jueves, diciembre 28, 2023

LAS HISTORIAS FUERA DE LA HISTORIA

ChatGPT y la IA, ¿fantasmas de la Ópera?

 

Los guionistas de Hollywood han estado escribiendo su propio libreto durante una huelga que duró 148 días, que se motivo por aumentos salariales y en especial, por el fantasma de la inteligencia artificial que amenaza la creatividad, el talento, la principal herramienta de un escritor. Uno de los acuerdos centrales es que el material generado por una Inteligencia  Artificial (IA), no tendrá crédito.

Las historias no serán construidas por el ChatGPT y las empresas no podrán exigir esa modalidad y tampoco por LLM (Large Lenguage Models). Este ha sido un primer paso en el mundo cinematográfico norteamericano, pero los actores siguen en huelga, que también rechazan el uso del ChatGpt, y la inteligencia artificial. La fábrica de sueños pareciera estar en crisis debido a la competencia de otras formas de entretenimiento a las que acuden con mayor frecuencia las nuevas generaciones.

El acuerdo es por tres años, la eternidad más uno dentro de los términos de la IA, un suspiro para el tiempo humano. En este tiempo ocurrirán avances que no imaginamos aún en la IA. La gente  Tik Tok, que hizo  realidad el primer gobierno en la primero ciudad Gótica del sur global, debe estar ansiosa esperando que la IA tome el mando de una nueva era que pugna por hacerse cargo de nuestra propia inteligencia superficial. 

La idea de los fabricantes de sueños es suprimir actores, extras, guionistas, actores secundarios, maquillar la planilla de producción, y las herramientas de producción de la IA parecen ser las más adecuadas para bajar costos. Se trata de privilegiar la ganancia al máximo y cumplir con la propia legislación norteamericana que exige retribuir ganancias a los accionistas.

Hoy día cabe todo en el mundo de la competencia, la variedad de ofertas es infinita, de invenciones de personajes, historias  que ficcionan la ficción, con tal de incluir al más diverso de los públicos ávidos de novedades excéntricas que rompen los moldes de la imaginación común y corriente.

La realidad es que las empresas no son benefactoras, no fueron creadas para desarrollar la creatividad, sino para hacer dinero, maximizar sus ganancias y también para tener poder, algo más excitante para algunos que el dinero. Vivimos la sociedad del espectáculo, de la apariencia, la representación de la cosa misma, su imagen, se tiene y parece, donde se dan la mano la imagen y la inmediatez. La banalización, podríamos decir, galopa en el caballo blanco de Napoleón, sin rival alguno en el horizonte inmediato. Todos a reír después del payaso.

Lo cierto es que es un tema complejo, en desarrollo, en estado crítico, observación y crecimiento permanente, nunca indiferente. Para algunos la creatividad no es cosa humana, sino de la biósfera, es decir del medio ambiente donde se desarrolla el individual, es un factor de calidad producto de los desafíos a los que nos enfrentamos y a sus exigencias de encontrar una solución. La IA es más rápida y ya se sabe que los LLM cuentan con cierta autoconciencia. Lo cierto es que la IA es una gran apuesta de este siglo, está en marcha, no se detendrá, como tantos otros avances tecnológicos, y esta oportunidad, al parecer, no será diferente.

¿Hollywood terminará quedándose finalmente con las réplicas de la IA? Hay muchas interrogantes para los expertos aún y más para las personas común y corrientes. Algunas tienen el carácter de advertencias. Después de todo, ¿el ser humano puede transformarse en marioneta de la IA?

Ya está en curso una mente digital que no está dispuesta a  ceder el timón del barco y menos abandonarlo. Hay mucho camino aún por recorrer, pero si todo se lo dejamos a las ganancias, al mercado, al consumidor, a un pensamiento parasitario de una máquina, se instalará seguramente un mundo que ni la IA podrá comprender del todo.

 RolandoGabrielli2023

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