viernes, abril 18, 2008

COSAS de este mundo...



























La vida es maestra de un mundo díscolo. La misma piedra, desde la caverna, hombre. ¿Los caminos están empedrados con la misma piedra, la de los viejos errores? El paisaje pareciera monitorear su propio abismo. Todo se recicla Kafka, Heráclito, y se escucha en el eco de la oreja sangrante de Van Gogh. Los tulipanes seguirán sembrándose y creciendo en las geografías con inviernos fríos y largos, y nunca dejarán de ser hermosos, alegres caballeros de la Edad Media, príncipes encantados de Las Mil y una Noche. Mafalda nos enseñó tantas cosas, como una maestra que hablaba con el globo terráqueo sin complejos, de tú a tú, porque comprendía sus dolores, quejas, sufrimientos, protestas, pasiones, deseos, ilusiones, sueños y esperanzas. Se contentaba con un rayito de sol en cualquier mañana, ver el mundo aplastado por una sonrisa. Hay una ley no escrita, todo desaparece, hasta los personajes más famosos y queridos se convierten en humo. La City porteña, Buenos Aires, cuna de esta luciérnaga del siglo XX, está bajo el humo, una bruma de estupidez humana, producto de la quema de gigantescos pastizales en el Delta, que han afectado unas 70 mil hectáreas. Son los rastrojos de la oscuridad.
Mientras algunos hacen gigantescas señales de humo y desparece el Obelisco porteño detrás de una falsa niebla londinense, el planeta se queja de muchos otros malestares y el tiempo pasa a ser parte de la conversación rutinaria y se escurre por esas largas y ridículas medias térmicas que no le permiten respirar al cuerpo. Más allá o más acá, la Luna sigue con su atractivo de madre soltera amamantando las mareas del planeta azul en sus viajes secretos cada noche donde algún ojo humano la divise. Si viene acompañada de estrellas y nubes livianas que van y vienen en un espejo azul oscuro de algodón, mucho mejor para el atribulado y humillado espíritu. El mundo sigue, quien lo diría, a pesar de las malas, malas noticias, con un poquito de todo: drogadicto, algo hiperquenético, asmático, con mal de parkinson, alzheimer, una infernal migraña, pero también sediento de paz, amor, poesía, como si existiera otro lenguaje ya olvidado. "Es lo que hay", repite un eco. El viejo soldado vengador, odioso, ávido de poder, duerme con su mochila en cualquier esquina del dolor. La piedra, soldado, es la misma. ¿No la ves? ¿La muerte es más sabia que la vida? ¿El dolor más potente que la felicidad? Soldado, no leas la imagen digital, dos más dos pueden ser cinco.
La manzana de la profesora, que encabeza las ilustraciones de este escrito, no alcanzará para alimentar el mundo. El Hambre, no es una metáfora. Un estómago vacío debiera hacer más ruido en las conciencias de los líderes mundiales, que el lanzamiento de cualquier bomba, aquí o allá, en cualquier lugar del planeta. Quino, este filósofo, ciudadano común de la conciencia crítica de nuestro tiempo, poeta del trazo cotidiano, real, ha vuelto a la carga con un título lleno de tiras cómicas: La Aventura de comer. ¿Es ficcionar la realidad, o la realidad pura, Quino? Sólo vuelve con este tema, que "en algo más de cien páginas, como comenta el diario El País se mezclan los restaurantes de "ritual", "de esos que se llevan la botella de vino de la mesa", con los más pobres fogones, en los que se finge que unos fideos son un raro faisán, aderezadas con escenas repletas de pelos y moscas y de camareros que gobiernan sin piedad los destinos de sus clientes, "ingenuos" que creen que son ellos los que escogen." Mafalda, seguirá suspendida, sostiene en una entrevista, como en efecto ha ocurrido desde 1973, y aunque "No me gusta ser tan determinante, no soy de los de 'nunca más pero no siento ninguna necesidad de volverla a dibujar". En este libro de las comidas, rinde omenaje al escultor de las gordas, Botero y a Gabriel García Márquez, quien prologó todos sus libros de Mafalda.
