Los cuadernos
mágicos de Norman Foster
Rolando Gabrielli 2021
El arquitecto
inglés, Norman Foster, no existiría, no podría vivir sin un lápiz en la mano,
inclusive en este mundo digitalizado y
altamente tecnológico.
Su genio creativo
obsesivo, desbordante y sin límites no
podría desarrollarlo sin un simple lápiz y las limpias hojas de un cuaderno. Su
maquinaria imaginativa requiere de ese par de simples cotidianos instrumentos
para convertir la hoja en blanco en el diseño de un edificio, una silla, una
puerta, un aeropuerto, libros,
El lenguaje de
Foster y su prodigiosa comunicación está en sus manos y dejará al mundo de la
arquitectura un legado de más de mil cuadernos con dibujos de sus diseños. Y, desde luego sus obras icónicas en China, Inglaterra, España, Francia, Hong Kong, Estados Unidos, Emiratos Árabes Unidos, entre otros países.
- Foster se
divierte dibujando
Un curioso observador, estudiante de
arquitectura no tendría más que frotar con sus ojos esa verdadera lámpara de
Aladino y descubrir así la magia de este mago del diseño. Foster no trabaja, se
divierte dibujando, nada escapa alrededor de su actividad diaria, a su pasión
por construir un mundo mejor para el ser humano.
Los Cuadernos de
Foster contenidos en una selección ( Sketchbooks 1975-2020) realizada
por el arquitecto, revelan su universo
arquitectónico, interpretación a través del dibujo, son el croquis visual de
sus sueños, pasiones, obsesiones,
interés por producir bienestar a los demás.
Su mano zurda
vuela como las aspas de un molino de viento, helicóptero y de los drones que
suele dibujar, porque las máquinas también forman parte de su mundo del diseño.
Estos cuadernos
son y constituyen una formidable universidad para un arquitecto, estudiante o
público interesado en el diseño. El arquitecto británico se conecta al mundo y
las futuras generaciones a través del dibujo, como el poeta lo hace con la
palabra. Además de sus aeropuertos, edificios icónicos por el mundo-que recoge
la prensa mundial- el genio de Foster se recrea en numerosos objetos con los
cuales convivimos diariamente. Son sencillos, de uso corriente, prácticos,
útiles, incorporados al uso corriente: anteojos, relojes, lápices, lámparas,
camas, camisetas, inodoros, estanterías etc.
- Un monólogo
perfecto ante la página en blanco
Sus viajes, tiempo
libre, son siempre dentro del diseño, pareciera que no pudiera detener su
máquina de dibujar. El artista es un solitario frente a la página en blanco,
-el pintor frente al implacable lienzo-; las teclas
blancas del pianista están rendidas ante
de las manos de un virtuoso – y es así como ejerce y disfruta su perfecto
monólogo, el fruto de su imaginación, la búsqueda de lo desconocido.
Foster+Partners,
lo integran unos 800 profesionales de la arquitectura y de distintas
disciplinas que contribuyen y hacen posible este formidable sueño del diseño
moderno.
Es difícil sentirse
solo ante la extensa geografía humana y territorial que abarca el estudio que
se debe aun mundo sin límites, pero el diseñador es en sí un solitario que se debe a su obsesiva imaginación,
que lo esclaviza a placer.
- Los cuadernos,
un viaje al proceso creativo
Estos cuadernos
que nos da a conocer la reconocida editorial Ivorypress que dirige Elena
Ochoa Foster, son un notable aporte para descubrir el planeta Foster y
equivalen a una suerte de diario de vida del arquitecto, un registro
instantáneo de lo que prioriza su creatividad y necesidades de ese momento.
El arquitecto
español Jorge Sainz ha recopilado más de 500 dibujos del colega británico,
destellos, dibujos, bosquejos, detalles, ideas, el primer chispazo, inicios de
futuros proyectos, obras, croquis de su magnífica arquitectura.
Los edificios
construidos reflejan la destreza de un diseñador, pero antes de esas paredes y
fachadas, están los primeros trazos, las notas alrededor del bosquejo, opiniones
descriptivas del momento, ideas que reflejan su diálogo con la página en blanco
y preferencias de ese momento único. Es desafiante, intimidante, no cede
fácilmente sus blancos espacios a quien convoque sus sueños, imaginación y
proyectos sin la gracia de la creatividad.
Los cuadernos son
un viaje al proceso creativo de uno de los más grandes arquitectos del siglo XX
y XXI, una formidable aventura iniciática para un estudiante de arquitectura soñador,
apasionado verdaderamente por el oficio, son, en verdad, la pedagogía perfecta
del valor y los secretos del diseño.
Recuerdo a Nicanor
Parra, el antipoeta físico y matemático, siempre con un cuaderno en la mano,
tomando nota, escribiendo, corrigiendo, rayando. Era su manera de construir
diariamente su obra, que no es poca, de hacer oficio frente a la página en
blanco. Sufrió mucho cuando un hijo le vendió parte de sus numerosos cuadernos
y que por fin los recuperó. Parra ya tenía más de 100 años. La poesía y los
jóvenes poetas podrán conocer los secretos de uno de los más grandes poetas
del habla castellana entre dos siglos, como Foster. Un lujo en estos tiempos.
