sábado, noviembre 24, 2012

Guadalajara, Guadalajara


 
 
 
 
  
 
GUADALAJARA, GUADALAJARA
( ¿Chile, màs PIB que poesìa? )
 
Tiene la forma de una mediagua gigante, la casa de emergencia de los pobres. La mediagua agua representa el esfuerzo, la precariedad, la intemperie de los pobres, los menos favorecidos de siempre. Es el símbolo del pabellón  chileno en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara 2012, Mèxico, donde  Chile es el país invitado de honor. Los autores de la idea, subrayan que  el espacio contiene una biblioteca, una librerìa y un auditorio.
“Un stand del primer mundo y una industria literaria del  tercero ”,  despachò   Sergio Parra, librero y “cerebro” del pabellón chileno. 21 mil libros albergarà la mediagua gigante y la rebelión de las  editoriales independientes fue la escogencia de ese material: “mucha autoayuda”, denunciaron y best seller, por supuesto. ¿La cultura es un negocio?
La Fil es la mayor,  màs importante y concurrida feria del libro del habla castellana, con casi 700 mil personas. Este año espera recibir unos 500 escritores, de los cuales  un centenar son chilenos, y  al mismo tiempo participaràn alrededor de 17 mil profesionales del mundo del libro.  Este evento mayor de las letras iberoamericanas tiene su singularidad: el discurso principal de inauguración de la jornada  estarà a cargo del periodista y escritor norteamericano Jonathan Franzen.
El mundo del libro es todo un mundo de intereses donde los únicos perjudicados son los lectores. He visto dos o tres  ferias internacionales de Chile y el libro, la literatura real, ha brillado por su ausencia. Los preparativos  y preámbulos de esta feria han sido traumáticos  desde un inicio en Chile. Es un gran muestrario de lo que se le ocurre a algunos  editores y encargados de la "cultura"
Isabel  Allende y   Marcela Serrano, las dos novelistas  que  màs venden internacionalmente, no asistirán a la FIL "porque el gobierno de  Sebastiàn Piñera no las representa". Fueron las primeras bajas del marketing chileno. Vendrìan màs, en medio de  una tira y afloja de las editoriales, que al fin de cuentas, son las que ponen los libros sobre la mesa del lector. Los novelistas Skàrmeta, Zambra y Marìn  no estaràn en Guadalajara. Germàn Marìn, quien residiò un tiempo en Mèxico,  calificò de errada y parcial la compra de libros por parte del gobierno. De acuerdo con el diario La Tercera, Marìn enviò una nota explicatoria de su ausencia al curador del envío chileno a la FIL Guadalajara, Beltrán Mena. Dice: “He decidido declinar la invitación de asistir a la Feria Internacional de Guadalajara pues, al margen de proteger mi estado de salud ante ese viaje, también he concluido que no deseo involucrarme, directa o indirectamente, con el actual gobierno. Este adolece de una falta de credibilidad que en la cultura lo demuestra, entre otros aspectos, su política de adquisición de libros, errada y parcial”. Los mexicanos se quedaràn sin conocer, por ahora, su última novela, El Guarèn. Entre otras razones, el autor del Palacio de la risa, argumentò que “Va una numerosísima cantidad de gente que no corresponde a nuestra realidad literaria: 100 escritores, no hay tantos, no sé dónde los han buscado. Por último, yo soy un hombre de izquierda, quiero seguir siéndolo y quiero demostrarlo. Me molesta estar asociado a este gobierno”.

Crìticos literarios esperan alguna polèmica en la FIL.  Entre los chilenos y el premio  al peruano Bryce Echenique, ya  el evento se ha estado cocinando en su propia salsa. Las ferias tienen este enganche de las preferencias, circuitos cerrados, còdigos indescifrables, favoritismos oceánicos, silencios  atacameños, señales  como iceberg, y todo es posible y se da , como en feria. Juan Manuel Vial, crítico de La Tercera,  dijo : “Pienso también que la elección de los escritores fue mediocre." En 1999, Chile fue paìs invitado y viajaron 34 escritores. En esta vuelta fueron 100, no se sabe si se incluyen cocineros y otros artistas, pero Arturo Velasco, quien estuvo a cargo de esa aventura del siglo pasado, señalò que el Chile de hoy  es màs comercio que contenidos  y màs PIB que poesìa. ¿La cultura es un negocio?
El viernes se inauguró la muestra plástica del poeta y ayer se dio el vamos oficial al evento literario. <br>

