lunes, diciembre 10, 2007











Un verano de grandes ojos,
brilló en tus manos el ángel dorado.
Yo había perdido casi todo,
mi infancia de gastados recuerdos sobre el alba,
ahí me miraba en esa calle desolada
de ventanas que siguen siendo un vidrio opaco.
Ahora es diferente, casi todo te pertenece.
Rolando Gabrielli©2007

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