miércoles, diciembre 02, 2009

El desayuno del cangrejo
















Mi mayor ilusiòn
no es el fracaso
ni la inmortalidad inùtil
del pausado paso del cangrejo
con su caparazòn de soldado
en retirada.
Ningùn revès me detiene,
màs bien libera en direcciòn
al mar,
sal de estos dìas.
¿En què hemos estado pensando
esta mañana, cangrejo?
El desayuno nos concede un deseo,
respira bocabajo,
dìas perros sin amos,
la luz de algo nuevo
y mejor,
filtran pasos
en la memoria.
No me mires, deseo,
toda ilusiòn
es un cascaròn de tu sal.
Ayer fue un domingo soleado
y no me dijiste nada.
Bah, los dìas
van y vienen,
un ejèrcito de cangrejos
se ha desprendido
de sus corazas y se inmola.
Toda batalla
tiene sus muertos.
La razòn puede ser
tan inùtil en estos tiempos
Rolando Gabrielli©2009

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