Solo un
segundo,
¿me pregunto
si el tiempo
se
preguntará
quién
inventó
el reloj,
que
convierte
al tiempo
en
prisionero
de su
propio tiempo.?
Rolando Gabrielli 2021
Periodista, escritor y poeta chileno en Panamá
Solo un
segundo,
¿me pregunto
si el tiempo
se
preguntará
quién
inventó
el reloj,
que
convierte
al tiempo
en
prisionero
de su
propio tiempo.?
Rolando Gabrielli 2021
no llena un vaso,
ni hace más grande
el mar.
Un grano de arena,
no transforma
a un desierto
en desierto.
Una palabra
convertida
en una gota,
grano de arena,
puede iluminar
un poema,
si se suma
a otras palabras.
Rolando Gabrielli 2022
Internautas, que alguna vez subieron a la nave de mis palabras, para viajar a lugares desconocidos, donde solo un poema nos puede llevar, les agradezco haberme acompañado en este año 2021, que nos ha enseñado lo que este poema nos quiere decir: que la actitud, más la creatividad,- la suma de las pequeñas cosas- producen la magia, y que un grano de arena, una gota de agua, una palabra, pueden iluminar nuestras vidas. Felices Pascuas/Un espléndido2022
El sueño
ama la libertad,
es su
espacio natural
-dices-
dormida
y haces silencio,
en la
pintura,
que te
retrata.
Rolando Gabrielli 2021
Nunca fue
mi lugar,
el no
lugar,
donde no
estar
y dejar de
ser,
solo ir sin venir ,
ese no es
el lugar,
definitivamente.
Un poeta
permanece
en el Ser,
es su punto
de apoyo,
la
dirección hacia
todos los
sentidos.
Los puntos
cardinales,
inclusive
el horizonte,
no son más
que
esquivas
palabras,
sin mayores
referencias.
Rolando Gabrielli 2021
Errante
planeta, cuerpo celeste,
divino,
diría, lejano, esquivo objeto
cósmico,
deambulas libremente.
No sé
cuando nos encontraremos,
te desplazas en la oscuridad,
pasos de nieve
en la
nieve, solo huellas
para un próximo verano.
Viajas,
seguirás viajando
y
vagarás por el espacio infinito,
a tu propio
aire,
siempre serás
mi planeta errante
y yo tu palabra.
Rolando Gabrielli 2021
Todo es tan nuevo, inclusive lo viejo,
se repite en dosis y cápsulas de
espanto
y no puedes dejar que el asombro
sea una atmósfera de lo real, perdure,
se haga crónica de estos tiempos,
sin otro rumbo que lo desconocido.
Un mundo paralelo, virtual
construyen en la oscuridad las
tecnologías,
sacan la suerte a un futuro por des- conocer
sin invocar el Tarot, otras cartas en sus laboratorios,
manos enguantadas, asépticas, recién
lavadas
ocultan las líneas de las cábalas.
Lo líquido en verdad no debiera escribir
esta historia, narrarla como un
charco de agua
estancada, a la deriva de una
falsa,
inexistente corriente,
que sube como un río imparable,
sin más destino que lo desconocido.
Rolando Gabrielli 2021
Un poema no va
a salvar el mundo, me dijo una mujer cuando iba leyendo un libro en el Metro,
que ella descifró como un poemario, y yo me dije, esto es perfomance, la poesía
puede brillar en las alcantarillas de la ciudad o morir en los museos de la academia.
La mujer cargaba una mochila, hoy la gente se desplaza
para una aventura, estamos en guerra, sobreviviendo un virus, el cambio
climático, el desempleo, todas las miserias reunidas en nuestras plagas
egipcias. Sentí que los poemas, las palabras, me refrescaban, producían las
dosis de oxígeno correspondientes a la travesía que estaba haciendo por la
ciudad. Cada día es una carrera de obstáculos, agazapado en silencio, casi
inmóvil, mudo, arrebatado de cualquier expresión corporal, protegido por una
mascarilla y una careta de plástico que
aún ficciona más nuestra realidad.