Nicanor Parra, el ùltimo de los mohicanos de los clàsicos chilenos, a sus 98 años, obviamente no iba a viajar a Mèxico. Por ello enviò  sus Obras públicas: artefactos de Nicanor Parra, una muestra plàstica, visual construida con objetos desechables, ironìa y la historia viva y pasada de su palabra. El antipoeta, se las ingenia, para presentar sus piezas que integran 8 collage. "El quebrantahuesos (1952),  poesía visual elaborada con recortes de prensa; las Tablitas de Isla Negra (1976), 90 trozos de madera de desecho con dibujos a bolígrafo; las Bandejitas de la reina, 80 charolas de cartón con dibujos y frases a pluma; los Artefactos (1972), postales que ideó y elaboró en conjunto con el diseñador Guillermo Tejeda; Trabajos prácticos, grupo de 39 objetos de desecho con leyendas en papel; Container audiovisual, módulo cerrado para proyección de material en video que incluye lecturas emblemáticas del poeta, videoartefactos; el documental Cachureos, el cortometraje Hidropoemas, 7 estaciones y una lectura del Poema XX, de Pablo Neruda." Parra se las ingenia hasta el final de sus dìas para rendir homenaje a Neruda, un personaje muy vinculado a Mèxico, donde editò su clandestino Canto General. Este es un material, una muestra para Carlos Mosivàis, èl màs que nadie podrìa adentrarse  en el humor, ironìa, sarcasmo, chilenismo del antipoeta.
 La 26ª Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), arrancò con un homenaje al Pope del boom y de la literatura mexicana desde la desapariciòn de Octavio Paz, el autor de La Regiòn màs transparente, Carlos Fuentes, quien falleciò el pasado 15 de mayo. Carlos Fuentes naciò en Panamà, estudiò en Chile, donde dijo que se hizo escritor y despuès completò sus estudios en Argentina. Una coincidencia para esta feria. Fue un gran promotor de la literatura  mexicana, latinoamericana y en idioma castellano. Llenò un espacio que unìa  Mèxico con España y Amèrica latina. Estaba donde el idioma español, castellano, estuviera presente o se debatiera sobre su futuro.  Dijo y màs dijo que casi todos en su tiempo. Fuentes, hace años, ya era una instituciòn en Mèxico y en el idioma español. La mancha de su escritura se expandiò a travès de sus dos dedos ìndices que no dejaron de teclear hasta el final de sus dìas. Se convirtiò en un  cedazo en la voz de Mèxico,  desilusionado finalmente de los polìticos,  consideraba que  no estaban a la altura de Mèxico. Paìs vasto, rico en petròleo y en cultura, generoso con los escritores. Grandes novelas han nacido de sus entrañas. Por ejemplo, los tres escritores vivos màs destacados  de Colombia, viven en Mèxico.  El principal poeta de la Argentina vive en Mèxico, Juan Gelman. La poeta màs grande de Chile, Gabriela Mistral, fue homenajeada en Mèxico con estatuas en vida. Bolaño recreò sus dos màs ambiciosas novelas en Mèxico. Desde  luego hay màs autores, europeos, latinoamericanos, de antes y despuès, viajeros que han hecho historia en Mèxico. Lucho Gatica, el rey del bolero, se quedò en Mèxico. (Esa es una novela pendiente) Mèxico es una gran plataforma, un escenario en constante movimiento.
En el marco de la FIl se estàn otorgando tres importantes premios. Uno, que estuvo ausente, a Echenique. Otro, el Carlos Fuentes, a Vargas Llosa y un tercero a la joven novelista chilena, Lina Meruane,Premio Sor Juana Inès de la Cruz.
Lo importante en un feria, es encontrar un par de libros, saber que aùn existe la poesìa, escuchar alguna conferencia que no solo sea palabras y volver a comprobar que los libros son la màs formidable aventura  humana en solitario.
DEL EPILOGAR. El torero no tiene miedo
Las ventas en la mediagua chilena de Guadalajara han sido fenomenales, de acuerdo con los organizadores. Se piensan vender los 21 mil libros que viajaron de Chile. Aùn se desconocen autores contenidos y gèneros en detalle. pero la fiesta la  vuelto a poner el novelista y cronista, Pedro Lemebel. Sus perfomances son de temer para el stablishment y ya lo habìa anunciado en pleno vuelo hacia la tierra mariachi, donde todo se puede rajar, menos Jalisco.  sus primeros pasos y actos sobre el terreno de la feria fue en el pabellòn chileno y el periodista de La Tercera,  Roberto Careaga, describe su ingreso como "una sombra oscura, silenciosa, perturbadora". Durante su perfomance intitulada,  fue màs explìcito, de acuerdo con reportes del matutino chileno, cuando expresò con su voz gastada Susurrucucu Paloma  por un càncer: “Esta feria es una mierda. Un mall burgués. No he visto a pobres, ni punkis ni hippies. “Y el stand de Chile, qué cosa más horrible. Esa mediagua, ese palafito, cuatro palos. Y barato salió. Para hacerse los pobres lo hicieron. Horrible”.

