miércoles, marzo 21, 2007

BOLAÑO LE LADRÓ A LOS PERROS







Roberto Bolaño es un referente, icono, un animal literario cada día más vivo y presente en foros, diarios, reuniones internacionales, y se plantó entre el Norte y el Sur con su renovado abecedeario, el músculo vigoroso de su narrativa, una poética personal de la vida urbana. El tiempo dirá que espacio alcanzó a ocupar en la narrativa latinaomericana y del habla castellana y cuanto futuro tiene su obra, dijeron en un foro de Cartagena de Indias, dedicado al poeta y narrador nacido e ignorado en Santiago de Chile.
Los diarios chilenos Las Últimas Noticias y La Tercera, los dos más leídos del país y en ocasiones El Mercurio de Chile, vienen dedicando comentarios a su obra con mayor entusiasmo de cuando estuvo vivo el autor y es notorio además que su ingreso a Estados Unidos, le ha abierto nuevas puertas. The New York Time saludó espléndidamente su obra. Esto es bueno para la literatura chilena, latinoamericana y del habla castellana. La narrativa de Bolaño está íntimamente vinculada a México, país donde pasó su juventud y escribió su libro quizás más emblemático, Los Detectives Salvajes. En Estados Unidos se conoce sólo lo editado por New Directions: las dos novelas Nocturno de Chile, Estrella distante y Last Evenings on Earth, una selección de cuentos realizada para un público anglófono a partir de Llamadas telefónicas y Putas asesinas.
Lector, marginal, polémico, latinoamericanista, abrió fuego contra sus pares y mayores, y después obturó el gatillo contra si mismo, y ya la cámara de su película había corrido el rollo, llegaba la hora de quedarse en off para sus lectores. Siempre al borde del precipicio, pero sin caerse.
Al lenguaje hay también que levitarlo, saturarlo de silencio, allanarle el camino a la nada y de la misma manera convertirlo en una granada expansiva focalizado en ninguna parte. No ha lugar y en cualquier parte. Ser retóricos hasta la saciedad de lo que nos abruma, socava, irrita, vulnera, produce incontenible placer, dolor, ese malestar de lo inasible hilvanado a una segunda alma totalmente perdida, porque la primera no existe.
Despotricó hasta debajo de la suela de sus zapatos. Así anduvo por el mundo. Boca arriba. Época rara de sainete. Tiempo para su palabra. Le ladró a los perros.
De alguna manera se salió de la página de cuadritos. La vida tiene sus propios cuadritos. Hacer la vida de cuadritos, es otra cosa.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

como animal literario a Bolaño lo imagino como un dragón Komodo, cuyo manjar es la carne humana.

La musa enferma dijo...

Reitero mi agrado de haberme encontrado con su Blogg, sus artículos, sobre América Latina en general, resultan para mí muy interesastes e importantes.
Un gusto.
sALUDOS DE NUEVO