jueves, diciembre 04, 2014

Touluse vuelve a París en un cartel


Maestro,
sus carteles publicitarios
son un monumento
a París detrás de las bambalinas,
donde  la noche  intacta crece
por segundos en su doble oscuridad
y usted  gran enano  genial flota
en el mejor de los mundos:
can can, can can,
con estas señoras que  no se niegan
a nada y menos a  su felicidad.
Su rostro de  judío converso,
entrenado en la noche agitada de Francia,
donde  ejerció el amor
con rigor casi  prusiano,
me conmueve por la pureza
 y consagración de sus actos
Yo no voy a bajar el telón
por usted y su obra,
 ni pedir  que la historia cuente
 cada uno de sus pasos y trazos,
que no fueron pocos
a pesar de la adversidad.
 El color de la bohemia es intransferible,
se respira el humo y bota el sudor,

el cuerpo se deja  en la noche,
la  magia de un tiempo que se sabe recobrado,
nadie camina con los pies enteros al alba,
ni ordena las ovejas que el sueño comanda,
en lo que es competencia real de la noche,
sin discusión.
Usted, Touluse vuelve a París,
en un cartel.
Rolando Gabrielli©2014

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