lunes, enero 31, 2011

Walt Whitman y Violeta Parra

" ...emito mis alaridos por los techos de este mundo..." Gracias whitman!!!!!!!!!!!!! què vigor!!!!!!!!! què poeta!!!. Hoy en este inmenso verano del 2011 del hemisferio Sur, el viejo me acompañò con unos poemas de lujo, què claro tenìa la donaciòn de su humanidad., los derechos humanos de darse sin jerarquizaciones de clase, desde una concepciòn planetaria de celebrar " una hoja de hierba " y "el sì mismo", què lucidez del "ahora", del tiempo para dar la estrofa. Casi como el espìritu de un marinero en alta mar, proa y adelante, no se interrumpe la vida. Contra viento y Marea. Vitalidad manìaca y heroica, sensibilidad masculina y erotismo de cuerpos para ser disfutados, contemplados en su belleza. No querìa perderse la Vida, pero tampoco la retaceaba, porque su legado invita a lanzarse. No fue un egoìsta, ni un melancòlico, fue un guerrero. Què falta le hubiera hecho a violeta Parra un encuentro con Whitman, y cuànto paternidad le hubiera despertado violeta al Viejo.Me los imagino caminando por la carpa donde ella actuaba, en la tristìsima y digna tierra que formarìan los pisos, èl viendo un palacio en el brillo de sus ojos anticipatorios y triunfales , en algùn momento determinado le hubiera dicho:- Violeta , eres pequeñamente grande.
Y en ese abrazo pronunciado desde el lenguaje la vida de ella hubiera cobrado la valoraciòn necesaria para no cortar las alas con la tierra.
Los dos dejaron sus alaridos, quizàs formaban la dupla paradògica de la existencia humana que enuncia Freud: Pulsiòn de vida y Pulsiòn de muerte, como dos polos coexistiendo en un mismo Ser, librando una batalla sostenida en el pulso de los dìas. Hoy ya guerreros en otros planos de ilimitados alfabetos, dorados , por cierto, como las palabras dadas. (M.A.)

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