jueves, junio 16, 2022

En una tumba el silencio hace historia

 En una tumba el silencio hace historia

y puede llegar a caber en toda la extensión

del cuerpo, vivir finalmente,

 la vida entera de un hombre. 

La obra de este hombre,

que se conmemora y celebra

en su escritura centenaria,

es totalmente irlandesa

y desvela a no pocos lectores

a lo largo de su siglo

de existencia y penitencia.

Se ha dicho mucho y por años, nada,

puso a correr el verbo, tartamudear

  las palabras en distintos idiomas,

las consonantes y las vocales

no tuvieron descanso,

ni se supo de donde vinieron 

y van.

La geografía de la palabra,

un vasto  nuevo territorio,

esa inmensidad del lenguaje

cuando se hace continente,

que viene de la sangre, raíces

de una misma raíz,

la patria de la palabra,

 tiene un nombre: Ulises

de James Joyce.

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Irlanda celebró  los 100 años de edición de Ulises, publicado en París un 2 de febrero de 1922, con su ya tradicional Bloomsday, cada 16 de junio, día en que se desarrolla la novela en Dublín, 1904, bajo  control inglés. Prohibida en Inglaterra y Estados Unidos por muchos años, calificada de obscena y tonta, fue editada en París, por la librera norteamericana, Sylvia Beach,  quien vaticinó  que era un clásico de la literatura y que prestigiaría su librería: Shakespeare and Company.

La literatura tiene una historia de rechazos de parte de los Editores, más que sorprendentes, pero el norteamericano William Saroyan, pareciera tener un récord  muy difícil de igualar: 7 mil. La literatura, el Arte en general, el verdadero, es más que un oficio, un vicio.

A Borges lo rechazaron algunos por intraducible. Al menos, pareciera una justificación  literaria. Agatha Christie sobrevivió por años al rechazo editorial. Kipling, dijeron, no sabe usar el inglés. Y si contáramos los miles de anónimos en otros idiomas y que no pocos  se hicieron famosos, la lista de la infamia, se podría pensar en escribir un libelo contra el olfato  de algunos editores.

Joven escritor, ten paciencia, el cielo está empedrado de editores.

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En la foto superior, el imitador de James Joyce, Jhon Shevlin en el cementerio de Glasvenin, Dublín, frente a la tumba de los padres del escritor. Fotografía de  Brian  Lawless, el día  del Bloomsday, 16 de junio.

1 comentario:

Anónimo dijo...

LLevas sobre tus hombros tantos homenajes a tus hermanos Poetas, como un caballero medieval que los honra.