jueves, octubre 16, 2008

Frankfort, el libro màs digital que nunca



Más de 7.723 expositores de unos 113 países y un millar de autores, arrancó la 70 Feria Internacional del Libro de Frankfort, Alemania. Son 69 mil millones de euros los que mueve la industria editorial."Un tercio de todos los libros se publican en el mercado norteamericano, un tercio en Europa y algo menos en Asia" del Pacífico. Los editores del mundo árabe, la industria editorial africana y Latinoamérica, significan sólo el cinco por ciento del mercado mundial.
En la industria editorial ocurre de todo, segùn comentan algunos expertos, en Mèxico los piratas publican màs que el estado y la empresa privada juntos. Al margen de todos estos comentarios que ocurren frente a estos grandes eventos feriales, uno de los mayores ejercicios es poner a temblar la industria editorial frente a la tecnologìa digital. Ese gran fantasma cree poner a correr a los amantes del libro del papel. Una reciente encuesta a 1.000 profesionales del sector de 30 países tuvo como resultado que en el 2018, los libros electrónicos en cualquiera de los formatos imaginables, superarán en volumen de negocio a los hijos de la galaxia Gutenberg. Son 15 siglos, veremos que ocurre con el mundo digital, que presentarà lo mejor que tiene el mundo anglosajòn. Mario Vargas Llosa acaba de decir que no lee ni un poema en la pantalla, menos una novela y partiò al Àfrica a buscar material para su pròxima novela
En esta feria estaràn presentes los Premios Nobel Günter Grass y Orhan Pamuk, junto con las herramientas digitales: el 'e-book' o libro electrónico, Sony y Amazon, que presentarán sus novedades sobre la lectura digital. La oferta diogital de este año serà del 30 por ciento de las 400 mil novedades y un 42 por ciento al mundo del papel.
El 60% de los editores no utiliza aùn libros digitales ni los nuevos soportes. y sòlo un 7 cree que los e-libros serán su principal fuente de ingresos dentro de cinco años.
El libro no ha muerto y sobre su cadàver se siguen haciendo grandes negocios. Todo podrìa complicarse si la mediocridad literaria sigue arrinconando a la literatura de todos los tiempos, esa que requiere un tiempo y espacio de lectura, la morosidad de dar vuelta una hoja subrayada. La que convoca a detenerse en un pàrrafo y asociar la vida personal, salir por una ventana, si es necesario, y entrar por otra puerta. Las ferias de libros son importantes, los agentes, el mercado, pero por encima de todo està la obra, ese ejercicio diario, personal, ìntimo, silencioso, que desconoce la propia almohada. Es ineludible el tiempo palabra, sumergirse en la veleidosa hoja en blanco y arrancarla del silencio sepulcral en que se encuentra, ese horrible anonimato, una total indiferencia con esa mirada autista, que uno sabe que tiene mucho màs que decir. El libro puede ser derrotado por la banalidad, la abulia del lector y el facilismo del escritor. De hecho se da ya en un sector del mercado nada despreciable.
La feria de Frankfort, como otros escenarios donde se celebra el libro, es mucho màs que eso, porque tambièn se conforntan ideas. El premio Nobel de literatura alemàn, Günter Grass ha dicho pùblicmanete que: "Hay que pasarle la factura a los banqueros. Los ciudadanos normales, que pagan sus impuestos, no tienen por qué asumir toda la carga de la crisis", en alusiòn directa al Watergate de Wall Street.
"Nunca antes había habido una hipocresía tan unánime. Durante años defendieron ese cuento del neoliberalismo y hoy las mismas personas lo primero que hacen es pedir la intervención del Estado para salvar a los bancos", denunciò. Grass subrayó una vieja petición a los autores jóvenes para que intervengan con mayor frecuencia en política."
En medio de estos gigantescos escenarios de transacciones de mercancías, productos, que son los libros, ocurren milagros verbales de quienes aùn apuestan a la poesìa, en un mundo que tiene como lema "màs seguro y mejor"." El artista alemàn Anselm Kiefer, escultor, ha dicho que la literatura es eminentemente importante para mí. Creo que la poesía es la única realidad de la vida. Una reflexiòn nada despreciable en la feria, que tiene un corte empresarial casi encantador. Los libros tienen la virtud de transportarnos a otras èpocas, subarayò, cuando existe un debate por el papel y lo digital. Son conversaciones de nuestra època y seguiràn amrcando pautas, aunque algunas avestruces prefieran el hoyo, el hueco falso que no conduce a la imaginaciòn.

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