Algunos, como mi caso, poetas híbridos, de dos siglos, de la Diáspora, dispersos por el mundo, trabajamos con libretas y el ordenador, esa otra página en blanco del mundo digital, donde también hacemos nuestros textos. El Arte encuentra sus propios caminos.
La historia de
Foster es el arte de la curiosidad, un requisito indispensable para cualquier
artista y por supuesto, arquitecto.
En su intenso,
extenso, inagotable ejercicio por convertir el diseño en su manera de ser y
sinónimo de vivir la vida, Norman Foster, el Caballero inglés de la
arquitectura, a sus 85 años trabaja como el primer día en que se inició en este
oficio que reta permanentemente la imaginación y perseverancia.
Donde está Foster,
está el espíritu real de sus proyectos, el trazo que explora una nueva obra,
objeto, la forma que les dará vida. La gran lección del británico es su
ilimitada curiosidad, inagotable pasión por su oficio, creatividad como un
estado de gracia permanente, vivir el presente sin más arraigo que la fuerza de
su creatividad. Foster pareciera imitar a Foster cuando le queda tiempo. El
placer está en un lápiz y un cuaderno. Para eso hay que tener talento. Es lo
que necesita un poeta del siglo XIX o de la arquitectura.
- El lujo de la
memoria, el presente del pasado
La página en
blanco adquiere vida al temblor del primer trazo, la primera idea, verso, que
irá adquiriendo forma, vislumbrando el destino de la nueva obra o poema. El
boceto es el primer misterio a ir descifrando, como las palabras de un texto
literario que van ajustándose al cuerpo definitivo de la obra.
Contar con estos antecedentes de primera mano, de toda
la vida creativa de un arquitecto, artista, es un lujo para las futuras
generaciones. Es historia, memoria, pasado,
expresión viva del andar de un oficio complejo que tiene una gran tradición y
que se renueva en cada época. Es su propio Ave Fénix que busca respuestas a las
necesidades del hombre en cualquier época de nuestra civilización.
Epilogando el futuro
Japón ha dado la alarma al mundo al crear el Ministerio de la Soledad. Millares de casas vacías, suicidios, pueblos abandonados. Proyectan para el 3365 la desaparición del último japonés. La nación asiática es una de las más desarrolladas del planeta, altamente tecnificada, robotizada, disciplinada, con grandes tradiciones, educación de primer nivel. Sin embargo, han sonado fuertes las alarmas, más de 30 mil suicidios al año en la patria de los Samurai. La Soledad no es un invento japonés. Sartre, el filósofo francés, advertía de una manera inteligente sobre el tema. Si te sientes en soledad cuando estás solo, estás en mala compañía. Japón ya tiene 2 millones de jóvenes deprimidos, un verdadero ejército de solitarios, que mundialmente es mucho mayor en número. Ellos están conectados al planeta digital y ven el mundo desde sus cuartos. Los estudios piensan que esa cifra se quintuplicará en Japón con el correr de los años. Los japoneses tienen fama de trabajar duro, no rendirse, manejarse con reglas estrictas, y soportar un un estrés más allá de lo rutinario con consecuencias psíquicas fatales. la Pandemia ha extremado la tradicional soledad japonesa y llevado a las autoridades a enfrentar el problema, promoviendo felicidad, amor, inclusive sexo ante el estancamiento de la población.
También juega en esta época, la carta de amarse asimismo, un feroz hedonismo, individualismo, egoísmo, egocentrismo, donde el espejo soy yo, parodiando a Luis XIV, el Rey Sol francés.
- La soledad no tiene futuro
La soledad es una epidemia laboral actualmente, los desplazamientos dentro de los país, hacia el exterior, lejos de la familia, producen inevitablemente desarraigo. Foster+Partners está trabajando en una solución a través de una propuesta residencial especialmente para "nuevos talentos". El arquitecto ha estudiado los espacios en gran parte del mundo y pudo hacer una propuesta ganadora en un concurso, en China, Qianhai Talents' Apartment, para ejecutivos que privilegian el trabajo sobre sus relaciones sociales. Una respuesta que se pondrá aprueba el 2024. La filosofía es crear un vínculo entre los residentes del complejo habitacional, una suerte de comunidad autónoma. Es la llamada fórmula del co-living, una vieja tradición humana, compartir alrededor de la cocina y de la mesa. Sin duda, eso se ha perdido en las últimas tres décadas. La tradición no parece ser mal, forma parte probada de una buena vida. ¿Para qué inventar más futuro? Quizás Foster se lo preguntó.
Pequeñas cocinetas distribuidas en cada apartamento individual y una cocina comunitaria para 12. Una vuelta a los caminos del Oeste alrededor del fogón, a los interminables viajes por el desierto, a ese sentido tan humano de la pertenencia perdida, una cierta soledad compartida.
Foster "está jugando" con la nueva realidad, con un edificio modular donde las piezas serán de fácil recambio, viviendas de fácil restauración en fábricas próximas al lugar, generando además empleo. El co-living no es nuevo, existen numerosos ejemplos. Lo nuevo es la pandemia, la necesidad de mejorar los espacios para vivir y laborar. En Asia el espacio cada día es más disputado, reducido, compartido. Se requieren soluciones para un mayor bienestar y la arquitectura tiene mucho que decir. Foster le saca la suerte al futuro con lápiz y papel.
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El autor
trabaja hace más de 20 años como Escritor Creativo en el Estudio de Arquitectura
más grande de Centroamérica y Panamá