Quino, quien es inmigrante en España, ya nacionalizado, reside entre Francia, Italia y Buenos Aires, podría escribir una tira cómica sobre el tema de la inmigarción, algo que está en el tapete mundial y que en Europa amenaza con reventar en distintas fronteras que se blindan y algunas ya bloqueadas. La aventura de los muros en un mundo globalizado, es como recorrer una carretera al revés. Atrévase, Maestro, usted que registra y hace historia con los temas contemporáneos, que son eternos. Mafalda le dará las gracias, se lo aseguro.
Sigue su curso, el curso de los acontecimientos y más. Google nos está viendo y reproduciendo. Eso ya no es nuevo. La aventura de la palabra podría seguir siendo nueva, si se baja del tobogán del éxito, del carromato banal y se aparta de la vitrina del mercado. Siempre habrá una palabra nueva si un poeta no comulga con ruedas de carreta desinfladas.
EL ÁRBOL DE PIE
Frente a mí, un árbol,
mi semejante da sombra
frutos de estación,
hojas nuevas, hojas viejas,
el árbol de pie,
el sol le baña el cuerpo,
sus anillos crecen
se ha unido a la tierra.
Un árbol son sus raíces,
la luz de sus hojas
en sus ramas,
el viento que mece
su silencio.
Las hojas permanecen,
Un árbol siempre espera
una mejor estación.
Rolando Gabrielli ©2008

miércoles, abril 16, 2008














I
Mi adorado pájaro,
inmutable ave
de las nubes rosas
sobre la inmóvil rama
tu monólogo bilingüe
flota, flota,
en la punta de este poema.
II
El amor es
como un ataúd
ciego, sordo, mortal.
III
El amor tiene
su propio nicho,
respira
bajo tierra,
donde sea.
IV
El amor
puede viajar
en una carroza
tirado
por caballos
hacia su última
morada.
V
Mi naipe es dorado sol
y brilla
junto a mi mano
que no lo juega.

lunes, abril 14, 2008




Me das la espalda y me recuerdas
tu mejor noche...Rolando Gabrielli
Amigo lector,
no le des la espalda a la poesía
aunque la Bella sabe lo que hace
o almenos donde nace
y termina el poema.
Rolando Gabrielli© 2008
1968 clavado en el calendario, allí, en el Pedagógico de la Universidad de Chile, en Macul, con el poeta Nicanor Parra.

Diario de Vida/Diario de Muerte/Diario de Poesía






En la perfección de las alas
vuela la muerte
El cuerpo asciende
en silencio
un último peldaño
Aire o tierra,
polvo, polvo.
Rolando Gabrielli©2008
No me digan que todo esto me pasa sólo por fumar
En esa foto, en blanco y negro, estoy con Gonzalo Millán una mañana de septiembre de 1973 en Santiago, en las proximidades del Palacio de La Moneda, sede, oficina de los presidentes de Chile, que días más tarde, un 11 de septiembre de 1973, sería bombardeado por la aviación chilena, con el propósito de intimidar al presidente Salvador Allende para que renuciara. Mañana tibia en las postrimerías del invierno y a unos pasos de la primavera más violentada de la historia de Chile. Este es un paréntesis, Gonzalo Millán murió el 14 de octubre del 2006, y tengo desde hace unos días en mis manos su libro póstumo, Veneno de escorpiòn azul, escrito durante los últimos cinco meses de su vida, como un Diario terminal, final, mortal, lleno de Vida y Poesía. Un registro cuerpo a cuerpo, palabra a palabra, de su lucha frente al càncer pulmonar. Hace unos días, este libro recibió el Premio Ensayo Altazor. Su ediciòn se la debemos a su mujer María Inés Zaldívar, quien seleccionó las anotaciones hechas a mano y fechadas por Gonzalo día a día en pequeños cuadernos. (Sabes amor que aunque me pierda/(en la multitud y no vuelva) no me alejo de ti. Estaré hoy contigo/en tu memoria/hasta que pierdas la memoria.)