Bueno, ustedes me podrían decir igual como yo digo de mi Presi: es lo que hay”. Ya habìa advertido, al inicio de su presentaciòn, “Vengo gratis a entretenerlos, pero digo lo que quiero”. Hizo suyo el escenario a sala completa, a un pùblico que le brindò este marco con la atmòsfera melancòlica del clàsico de Pedro Infante y de la Mexicanidad, la famosa ranchera Currucucù Paloma, que el charro de todos los tiempos inmortalizara por el planeta. "Como llorò por ella, que hasta en su misma muerte la fue llamando".
¿Lemebel se siente una paloma herida? Su vida no ha sido color de rosa, marica y marginal en el Chile pinochetist, hijo  de la tradiciòn ninguneadora, vioviò a orillas del Zanjòn de la Aguada, tiene el mèrito de una bomba de tiempo en el silencioso mudo  mundo de la palabra.  En mi memoria infantil, residente de losparajes de General Velasquez, està el Zanjòn de la Aguada como un  sitio de la nada en algùn lugar que se alumbraban con velitas los pobres de esa parte de Chile. Una suerte de funeral en  vida. Un sitio innombrable, de alta peligrosidad, donde la vida daba vueltas en un remolino sin tiempo.  Lo mataron en el Zanjòn de la Aguada, y veìamos  viajar en las noches esos espìritus intranquilos por un largo pasillo oscuro, violeta, sin fin, ni tiempo, agua mucha agua.  Esperàbamos que los angelitos llegaran al lugar y lo limpiaran del espanto. Un territorio limbo,  cuyas aguas cruzaban  desconocidas y silentes  en nuestra imaginaciòn,  un territorio que imaginàbamos de noche. Santiago nunca respetò la belleza ni la pobreza, solo se hizo espacio y desparramò como una gelatina de concreto y asfalto, arrastraba gente por cualquier lugar.  desaparecían chacras, entornos rurales, alamedas y el cemento esperaba que los gorriones aterrizaran muertos. He leìdo unas crònicas sueltas de Lemebel, imperdonable, pero estoy màs lejos de Chile, de lo que parece. No me he topado con sus libros.  No es cuestiòn de olvido o ninguneo, sino de ocasiòn. Las editoriales, seguramente, tienen sus prioridades, necesidades, sus misteriosos caminos.
Cronista de la cara invisible de Chile, lo catapultò otro cronista genial, el mexicano Carlos Monsivàis, precisamente en la Feria de Guadalajara de 1999.  Con estas palabras recuerda esa època, a Mosivàis, un idolo en Mèxico,   algo determinante en su carrera literaria. “El fue de los primeros que alabaron mi escritura cuando otros escritores me miraban con asco . Yo era el maricón de la crónica, un género bastardo, ahora está de moda y toooodos escriben crónicas". "Pedro Lemebel es un fenómeno de la literatura latinoamericana de este tiempo. Uso el término fenómeno en su doble acepción: es un escritor original y un prosista notable y, para sus lectores, es un freak, alguien que llama la atención desde el aspecto y rechaza la normalización ofrecida. Un escritor y un freak indisolublemente unidos", son palabras bogràficas de Monsivàis en Wikipedia.
Lemebel, recuerda La Tercera, al rechazar una invitaciòn Roberto Bolaño: “En 1999 me dijeron que sobraba un pasaje. Entre mandarlos a la mierda, dije:’ Voy y aquí les dejo la cagá’. Y así lo hice”. Y en el Mèxico del 2012 volviò a la carga sin anestesia, el torero ya  no tiene  miedo: “No ha sido nada agradable vivir estos cuatros años en chilito”, dijo. “Me quedé sin trabajo, me cerraron el diario, La Nación, donde publicaba mis pobres crónicas. No he agarrado ni un puto proyecto y más encima me agarra el cáncer. Atroz. Lo único que quiero es que se acabe esto. Los presidentes pasan como las olas del mar. Como sea, no es tan fascista, pero es tonto”.
Háblame de amores, es el último título con que Lemebel se presentó a la feria mexicana, vestido con una túnica blanca. Y su lema fue: Si pueden, compren el libro, si no, róbenlo.



 

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