Me moriré
sin entender
a los poetas
Tuve uno,
como un ruiseñor
aleteando entre mis manos.
Un día voló
hacia lo desconocido.
Son frágiles,
como una rosa
recién cortada,
sorprendentemente,
inútiles, graciosos,
iluminan un día oscuro,
ocurrentes,
hablan con las estrellas,
están lo suficiente,
necesariamente,
locos,
dijo la mujer.
Rolando Gabrielli©2021

 
 
 
 
 
 
 
 
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