lunes, enero 26, 2009

ociosa mordida


Del paraìso se perdieron tantas cosas,
que si fueron ignoradas por inùtiles,
no debièramos sorprendernos
de la fràgil memoria de los nietos
y los supuestos infractores.
Otras, que encontraron su curso definitivo,
como un èmbolo con la fuerza
de una verdadera luz imparable en la oscuridad
debiera dejar esta historia de la inevitable mordida,
una manzana
puede desprenderse de una mano ociosa
sin pecado alguno
y en cualquier momento
Rolando Gabrielli©2009


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