miércoles, mayo 30, 2018

Sylvia Plath


No han dejado nada por subastar,
se ha ejecutado un exhaustivo catálogo
 en sus màs mínimos detalles:
un libro de sinónimos y antónimos,
joyas de fantasía, relojes en el tiempo
de la muerte.
Casi no ha quedado nada por vender
de la vida de Sylvia Plath,
el vestido  del baile de graduación,
ni su vieja billetera
 con documentos de alguna
de sus identidades
o dibujos infantiles.
Qué manera de  vivir  y morir,
ahora diseccionada,
como si llevara su traje amarillo
a cuadros en alguno de esos veranos
de su efímera existencia.
Rolando Gabrielli©2018

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