La noticia de su enfermedad en el entorno familiar, Millán la compara con el impacto de "un asteroide caído en Yucatán", México, en la tierra de los Mayas, Chichén Itzá. "Distraído medito cómo amoblaré mi agonía. Dos mesas hechas con puertas horizontales." No era creyente. Esto rescato de su Diario: "Para seguir vivo necesito un milagro que desconozco a quién pedir, que no se a quién implorarlo. A qué dioses, a qué santos implorarlo. No sé a qué santos, vírgenes y ángeles implorarlo. Me siento malherido y vulnerable." ( Siempre habrá un márgen para ti/ me dice la muerte/mientras se acicala en el baño/para verse bonita/ante mi cuerpo que le pertenece). R.G.
Veneno de Escorpión Azul lo leí hace màs de una semana, ahora lo repaso, lo comento en voz alta, como a Gonzalo tal vez le gustarìa, con humor, cariño, interés, curiosidad, amor a la palabra, porque en medio del naufragio, son 321 páginas muy intensas, llenas de poesía, vida, profundamente enriquecedoras, contienen dolor, impotencia, ironía ...El pesar me visita para entregarme su anticipado pésame. ("Me dedicaré a escribir mi epitafio en los ratos libres") : un patio de luz y muerte, lugar donde llegamos sin más compañìa que nosotros mismos. El poeta lo dice: "Me espera un porvenir negro como la boca de un tùnel sin luz ni color, el bàratro en un conjunto de cosas". Trabajo en mi epitafio cuando duermo, insiste, al despertar, al recordar lo olvido. Estará escrito el día que no despierte del sueño. Estará escrito en mi casa cuando no despierte.
Un registro de lo que hay y se va, lo que hubo y queda y parte, se esfuma, una mirada lenta al futuro, un profundo vistazo al último presente. Millàn necesitaba tocar, olfatear, huzmear, sentir, los objetos del deseo, cubrirlos con sus cinco sentidos, entrar en ellos como en una copa los labios.
"La vida llegó como se fue. A veces pareciò corta, a veces pareciò larga. La vida llegò y se fue como vino anunciada. Llegò y se fue. Llegò tal como se fue, sin aviso". ("Me voy de viaje. No sé cuando. Parto de muerte." Una descripciòn precisa, simple, resumen claro para cualquier lector. El 1 de junio después de conocer el resultado de unas radiografías que le permiten concluir: "Estoy, como se dice, desahuciado. Soy un enfermo terminal en el umbral de la muerte", empieza a tomar como un tratamiento el veneno del escorpión azul, un elíxir cubano, recomendado por sus amigas Tere Calderón y Pía Barros, quien se está curando de cáncer a través de esa medicina. Un domingo 25 de junio, decide finalmente como enfrentará la enfermedad: "No me haré tratamiento de rayos ni quimioterapia. Estoy apostando al escorpión azul." Ya sabemos de donde viene el título de este libro. A partir de allí dirá: El veneno del escorpión azul y el cáncer pelean en mis pulmones. ("Mi cáncer no es un cangrejo, es/una pancora morada oculta entre/lóbulos rocosos musgosos.") "Escríbele una carta al cangrejo y pregúntale al cabrón por qué eligió tu pulmón como si fuera un par de rocas."Además de esa mágica poción caribeña se apoyará en unas galletas de marihuana horneadas y fabricadas especialmente para él por un par de proveedores, unos gourmet de otros vuelos. Día a día nos va dando señales al respecto, con hora precisa. "09.20. Fin ingestión galleta."
