viernes, mayo 01, 2009

Uruguay, rìo de los pàjaros y caracoles


Mario Benedetti, un poeta uruguayo del Cono Sur, es un escritor històrico, de aquellos que se le escaparon a la Triple AAA y a la Junta Militar Colegiada de su amado paìs. Se encuentra hospitalizado a sus 88 años con una enfermedad pulmonar compleja, que le aqueja hace un largo tiempo y ha derivado en varias internaciones en los ùltimos meses. Un poeta muy querido por los jòvenes, reconocido por sus pares, emblemàtico y un orgullo para el Sur, ese que aùn existe, comn su primavera rota y cuatro puntos cardinales.
Se me ocurre y propongo, aunque estè tan distante y lejos de casa, mientras siento sobre mi ventana el piar de los pàjaros en el cambio de estaciòn, que el Gobierno de Chile, paìs de exilio años ha, al cual Benedetti visitò tantas veces y compartiò el vino y la poesìa, debiera condecorarlo a travès de nuestro Embajador en Motevideo, reconocimiento algo tardìo, pero necesario, por sus luchas, obras, lo que significa para las letras suramericanas y castellanas. El premio Pablo Neruda està pendiente para Benedetti, tan vinculado a Neruda, Parra y a nuestra literatura. Es, sobre todo, un sìmbolo de la resistencia a tantos años duros, malos, època en que Argentina perdiò a sus màs brillantes intelectuales, Chile a Vìctor Jara, Neruda y un exilio largo para muchos màs. Benedetti es el aùn estoy aquì.
Leo hoy un comentario, en otro orden de cosas, en el diario El Paìs de España, que la poesìa es hueso duro de roer y que los organizadores de la Feria del Libro de Buenos Aires se queja en el fondo por el poco impacto de la poesìa en el pùblico que asiste a ese evento. Son espacios, señala el diario, donde se susurra poesìa y el publico no se mata por tocar a los autores.
Desde luego la historia de la poesìa, entre otras cosas, ha cambiado, y ya no se se cuenta con aquellos poetas de grandes escenarios, Maiakovsky, Neruda, Guillen, Parra (retirado en casa) Evstuchenko, Lorca, Gonzalo Rojas, Gelman, Borges, Cardenal, porque los medios digitales, la banalidad, los propios medios escritos no promueven la poesìa porque ha desaparecido literalmente la crìtica, han contribuido y siguen contribuyendo a la pobreza espiritual que margina la poesìa. Es muy difìcil encontrar un comenatrio de un libro de poesìa que incluya ademàs algunos poemas del autor en los diarios e inclusive en Internet.
Las editoriales cada dìa se alejan màs de los poetas y no se dan el trabajo de buscar nuevos libros para promoverlos, darlos a conocer y destacarlos. ¿Por què la Feria del Libro de Buenos Aires no invita ademàs del poeta mexicano Josè Emilo Pacheco, (que no pudo viajar) a poetas de Perù y Chile, como a otros bardos de la diàspora de cualquier paìs de Amèrica, para proyectar la poesìa continental? ¿Por què no hace uso de la Teleconferencia y lanza poesìa al mundo desde distintos paìses, sin necesidad que los poetas viajen? ¿Por què las lìneas aèreas no llevan a un sòlo poeta a esos festivales, ferias, actos y promueve la palabra, le da màs alas a las alas de vuelos y aviones? ¿Por què la creatividad sòlo alcanza para una hamburguesa o el Ketchup? ¿Por què los niños no llevan sus poemas a estos festivales y enseñan creatividad, originalidad, pureza, el principio de la poesìa?
¿Por què la poesìa es menos poesìa cada dìa?
¿Hace falta interès o hay intereses creados, aunsencia de imaginaciòn? Circulan casi siempre los mismos poetas por festivales, ferias y fobias que el pùblico no logra comprender.
La crìtica poètica ha desaparecido y muchas veces los periodistas incluyen lo primero que encuentran o que le dicen sus editores o editoriales, pero la poesìa es màs subterrànea, ligera de equipaje y ropa, pero llena de sentimientos, y sobre todo, un lenguaje que marca otra atmòsfera, verdades y caminos.
El periodista español de El Paìs, Juan Cruz, apunta finalmente: "En este recinto, donde en abril hay autores y en julio hay vacas, se forman colas multitudinarias para todo..., pero no tanto para la poesía. Pero ahí estuvimos." Rolando Gabrielli©2009
Mario Benedetti, propone un trato:
Hagamos un trato
Cuando sientas tu herida sangrar
cuando sientas tu voz sollozar
cuenta conmigo.
(de una canción de Carlos Puebla)
Compañera,
usted sabe
que puede contar conmigo,
no hasta dos ni hasta diez
sino contar conmigo.
Si algunas veces
advierte
que la miro a los ojos,
y una veta de amor
reconoce en los míos,
no alerte sus fusiles
ni piense que deliro;
a pesar de la veta,
o tal vez porque existe,
usted puede contar
conmigo.
Si otras veces
me encuentra
huraño sin motivo,
no piense que es flojera
igual puede contar conmigo.
Pero hagamos un trato:
yo quisiera contar con usted,
es tan lindo
saber que usted existe,
uno se siente vivo;
y cuando digo esto
quiero decir contar
aunque sea hasta dos,
aunque sea hasta cinco.
No ya para que acuda
presurosa en mi auxilio,
sino para saber
a ciencia cierta
que usted sabe que puede
contar conmigo.

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