No hay nada escrito,
todo está escrito,
escribamos.
Subamos el ancla,
descendamos al pozo.
Luz bajo el mar o la tierra,
las palabras encandilan,
el poema aún no se ve.
Ninguna operación
más inútil que la muerte
y aún persiste en llamar
la parca al cuerpo.
Son flores las que llevan,
las que lanzan a la carroza,
las que depositan sobre el nicho,
las que florecen en la memoria.
Si todo está escrito
o nada como pareciera,
¿por qué esta tarde de rosas,
preside la partida el amor
que nos deja?
todo está escrito,
escribamos.
Subamos el ancla,
descendamos al pozo.
Luz bajo el mar o la tierra,
las palabras encandilan,
el poema aún no se ve.
Ninguna operación
más inútil que la muerte
y aún persiste en llamar
la parca al cuerpo.
Son flores las que llevan,
las que lanzan a la carroza,
las que depositan sobre el nicho,
las que florecen en la memoria.
Si todo está escrito
o nada como pareciera,
¿por qué esta tarde de rosas,
preside la partida el amor
que nos deja?
Rolando Gabrielli©2018