No es un Diario con pretenciones literarias, ni intelectuales, hace pocas referencias de libros y autores- los indispensables que pasan por su memoria y se relacionan con su tránsito- e incluye algunas opiniones muy puntuales: "La antipoesía es un lastre, se transformó en un lastre". "Un monje anciano y sabio medita contemplando el crepúsculo mientras se cuenta las pelotas. Este haiku es algo parriano, anota irónicamente Millán. En las últimas pàginas, la 306 para ser preciso, apunta : Prefiero la palabra ocaso a crepùsculo (Borges a Neruda) El poeta no ha dejado legado literario alguno aparentemente en sus últimas palabras escritas, pero este documento poético es mucho más que eso, un secreto y permamente himno a la Vida y a la Poesía, que en fin de cuentas son una misma cosa. Su poesía no ha sido estudiada como debiera, ni leida, ni reconocida tal vez, pero la muerte suele reparar los olvidos y detenerse en la obra como si estuviera viva. Di ¿fui en otra vida un poeta?/No lo creo. ¿Qué es la poesía para un alma vieja?, se interroga.
Comenta que está releyendo Poemas japoneses a la muerte, en preparación de los suyos. Y sigue diciendo y pensando: Toda muerte es un fracaso, viejo looser/La luz alcanza cierto límite/donde se estaciona como un claro, automóvil claro. Cuando leo estos textos y el libro, me digo: la muerte es un detalle irreparable.
La cotidianeidad alterada de profesor universitario en un Taller de Poesía, continúa en otro escenario, es la pequeña luz del poeta mortalmente herido, frente a la noche vertical de su futuro. Atrapado en la jaula del dolor, no maquilla las palabras ni los sentimientos: "Sólo los que están a punto de perder la vida de verdad la aprecian. Sonámbulos los otros vagan como masas o vagan como muchedumbres mutiladas. Si los pulmones fueran alas, diría que tengo el pecho y un ala herida. Dibujas escorpiones, palpas un alacrán de lapizlázuli. Dibujas escorpiones cuatro veces al día...Tu cry es el tiempo que se marcha"
Los pulmones se llevaron a Kafka a los 41 años de edad y nos dejò para ver y vivir un mundo kafkiano. De alguna manera el checo intentó evitarlo, pero su amigo Max Brod, se apegó a nuestro futuro inevitable.
Registra todo alrededor, adentro de sí mismo y más allá en los detalles de la naturaleza y sobre todo, en la biografía de sus días. (Las edades del hombre. Infancia en La Chimba. Juventud en Ñuñoa. Edad viril fuera de Chile. Vejez en el Centro y Las Condes). Están alineados los días a sus palabras. Autorretrato del poeta en su lecho terminal. Lleva un pijama de algodón, pañuelo/un chandail de alpaca./Recostado en la cabecera ondeada del raulí/maneja el timón de una abarca,/un velero con alas de lona./El poeta yacente sumido hasta el pecho/en el agua salobre, esponjosa, de la marea alta,/naufraga.
La vida, o sobrevida, sigue su curso, es lo que nos relata Millán y a lo largo de los días comparte su mesa con el lector, describiendo los platos de cada almuerzo. Cazuela: zapallo solar, papa lunar, carne terrosa, pimiento flamígero. Porotos con patitas de chancho, ensalada de lechuga. El plato de porotos con tumba/es el mismo plato de lentejas, arvejas y garbanzos,/es el plato proverbial, el plato de legumbres/con guardas por excelencia./Está servido, ofrecido en la mesa/El plato de porotos no es nada sin una/cuchara, pan y un vaso de vino. Pizzas. (Almuerzo familiar de gala) Verónica, con visita de Silvia (amiga de Eme, su mujer). Los días transcurren: Viviré hasta lo que pueda, como pueda entre mis cajas de zapatos llenas de fichas, tarjetas, en el archivo y los cuadernos escritos a mano, no renunciaré a los hábitos de mi hábitat.
Lo mejor (de vivir) es respirar sin darse cuenta... El libro comienza con una descripción ambiental de una serie de exámenes clínicos (rutina de la antesala de la muerte) y un párrafo que nos introduce a lo que viene de ahora en adelante en el pensamiento del poeta-enfermo de muerte. Te has desprendido de la masa de hielo y en adelante serás un flotante/flotarás como témpano solitario y errabundo. El cambio que introduce el peligro/amenaza de muerte. El fin.
