Ayer, no se acabó el mundo ni sus alrededores,
todo sigue igual aparentemente, 
mi mano sobre la sombra de tu mano,
los escombros de una casa en ruinas
advierten el paso del tiempo sobre mis pasos,
bajo un mismo sol rabioso nos vemos las caras.
Mi jardín es mi jardín,
del lado de tu hemisferio la nieve blanca 
comienza a deslumbrar  la noche en esta nueva estación 
Viejas  carreteras y paisajes sin fin  
 volveràn a  la velocidad de la rueda  de la luz
y te encontrarás en algún lugar un día
Amanece en este lado del mundo, por fortuna,
el truco no es estar màs cerca ni más lejos
sino ver brillar el revès 
de cada cosa.
Rolando Gabrielli 2011
 
 
 
 
 
 
 
 
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