miércoles, julio 25, 2012



Pienso en quienes conquistaron Limbo city,
con sus cuerpos blindados por las corazas,
cascos de hierro brillantes, espadas sangrantes,
oxidados bajo la lluvia torrencial y la noche cerrada,
 dijeron selva  frente al precipicio, desparecieron,
un abismo de tierras desconocidas, fracturadas,
geografía ciega  luz india sus víctimas arrancadas de cuajo
 arrastraron rìos, mares, tierras, cuerpos,  caserìos  vacìos,
parieron días infinitos sus muertos,
el sol y el oro agotaron las mulas ahogadas
en las ciénagas viudas de otras bestias
Aquì estoy frente al mar y los rascacielos,
 espejos punzantes sus fachadas brillan,
y los balcones por su ausencia resguardan el paisaje,
que vieron los antepasados trasladarse y esfumar
 los cuerpos viajar hundirse en el mar
Entraron por  mar y tocaron tierra firme
sus pies  àvidos peninsulares callosos
se detuvieron con la muerte, cambiaron de paso,
bajo tierra los gusanos huéspedes
 se divirtieron en casa
en sus propios linderos,
caballeros conquistados fueron,
putrefactos de pies a cabeza, cadàveres.
Nadie volvió, a volver no vinieron,
atrapados por un sol màs grande que ellos,
pusieron nombres y nombraron
lo que pensaron desconocido,
bautizaron aguas, extensiones , comarcas
ya habitadas, ya con dueños, ya arrasadas
Trajeron unos cuantos perros para ladrar,
espejos por trizar  con rostros nuevos ,
una muerte enferma, desconocida,
de sus bocas cayeron también palabras
y aquí se multiplicaron voces nuevas,
el silabario negro del conquistador
Naufragaron galeones en alta mar,
cuerpos sin madres, dios, ni ley,
bajaron rìos, bajaron noches, abismos,
bajaron sus cuerpos y  la vida de los muertos
No los detuvo nada, ni a sus velas el viento,
el oro de los muertos brillaba en sus manos,
las huellas de  los huesos dorados,
abandonaron sus cuerpos indios bajo la muerte
Un sol  desolado ladra en el  perro horizonte,
aquì estoy frente a  unas puertas abiertas.

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