Estas primeras 10 páginas nos introducen también al causante de la enfermedad: el cigarrillo marca Kent (Silver 4). No dejará de fumar hasta el final de sus días, ni en medio de los más terribles ataques de tos, dolores de pecho, cabeza... Se me terminan los Kent, es una frase tomada al azar. Sigo fumando demasiado, con el pecho dolorido, pero sin sangre. El camino del exceso, parodia a Blake, no me llevó a ningún palacio ni a un establo sabio, más bien a una pocilga resplandeciente, a un estercolero flamante de callejón.
En medio de la muerte, que es el regreso al huevo, por el otro camino, cito a Millán, está la fiesta de la poesía: llega un premio..."Buena noticia, parece que me saqué el premio del Consejo del Libro (según) J. Montealegre. Efectivamente así fue. Libro: Autorretrato de memoria. En medio de esos días finales, fue jurado también del concurso de El Mercurio. El poeta estrujó como pudo, alargó com un chicle, los cinco últimos meses que le concedió la vida (menos de 150 días) = Están contadas las jugadas. Cualquiera puede ser la última... y ordenaba, podaba, reconstruía libros, poemas, revisaba tarjetas, leía a Susan Sontang, filtraba los últimos gramos de dolor, la vida colada en el límite. Están los libros de lecturas finales, de cabecera, consulta y los enumera: Odas de Ricardo Reis. Fernando Pessoa. La enfermedad y sus metáforas. Susan Sontag. Poemas japoneses a la muerte. Yoel Hoffman. Atributos y símbolos en el arte profano (diccionario de un lenguaje perdido) Guy de Tervarent. Fyego, agua, tierra, aire (una historia cultural de los elementos) Gernot y Harmut Böhme. Diccionario de los símbolos. Jean Chevalier y Alain Gheerbrant. Los capítulos interiores de Zhuang Zi. Traducción de Pilar González y Jean Claude Pastor-Ferrer. El silencio de los Poetas (Pessoa, Pizarnik, Celan, Michaux). Sara Cohen. Larousse Técnico. Pequeño Larouss Ilustrado. Divina Comedia. Dante Alighieri. Estos son sus últimos compañeros de viaje, aunque hay otros autores citados a lo largo y ancho del Diario. "Mordisqueo unos libros (poemas de Theognis de Megara;la poética del dolor en VallejoÑ por la mañana, Escritos sobre la pintura de Henri Micheaux)"
El Poeta habla de su pasado, lo que fue, ante su ruina, la vida que es humo. "Fui fakir del humo. Tragué sables de tabaco, me comí la tos durante años." Todo se hace humo, en la gran metáfora, sobre todo el resto del tiempo que aun queda. Escribir Veneno de Escorpión azul, nos dice Millán, es hacer algo antes de morir, luchar por tu vida. Detalles, detalles...Los tristes zapatos se besan debajo de la cama. Humor... Averiguando por teléfono celular los precios de una incineración sin río Ganges. Los parientes más cercanos: su hija Sol y su Viejo, a quien vi un par de veces: conmovidos. Sol en Toronto, Canadá, viaja por unos pocos días. Un Sol que perdurará, como su poesía. "Se fue de Chile mi hija".
Las cosas buenas de la vida brillan por sí mismas y seguirán brillando.
Gonzalo fue un hombre de palabra, vivió, trabajó hasta sus últimos días con la palabra. Fue una mezcla de topo, castor, pájaro carpintero, constructor de nuevas imágenes, viajero inagotable de nuevos mundos, buzo del aire, duende inagotable del viñedo de la poesía chilena. Desde su maestra juvenil Relación Personal hasta este Escorpión azul de sus últimos días, aunque dejó otro libro encaminado, (Lagunas) Millán abrió nuevos cauces a la poesía chilena, sin bulla, una ventana discreta, en el crepuscular Santiago, apagada en la luz del mediodía, como un poeta semilla que se germina asímismo. ("100% poeta. En estos tiempos jugársela por ser un poeta que escribe de lo que vive no es tan frecuente".)
