lunes, abril 04, 2022

Pajaritos sin tierra ni cielo

  1       

Asoman por todas partes si los vieran,

 sus cuerpos se arrojan a los caminos,

pajaritos bajo la lluvia caen del cielo

inocentes pichones aves sin nido,

bajo cielos negros, vuelan,

 solo vuelan con sus precarias piernas,

migran las familias y sus desesperadas

mochilas de esperanza, desconocen su destino,

frente a los muros, vidas que quedan

en el camino, allí sobre la nada,

donde crece la hojarasca,

de los días sin cimiento que solo pasan,

crecen al viento de estos tiempos

 con sus pies de barro

y los pueblos cruzan su propia muerte,

la mar, la muerte que les lleva al fondo

de sus aguas mediterráneas,

son cuerpos negros sin puerto,

ríos y caminos de incierto destino.

2

Quién derribará los muros sino las multitudes

y llegarán tal vez a las grandes ciudades,

a fundar la vida que les negaron

sus tierras colonizadas.

Fronteras inútiles advirtieron

hace mucho los profetas,

castillos de arena, silenciosos abismos

 en el aire de la nada, paisajes que viajan

en los cuerpos y la memoria de las ánimas vivas,

 sin territorios que habitan en silencio

y seguirán el viaje que otros iniciaron.

¿Quién podrá detener la mancha humana,

con sus nuevos y futuros estandartes

sobre los ciegos puntos cardinales?

Los mapas del mundo están cambiando,

los muertos sin geografía van

abriendo caminos,

son raíces profundas a la deriva,

trabalenguas del más allá,

hablan de guerras pasadas,

muertes futuras, sus voces muertas

conversan en la penumbra,

los salvados de la oscuridad.

   3

 Y qué nos queda por decir, preguntas,

casi nada, después de todo, nada,

los archivos darán cuenta tal vez,

los arqueólogos descifrarán la historia

de los huesos de la tierra, razas extinguidas.

Las ciudades muertas ni siquiera olerán

a orines, basura putrefacta,

 desechos de información falsa.

No quiero escuchar esta canción,

me vuelves a decir,

la piedra hace silencio

antes que la pises.

4

La sangre es un río  de sangre

 que atraviesa las horas ciegas

y los viejos cuervos acechan,

vuelan en sus altas copas

alrededor de lunas de fuego.

No me hables del Apocalipsis predicador,

detrás de cada palabra un sermón,

montañas desoladas de voces sin sentido

 Nos hemos quedado sin palabras, amor,

en estos juegos de guerra, nosotros,

los simples mortales perderemos

inevitablemente la vida.

Amapolas rojas bañarán los valles

 de las inconquistables montañas.

Rolando Gabrielli 2022

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A los miles de muertos que buscaban el Sueño Americano, que se ahogaron en las aguas del Mediterráneo, en las fronteras alambradas de Europa, atravesando la selva del Darién,  frente a tantos muros, bajo el terror de la pobreza...

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