miércoles, junio 20, 2012

Asì suceden las cosas


Salgamos sin fotos hoy. Algo distinto, porque lo nuevo nunca debiera ser desestimado. La realidad puede presentar eventos circunstancialmente interesantes. Esta frase no es nueva, ni de estreno. Pero se ajusta a la intencionalidad de lo que se està describiendo. Forma parte del Menù, La Carta del Blog. La cotidianidad tiene sus propias situaciones. De pronto se oxigena y despega. Asì suceden las cosas, por azar.
Me escribe un joven ingeniero E.E. (No estoy autorizado para dar su nombre), despuès de conversar sobre  un libro que le iba a regalar a su abuelo en el dìa del padre del sueco Stieg Larsson   y de comentar sobre el oficio, recomendar a algunos autores, y cazar ciertas palabras con la realidad como mariposas  frente a una ventana.
Me dice el ingeniero que quiere escribir cuentos:
 "Agradecerle, por el tiempo que invirtió en abonar esa semilla de cultura que yace en mi cráneo y que a veces es amenazada por las situaciones cotidianas y las cadenas de la ignorancia que nos imponen esta sociedad decadente. " Esta si es una buena frase, me imagine a Hamlet hablàndole a la mìtica calavera, sembrando semillas de trigo germinado amarillo como el sol y a Prometeo, el Ladròn del fuego, que fue liberado de sus cadenas por Hèrcules, destacando lo justo y verdadero.
E.E., me comenta en un correo, despuès de bucear por  mi Blog, un viejo instrumento de Internet, seguramente para muchos superado  por las Redes Sociales,  y afirma: "La verdad estamos muy felices de haberle conocido y de haberle escuchado. He empezado a buscar las obras de Roberto Bolaño y Nicanor Parra, sé que ambos autores me ayudaran a ampliar mis conocimientos literarios. Y por supuesto, entré a su blog para leer los artículos que ha escrito, leí uno sobre Stieg Larsson, el Bolaño sueco. Nunca hubiese pensado que ambos autores tuvieran ciertas similitudes a nivel de circunstancias."
Es un lector, me digo, rara avis en el tròpico y hurga con ojo de acròbata que camina en puntillas  por la cuerda y pone en pràctica la fe en las palabras. Son dos autores que tienen una historia, los recomendados, para un inicio como subirse a un tobogàn y si se busca màs, saldrà la trasgresiòn, tan necesaria en literatura. El Menù es màs amplio, pero la funciòn por algo debe empezar.
Casi lo primero que leì fue el poema, que no traìa firma alguna, me sorprendì, dije, èl lo escribiò, no se ve mal, me parece enigmàtico, y me interesè por leerlo una y otra vez. Era un poema desconocido para mì. He ahì su atractivo primario. Me detuve y lo fui repasando, hasta que de pronto, en la distracciòn de la lectura que me traìa imàgenes gràficas un poco alucinantes, leo: "Aparte del artículo, leí algunos poemas que están colgados en su blog. Uno que me llamó fuertemente la atención fue la Llamada. Me encantó. " Y me doy cuenta que era un poema que habìa escrito hace un tiempo, pero desconocido en ese instante.
Recordè a Jorge Teillier, que una vez me dijo, que un poema era verdadero, cuando uno lo leìa y parecìa escrito por otro. Ha sido una casualidad, una feliz coincidencia. Rescato nuevamente el poema:




La llamada
Me devuelve tu voz
la llamada,
el eco agónico,
tartamudo
de una grabación
a distancia
que conozco de memoria
y crece apagada
frente al mar.
Se ahoga una bañista
que respiró hondo
en mis brazos
en una playa lejana
de arena blanca.
No sè donde està ubicado este texto en el orden del Blog, pero debo reconocer que E.E. buceò dentro  de los màs de 2.200 trabajos existente allì en el Blog bloqueado y me agradò su selecciòn, aunque no sè que habrà encontrado en èl y que historia se formò de su lectura ni bajo que interès llegò a privilegiarlo e hizo su favorito en ese instante. Asì, uno encuentra lectores fortuitos que realizan sus propios hallazgos. Nada como la libertad frente a un libro y su lectura.
A E.E., le acompañaba su bella  amada, la ingeniera G.R., que  mirò como una mariposa que  dejò de volar para que la vièramos nosotros.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lo fortuito? ¿el sincrodestino? causalidades? "asì suceden las cosas" y "La llamada" un hilo de lògica inconsciente que genera efectos de "encuentros para nada casuales entre el poema y el lector.