La memoria es un salvaje escombro, a veces, la ruina del futuro, la impecable ausencia del propio presente. La memoria es lo que avanza detenido en el sueño, la arena con que el desierto juega desde su infancia. No todo es memoria, está el presente terminal, vivo aún en medio de la inminente partida, ese tiempo que es espejo del hoy..."El rostro amado es una insoportable llaga viva", dice el Poeta. Mientras se da este último pulso con la vida, Millàn sigue atento a su entorno dentro y fuera de casa. Lee la noche del 28 de agosto la entrevista que le hizo García en La Nación, periódico oficial chileno. "Un engendro!, califica la entervista y añade: Arrepentido y molesto. Con fobia periodística. Nunca más!, sentencia. ¿Qué le molestó? No sé en realidad. Habló de lo humano y divino. Cuenta Gonzalo, algo que tiene coincidencias con mi periplo fuera de Chile: El ’73. Yo iba a México, pero no pude entrar, así que llegué a Panamá con mi mujer e hija, pero teníamos una semana de visa, entonces me fui a Costa Rica, estuve un año, y luego a Canadá, donde lo único que me había interesado era la Policía Montada (se ríe)." Gajes del exilio chileno. Caminos, encrucijadas, señales. El Poeta va encaminado hacia la ruta final. La meta de todos. La palabra es lo que le queda, a veces se revela y dice que debiera liberarse de sus duendes y obligaciones literarias. "Borrar lo escrito y firmar en blanco para siempre." Pero en uno de esos días, apunta: El humor negro, como el yodo, desinfecta las heridas. La ironía pone a dieta, aligera la gravedad del drama". "Pienso, luego no existo"
El Poeta refleja la nostalgia por aquello que no volverá a ver: todo lo que has conocido morirá contigo. "no quiero pensar todavía si te acordarás de mí y no quiero echar todavía esas redes al vacío". Tal vez hay que desollar la palabra, dice, hasta que recupere aquella pulpa callosa, fresca y sólida de antaño y de mañana. Documenta su pasado.
Con la muerte cabalga el jinete de la poesía. "Se me fue, se me escapó el momento mágico, cuando el ocaso dora los cristales, las impávidas ventanas del poniente, y la luz que agoniza resucita las eternas nieves". "La margarita del gas me regala una pequeña aurora".
"Maestro del Otoño, préstame tus raíces para aferrarme a la tierra como anclas, como áncoras tentaculares. Destíname como tutor al ombú de una plaza de Bellavista y bajo su bella sombra sentado con sus raíces expuestas quiero anillos de sierpe gigante. Enséñame los misterios de la permanencia y de la fugacidad. Magíster amarillo. Vertical defensor de los caminos, los álamos como clavadas plumas en hilera para el orden, al ceibo dame como padrino"
En las primeras 18 líneas del Diario, una vez conoce el diagnóstico, apunta: "Hoy no resulta visita a vidente de Puente Alto." No volverá a hablar más del tema y hará videncia con sus palabras. El poeta encontrará su nicho verbal. El nido final antes de la partida. "Morir no es fácil, no basta/con rendirse y adrse por muerto./El fin pide tu colaboración/y complicidad. El exceso final,/el epílogo es la última obra/obra póstuma. El Poeta pide un último deseo: durar hasta el final con lucidez y clarividencia con soportables malestares y dolores. Busca desde un inicio una manera de referirse a la muerte: "Quisiera tratar a la muerte sin miedo, sin rencor, sin faltarle el respeto". Es como aproximarse, diría yo, a una segunda sombra. ¿Contra quién volverme enfurecido/por el despojo de mi vida, a quién reprochar la interrupción del hilo del relato?, se había interrogado con anterioridad. En el telón de fondo, en la superficie de lo que más bien leemos, está presente en momentos de distinta profundidad y diversos excenarios, su relación con Eme, su mujer, en cuya casa ha terminado