lunes, diciembre 16, 2024

Lo que ni el aire pudo sostener/What Not Even the Air Could Hold


Lo que ni el aire pudo sostener en las palabras,

ni supo ser en verdad lo que anunciaba,

esta época distópica

se la llevará el viento de la historia,

evaporará, simplemente, por los pasillos de la triquiñuela,

especulación del vicioso consumismo

que sin perder el aliento devorará a sus hijos         

en el viejo granero del bien y el mal.

2

No soy quien para hacer un recuento de lo que queda,

ni llamar la atención de lo que está en juego

o de los años venideros que aún quedan por ver

a ojos vista todo lo que vendrá,

si recién asoma su cabeza sonriente la serpiente del paraíso.

No nos desviemos del presente, ni de la sombra de pasado,

el futuro es cuanto queda por construir a la luz.

de lo que, sin saber del todo, vendrá a ser nuestro presente.

3

Del árbol caen las hojas,

los huertos bajo los cuervos no prosperan,

sin fruto no hay mesa servida.

Un espantapájaros crucificado

preside los trigales maduros,

sin hacer una señal siquiera.

No sabemos cuándo habrá buen tiempo.


4

¿A quién culpamos?,

los perros ladran no hay quien los escuche.

El tiempo es quien apresura las cosas,

nadie lo ahorra en un banco,

pasa y en ese orden sucede, irrecuperable.

Su única moneda de cambio,

es acumular historia, memoria,

ser el primero en ver el futuro.

5

Época viral,

estamos en el turno de la guerra,

las epidemias, de los inmigrantes

que desaparecen con sus vidas

en cualquier momento y lugar,

familias que nadie reclamará.

Las fronteras suben y bajan

como persianas invisibles,

donde se escucha el ruido

de algunas voces

que no se volverán a escuchar.

6

Me dices, siento que me dices,

sin saber me parece escucharlo.

Es tan leve el murmullo de tu voz,

lo lejano suele ser sutil

-me digo- casi sin pensar,

pero eres inconfundible,

balbuceo tu nombre

como en la infancia

y todo parece tan real,

cuando dices no me he ido.

Rolando Gabrielli2024


What not even the air could hold in words,
nor could it truly be what it proclaimed,
this dystopian era
will be carried away by the winds of history,
it will evaporate, simply, through the corridors of trickery,
speculation of vicious consumerism
that, without losing breath, will devour its children
in the old barn of good and evil.

2

I am not one to recount what remains,
nor to draw attention to what is at stake
or to the years yet to come that will still reveal,
before our very eyes, all that is to arrive,
if the smiling head of paradise’s serpent has only just emerged.
Let us not stray from the present, nor the shadow of the past,
the future is all that remains to be built in the light
of what, without fully knowing, will come to be our present.

3

Leaves fall from the tree,
orchards beneath the crows do not prosper,
without fruit, there is no table set.
A crucified scarecrow
presides over the ripe wheat fields,
without making a single gesture.
We do not know when there will be good weather.

4

Who do we blame?
The dogs bark, and no one listens.
Time is what hastens things;
no one saves it in a bank.
It passes, and in that order, it happens—irrecoverable.
Its only currency of exchange
is to accumulate history, memory,
to be the first to see the future.

5

Viral era,
we are in the turn of war,
epidemics, of migrants
who disappear with their lives
at any moment and place,
families whom no one will claim.
Borders rise and fall
like invisible shutters,
where the noise is heard
of voices
that will never be heard again.

6

You tell me, I feel you tell me,
without knowing, it seems I hear it.
So faint is the murmur of your voice,
the distant tends to be subtle
—I tell myself— almost without thinking,
but you are unmistakable.
I stammer your name
like in childhood,
and everything seems so real,
when you say, I have not left.

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