domingo, julio 05, 2009

Neverland is dead

Lo más próximo a la realidad es que Michael Jackson no estaba interesado en morir ni salir de los escenarios, trabajaba duro su nuevo espectáculo, como lo revela el video de sus ensayos que ha dado vuelta la tierra màs de una vez y en la imaginación de sus millones de seguidores. Èl hacía todo lo posible por cambiar de imagen, pero nada para morir. Inclusive se había cambiado dos veces la sangre para oxigenar su organismo y en una ocasión se prometió vivir 150 años. Aùn bailaba, a sus 50 años, como un estudiante que sòlo responde al ritmo, a la fuerza y belleza de su energía y estilo. Se despide en el video con una sonrisa, sellando el futuro que vislumbraba en su nueva apuesta musical. La historia hoy a 10 días de su muerte, un 25 de junio del 2009, es muy distinta, porque su familia prepara un entierro faraónico, multitudinario y depositar su cadáver en un ataúd bañado en plata. El Rey del Pop ya entró en la inmortalidad. Hijo de un minero y de una empleada de tienda, conquistó el Sueño Americano, pero trabajò duro desde los 4 años, no tuvo infancia y pago un precio alto por este descomunal esfuerzo a pesar de su talento y genialidad. Un superdotado de la magia corporal, de la magia y con una voz inconfundible, MJ estuvo a la altura de Elvis Presley, Los Beatles y Frank Sinatra, a quienes con la magia de las tecnologías mediáticas los superó.
Los juicios que enfrentó por pedofilia le minaron su confianza, aislaron, lo transformaron en un personaje cautivo de si mismo, aislado, que le hizo vivir en un solitario abismo, del cual nunca logró reponerse del todo. Lo poco que podíamos ver en sus secretas apariciones, hacía notar que había entrado en el campo minado de la fragilidad y de la ausencia.
Sólo la música, como se puede ver en su último ensayo, le hacía revivir y demostrar que seguía siendo el Rey de Pop, y tenía un destino que le mantenía en pie. Se han dicho muchas cosas de su vida en vida y después de su muerte. MJ ha hablado también después de muerto con su video y testamento. No quiere dejar a su padre más que el silencio. Si una biografía real se hiciera de su vida, por ahí debieran partir las primeras líneas. El duro minero de Indiana lo marcó para siempre.
MJ era una leyenda en vida y una gran pared de silencio le ocultaba el rostro y su propia existencia, en Las Vegas, Los Ángeles o Bahréin, donde quiera que organizaba su propio oasis en medio del feroz mundo mediático que buscaba algún resquicio o agujero para entrar en su vida. No era una truco de publicidad para vender o estar en primera fila del espectáculo, porque ya había alcanzado las estrellas y acomodado como una de ellas.

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