La mujer descendió en una estación cualquiera y se
evaporó en la multitud como un poema que no busca pasar a la posteridad, ni
cambiar el mundo, solo encontrar un lector que sienta que su vida ya no es la
misma.
Ya no recuerdo la ciudad en que ocurrió esta
situación, los sueños suelen ser no tan claros, a veces, enigmáticos y nos
proyectan por cualquier ciudad o lugar
del mundo. Lo importante es que al poema le espere un lector.
Del Epilogar chileno
Chile es un país re curioso, raro, bautizado como una
loca geografía, larga y angosta faja de tierra, largo pétalo, con forma de
remo, provincia fértil señalada en la región antártica famosa, tutelado por el
mar, un enorme desierto y la cordillera de los Andes.
Sin ir más lejos, cuando salía de mi casa al liceo, siempre
al fondo cubierta de nieves eterna, divisaba la
cordillera y a un costado iba
viajando con el río Mapocho, ese hilo terroso huérfano de mar y de aguas.
Tanta historia ha pasado bajo los puentes de Chile,
país de catástrofes telúricas, colosales, primaveras inolvidables, masacres,
desaparecidos, campos de concentración, exiliados, sometido por una tiranía,
tan gallardo en la Araucanía, que es difícil pintarlo en una acuarela.
Está surgiendo un Chile vanguardia, pionero, valiente,
de rojos vinos, humeantes empanadas, de profundo y rico mar, altivo, joven, de
maravillosos contrastes geográficos, diversos climas, volcánico, araucano,
ese Chile, renacido de las llamas y las
cenizas, hoy en sus serenos valles
proclamando la esperanza y caminando hacia el porvenir.
Rolando Gabrielli 2022
de Norte a Sur,
gente de todos los confines
sale a festejar,
un día en que la Historia
volvió a resucitar.
El desierto, el mar, la cordillera,
fueron mudos testigos
de un pueblo que reencuentra
su camino, comienza a andar,
por esta dura y hermosa geografía,
contarán los cronistas,
recitarán los poetas simples coplas.
La esperanza vuelve a ser esperanza,
las multitudes recorren en paz las calles,
hay tanto por construir y son muchas las manos
dispuestas a comenzar.
Es Chile que resucita de las cenizas
y convoca tiempos nuevos sin excepción.
El futuro es ahora,
le pertenece al pueblo y al presente.
La Dignidad le abre los brazos a Chile,
tiende su mano firme al porvenir,
hagamos silencio
en memoria de tantos
que forman parte de esta historia.
La sangre y el corazón de Chile,
vuelven a latir.
Todos somos la multitud,
la gente de todos los confines,
que sale a festejar.
Rolando Gabrielli 2021
Panamá es un pequeño
Istmo rodeado de dos océanos que le han dado permiso para existir. Son los dos
mares más grandes de la tierra, el Pacífico y el Atlántico, que bañan las
costas de esa lengüeta de tierra que une las Américas. A Balboa, el
conquistador, le guió el cacique panameño Panquiaco y mil indígenas más por las selvas del Darién, para que
descubriera el Mar del Sur y se le bautizara después Océano Pacífico. No
siempre la historia, la geografía y la
realidad van junta.
Simón Bolivar, consideró
que este lugar era un sitio de anfictionía, encuentro, reunión para la toma de
grandes decisiones entre los países
latinoamericanos. No estaba equivocado, su posición geográfica es su
mayor recurso estratégico, económico y con el tiempo puede llegar a ser
cultural.
Tres jóvenes
latinoamericanas, colombianas y una venezolana, también comparten esta
filosofía, rol que en muchos aspectos ya juega el Istmo en la región, y en tal
sentido se unieron para convocar las letras, proyectar sus obras, palabras,
opiniones, en un encuentro bajo el título: Entre letras y vinos, que se
realizó en la Alianza Francesa de Panamá, el pasado 14 de diciembre.
En el evento participaron, Linda Astwood, Liliana Arias, Carla Cardona y Rolando Gabrielli, quienes fueron presentados por el escritor panameño, Héctor Rodríguez, ante un vibrante público.
Rolando Gabrielli 2021