sábado, abril 14, 2007

El caracol herido


La ciudad se repite,
en sus escamas de vidrio
siento un caracol herido
que abandona el eco del mar.
(La orilla me recuerda tu olvido)
Por la herida del cemento,
respira la ciudad,
mi mano se estira
en cinco dedos
para tapar el sol
y te toca a la distancia,
piel de ciudad.
El hierro se oxida

con su pesado silencio,
detrás de las puertas
tus pasos no abandonan la ciudad,
ni en mi memoria
dejan de resonar.
Escombros, sitios baldíos,
vitrinas sin estética, ni pedagogía,
la ciudad es un sueño,
el neón de noche la rejuvenece,
entre paredes y el mar,
alguien pasa sobre su espina dorsal,
navega sus averiadas arterias,
admirables ruinas sin futuro.
Rolando Gabrielli©2007

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