologìa, y sòlo se apiadan de la historial tal como si fuera que es. Ahì no comulgo con esas viejas ruedas de carreta. La Crònica debe recurrir a todo, asaltar si es necesario el lenguaje, desnudar, ficcionar, someter el clichè como a una bandida de tabernas medievales. No hay lìmites y si alguna vez pertenecieron a los oscuros monjes que ordenaban los pecados del mundo, las reglas de un juego que sòlo unos pocos conocìan y disfrutaban, eso ya es cosa del pasado.
Hay periodistas que als convirtieron en crònicas amarillas, rosas, banales, ingeniosas, humorìsticas y de todos los calificativos y adjetivos que suele soportar el papel y la Crònica misma, porque es generosa, leal y excepcionalmente condescendiente. Estimo màs su aguijòn, que su rama lisonjera, que se extiende y aùn emplea con descaro.
La Crònica debe realizar una operaciòn de salvataje de la realidad, hundirse con ella si es preciso, sòlo para salvarla y exhibirla en esa vitrina donde todo es posible ver y no tocar. La Crònica es un term`metro del mundo, aspiara a esclarecer con màs profundidad hechos que se mantienen bajo tierra o el velo de la mentira. Desde luego, cuando el cronista es veràz, transparente y busca la verdad.
Un cronista es un "cientìfico" aunque trabaje con materia viva, caliente, a punto de estallar frente a sus ojos o materia muerta, putrefacta, esa que estàs màs del lado del gusano. Pero hay que examinar todos los àngulos de la pieza, y convertirlo en un "trofeo real, vàlido", por ùnico y capaz de permitir interpretaciones, lecturas y relecturas. Una Crònica no es para el olvido. No podemos eprmitir que la vieja irinìa de Borges triunfe: los periodistas escriben para el viento. Mi Manifiesto es este: La Crònica no es propiedad de nadie, es un gènero nonato, quien lo incorpore a su escritura debe asumir las consecuencias que està destinado a la originalidad, firmeza de principios, y a mantener siempre una atmòsfera con dosis importantes de humor, ironìa y conocimiento. La Crònica es lùdica, esta frase tambièn forma parte de mi Manifiesto. Los tontos graves no deben escribir Crònicas. La Crònica surgiò para revelar, acercarse a la realidad, decantarla, y tambièn para biografiarse, entregar lassvìsceras al Lector, con total sinceridad. La responsabilidad de los cronistas es no dejarse manipular por el decorado de la realidad que no hace la Crònica. La Crònica puede adjetivar, verbalizar, calificar, descalificar, usar todo lo que tiene a mano y a su alcance y màs.
Las noticias que circulan es que Hay Festival 2009., se realizarà en Cartegena de Indias, Colombia y comienza este 29 de enero con invitados de Brasil, Estados Unidos, Perù, España, India, Chile, Mèxico, Colombia, Inglaterra, ex- Yugoslavia. etc...No he visto en el programa dos nombres importantes: el poeta argentino Juan Gelman y el narrador uruguayo, Eduardo Galeano.
Rolando Gabrielli©2009

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