por vivir sús últimos meses. No da muchas pistas, sabemos que es profesora en la Universidad Católica de Chile. El primer dato: hoy vamos a cobrar platas con Eme. Pasan al departamento de Millán por la PC y otros chunches. Viene un almuerzo con Eme en compañía de otros personajes que nunca describe. El martes 30 de mayo: cumpleaños de Eme- No hay descripción alguna de ese evento. Relata que va a Apumanque (mall) en un colectivo temprano, a comprar un regalo de cumpleaños para Eme. Junio 1, Vuelve Eme de cita en el Hospital del Tórax. Al llegar con la bolsa de radiofrafías los ojos se le llenan de lágrimas. Despierto con Eme, que se va temprano a la universidad. Desde ayer durmiendo en la pieza del lado. Tregua con Eme después de un agarrón serio que estuvo a punto de hacerme mudar al depto. Relaciones con Eme con mejoría. (Así van los días) Eme resignada pesadumbre soñolienta.Relaciones con Eme distantes y frías. (Los días van y vienen, con el motor encendido, apagado, en neutro) Eme se va a la playa en la mañana y estará allá hasta el viernes. Eme se emociona y me abraza llorando, en medio de un ataque de tos y convulsiones. "Como que quedo en blanco. Siempre he tenido una atracción por precisar las circunstancias; por ejemplo oigo el rumor de la ducha de Eme bañandose en la habitación de al lado." Despierto sólo en la cama matrimonial )Eme en Maintencillo-La Laguna) Eme en La Laguna hasta mañana. Llega Eme de Maintencillo en la tarde. Llega Eme de Maintencillo. Buena onda. Rico tenerla de vuelta y gozar su compáñìa....cae la tarde y Eme no llega. Anoche le leo algunos fragmentos de Escorpión azul a Eme. Le gustan, los encuentra muy míos. Recuerda una ruptura con Eme en Copiapó, Norte de Chile. Buena conversación con Eme, es domingo 13 de agosto. ...cita al Hospital del Tórax: No voy y va en cambio Eme a la consulta. Eme trae remedios del Hospital del Tórax. Creo que se refiere a Eme: "Ella y tú. Tú y ella son dos cosas distintas y una misma cosa. (Ella agoniza conmigo) Postergo la galleta hasta después de almuerzo para ir con Eme al dpto. Después de caminar a la esquina de Manquehue (acompañado por una callada Eme), pago de cuentas...El Poeta aún en la rutina. Llega Eme de la UC. Es 4 de septiembre. Fricciones con Eme respecto al 18 de septiembre en La Laguna. He decidido no ir porque habrá mucha gente y no tendré espacio donde refugiarme. Llega Eme de improviso (más temprano), ya es 11 de septiembre. En el comedor, después de almuerzo, solos con Eme. Un cambio de mirada dice, erspecto de su cura. Haber dejado de trabajar ayuda a mi curación. Vivir con Eme, en casa de Eme. Me bastas y me sobras como diosa . ¿Se refiere a Eme? Probable. Subiendo escaleras, sin aire, acompañado por Eme. Al mediodía vamos a la laguna con Eme en auto. Ayer Eme me cambia el colchón, compra uno nuevo, blandito. Después de almuerzo (con Eme) afuera en la terraza, la flor de la pluma esplendorosa y fragante cobijando a las abejas. Sigue la buena comunicación con Eme; bonanza. Es 22 de septiembre. Eme la pelea hasta que reaizamos el examen. Los llamó Eme y pueden aparecer como no aparecer (médico)... enojado con Eme (llama a Sol y a su padre, prevee próximo descenlace) Instalación de tubo de oxígeno a cargo de Eme. No la volverá a mencionar en el Diario.
Ella duerme y me abandona en una isla, escribe en las páginas finales. El Diario dice mucho más. El Poeta se despide de las cosas. Maletas, lápices. Y termina con los pulmones enfermos, me discordian, dice, esa parte de mi cuerpo, me da rabia y resentimiento agresivo. (por eso tal vez sigo fumando como una desquiciada venganza). Me siento perplejo y traicionado, víctima de un castigo injusto. Indignado con la muerte. (Rolando Gabrielli ©2008)