martes, julio 08, 2008

La puta de Babilonia








Yo sé lo que hago. Lo que mis lectores están oyendo detrás de las palabras impresas es mi voz. Y no están leyendo un libro: me están leyendo el alma”. Fernando Vallejo

Fernando Vallejo le hace la cruz a las dos religiones más poderosas de la tierra: la Católica y Musulmana, pero le queda tiempo y espacio para "condenar" a los Prostestantes, Ortodoxos rusos, judíos, negar la existencia de Cristo, Dios y descansar al octavo día para despacharse a Bush, todos los papas-con énfasis en Juan Pablo II-el presidente Uribe de Colombia, Don Juan Carlos Borbón, Fidel Castro...porque las 321 páginas de La Puta de Babilonia, son una hoguera abierta sobre una honda cicatriz de siglos de inquisiciones que soportan la debacle del mundo sobre el que indaga y refleja el escritor colombiano. Sobre el tema de las religiones y sus santos oficios se había dicho casi y de todo, pero Fernando Vallejo, autor de El Desbarrancadero y La Virgen de los sicarios, se las arregla para documentar un clima de horror, espanto, crìmenes a lo largo de la historia y subrayar, según sus investigaciones y lecturas, una suerte de arqueología de la farsa, mentira y las contradicciones de las escrituras. Cita las lenguas de la fe, y confronta las escrituras con sus tres idiomas: griego, latin y arameo, y no encuentra más que un oscuro pozo dentro de un laberinto de contradicciones.
Amante de los animales, una de las pocas cosas que se le escapó en su expediente, alegato arqueo-lógico, exposición, anticlerical, es que el Corán no incluye ni cita camello alguno en sus páginas, como una vez advirtiera Borges. Lo que trata el libro es la historia de las religiones, sus contradicciones, guerras, conquistas, errores de la Iglesia Católica, las andanzas de Mahoma, y Fernando Vallejo reconoce que "la puta de Babilonia, la impune bimilenaria tiene cuentas pendientes conmigo desde mi infancia y aquí se als voy a cobrar". En El desbarrancadero, le había pasado la cuenta a su madre y en cada uno e los libros, de una y otra manera, a Colombia. Bastaría con leer las primeras 37 líneas del libro, página y media, para saber donde su autor quiere o se aproxima llegar. Los adjetivos, la ironía, la documentación, son elocuentes para un libro que hasta cuando llegó a mis manos, tenía seis reediciones en menos de un año. Debe ser uno de los libros más condenados por el Vaticano y el Islam, por su lenguaje y actualidad.
Las referencias y estos apuntes no son nuevos, porque el libro circula desde el 2007 y en Internet se encuentran todas las referencias inimaginables, por lo candente del tema, y el autor dio en su oportunidad diversas entrevistas sobre su obra y expuso sus puntos de vista.
Veamos que ha dicho Vallejo, de como escribió el libro:
“Lo estuve escribiendo desde siempre, en la cabeza: en dos años lo pasé al papel. Con Amazon y el internet la documentación me resultó más fácil de lo que en un principio pensaba. Todos los padres de la Iglesia, griegos y latinos, están allí. Orígenes, San Jerónimo, San Agustín... Con el internet desapareció la erudición. Buscas por ejemplo en Google Miguel Cerulario (el emperador bizantino que el actual Papa citó en su conferencia de Ratisbona provocando la ira de los musulmanes) y con un clic tienes junta una información inmensa que antes te habría costado una vida entera reunir. El peor enemigo de la Biblia es la Biblia misma; para destruirla no se necesita más que conocerla. La lees con atención y vas descubriendo sus contradicciones, sus imbecilidades, sus inmoralidades, sus infamias. Cuando Lutero la tradujo al alemán abrió la caja de Pandora. Pues bien, a las traducciones de la Biblia a las lenguas vernáculas que siguieron a la de Lutero al alemán se ha venido a sumar ahora el internet. La historia monstruosa de la Iglesia ya está al alcance de todos y no la van a poder ocultar ni un día más. Esta institución delincuente, que ya no puede matar, ni torturar, ni quemar, libros y gente, no podrá impedir un día más que salga a luz la verdad de su impostura y sus horrores y el cuento burdo que se inventaron del tal Cristo.”
Lo más importante, amigo lector, es leer el libro y sacar sus propias conclusiones. Estos son unos apuntes, nada más. Rolando Gabrielli©2008

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