viernes, noviembre 25, 2022

APOLOGÍA de LA LENTITUD

Comencemos por subir una escalera hasta donde llega su último peldaño. El resto que lo haga la  imaginación. Si miramos el mar, que sea hasta el infinito, no hay límites. Ver  por una ventana, es espectacular  detenerse en los detalles más cercanos. Si es un jardín hay mucho por recorrer y ver crecer con el tiempo. Si solo es la calle, el sol, la lluvia, la nieve, animan nuestro espectáculo cotidiano. Este ejercicio no tiene reglas, ni busca resultados. Sentarse en un bar y ver como se derriten los hielos en un vaso. Estar solo permite estar y no estar, sentir el tintineo de copas, ver siempre un mismo lugar, ser parte de su atmósfera, risas, frases casi sin destino.

Una puesta de sol es otra cosa, la extinción de la belleza en un fragmento determinado de tiempo en un horizonte. El atardecer tiene estas cosas naturales. El crepúsculo va dando paso a la Luna y la noche. Todo tiempo pareciera tener su pausa ¿y por qué nosotros no?.

 

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