sábado, julio 13, 2013

Cada bestia con su bestia


Afortunadas las bestias que  se reconocen
en el  espejo   del rebaño que las conduce,
sufren con las bestias hermanas, pero gozan
 y sangran por el placer de su heridas
El terror magnifica la imagen este San Fermín
de San Fermines ,
cada bestia con su bestia,
bajo el pabellón ciego de sus delirios.




 

viernes, julio 12, 2013

Al otro lado

Al otro lado
nadie dice nada,
ni una voz conserva
la costumbre,
el eco de las palabras.
Rolando Gabrielli©2013

jueves, julio 11, 2013

En el orden digital

En el orden digital de los días,
¿alguien preguntó por mí?,
que yo sepa, no.
¿Quién necesita más palabras?
Rolando Gabrielli©2013

miércoles, julio 10, 2013

La belleza es arte


La belleza es arte,
busca una coartada,
que la proteja y guíe.
Ella ignora el silencio
que la rodea y sigue
 dentro de sí misma.
Rolando Gabrielli©2013
 
 

 

domingo, julio 07, 2013

Rayueliando con Julio


Rayuela, los cuentos y los Cronopios y  Famas de Julio Cortázar reencantaron a  la juventud universitaria de mi tiempo con el mundo mágico de la literatura y escenario cosmopolita que describió singularmente el escritor argentino. ¿No es suficiente?  Cortázar no esperaba tanto y menos seducir a los jóvenes. Recuerdo las conversaciones de pasillo, en los patios, las pequeñas tertulias en el viejo Pedagógico de la Universidad de Chile, sobre este mundo alucinante del autor de El Perseguidor y otros cuentos.

Cortázar visita  Chile en los setenta y habla con los estudiantes del  ex Pedagógico  y ya era un mito que se nos presentó una mañana primaveral con la sorprendente magia de su humildad, proximidad y  brillantez. La novela repasó la vida y viceversa. Un argentino parisino, argentino-argentino residente en parís con visión latinoamericana nos visitaba  y ponía en movimiento nuestra propia escritura. Viaje iniciático para nosotros en el corazón de la cátedra y  Rayuela en el centro del debate.
La Maga, Oliveira y Talita ya eran conocidos nuestros, qué más podría pedir un  escritor, que sus personajes deambulen de voz en voz, y en las buhardillas de los sueños santiaguinos, aguardábamos a La Maga, porque algún día habría de aparecer.
Cuando una novela logra poner a fantasear a un lector, ha cumplido buena parte de su cometido, porque se ha integrado a la trama, a la vida de los personajes, al circuito que  traza el narrador.

Hace 50 años, desde el primer tiraje  de Rayuela por Sudamericana, un  28 de junio de 1963, siguen saliendo comentarios absurdos en medio del aplauso de sus lectores. Eso ocurre cuando algo nuevo irrumpe como una locomotora en un andén desconocido y los pasajeros solo alcanzan a levantar sus pañuelos.
¿Una novela joven para los jóvenes  con un mapa que aún recorren  sus nuevos lectores? No es poca cosa, diría, ni una casualidad, porque en estos 50 años la novela ha agonizado un par de veces para  quienes apuestan contra la palabra.
Mientras existan historias y al cerebro del hombre no le hayan  cambiado o  introducido un nuevo chips, habrá novela. Es el espejo mágico y doloroso, la aventura, los sueños,