Los bestseller huelen a papas fritas. Tienen ese imàn. Un encanto crujiente. Las personas quieren tener el libro recièn horneado por la publicidad. Cargarlo. Someterlo a la estadìstica. Los lectores se pasean por las crònicas y comentarios de uso y abuso de los periòdicos escritos y mediàticos, digitales. Los libros saturan las vitrinas y los autores viajan a promocionarlos. Se dice que gracias a los bestseller existen aùn algunas editoriales. Este es el lenguaje decorativo del mundo literario. Todo cuerpo tiene un apèndice.
Isabel Allende, la escritora màs leìda en idioma español, un èxito incuestionable de ventas, traducida a 30 idiomas, no disfruta de los favores de la crìtica ni de los galardones chilenos, pero no se inmuta al parecer, sigue viajando tres veces al año a Chile y - reafirma- vivo en Amèrica pero soy profundamente chilena.
Harold Bloom y Roberto Bolaño, reprobaron sin piedad su literatura, mientras que constatamos que es la clase media profesional y las dueñas de casa, las que conforman las grandes mayorìas de lectores de Isabel Allende, donde quiera circulen sus libros. Ayer me comentaba un amigo que regresò de Boston, Estados Unidos, que vio personas con libros en las manos de Gabriel García Màrquez e Isabel Allende. Ella no es una autora polemista, no se le ve con frecuencia hablar de la novela, n i se plantea temas crìticos o polìticos de manera reiterada o puntual. Por ahì leìmos su rechazo, en su oportunidad, a las polìticas de George Bush.
Ahora, la autora de La Casa de los espìritus, ha vuelto a la palestra para hablar de todo un poco y con algo de candor ha dicho respecto de su obra: ¡Escribo bien!, por lo menos admìtanme eso. No todo el mundo admite y respeta el èxito ajeno y en el mundo del Arte y la literatura, la antropofagia es un acto casi legìtimo. No voy a referirme a la obra de Isabel Allende, para avalarla o criticarla, sino tomo nota de algunas de sus opiniones, porque su prominencia y actualidad lo ameritan. Viajò a Chile para lanzar su màs reciente èxito literario: La Isla bajo el mar, que lleva ya màs de 500 mil libros vendidos en el mundo. Retomò el tema del Premio Nacional de Literatura, y dijo que no se lo ganarà y que no està postulando. El mejor premio es, dijo, el recibimiento que me hacen los chilenos cuando vengo cada año, desde que me sellan el pasaporte en el aeropuerto hasta la asesadora de mi cuarto en el hotel. Allende, al comentar el posible retorno de la derecha al gobierno, dijo que no habràn grandes cambios porque el paìs està bien y a los empresarios les ha ido muy bien, los ricos estàn màs ricos que nunca. Asì que no se que màs se van a enriquecer con Piñera. De paso, dijo que las mujeres eran màs confiables que los hombres en polìtica porque son menos vanidosas, buscan menos el protagonismo. Dijo tambièn que Piñera es un gerente, no un presidente. Piñera es el mayor accionista de LAN Chile y su fortuna supera los 1.200 millones de dòlares. Aùn no se ha querido desprender de las acciones de la Lìnea Aèrea Nacional, algo que debe hacer por la incompatibilidad que existe en Chile de acuerdo con sus leyes de la polìtica y los negocios.
Isabel Allende se refiriò ademàs a los republicanos norteamericanos, quienes, dijo, han hecho una campaña muy inteligente y despiadada contra Obama. Estàn dispuestos a hundir el paìs, con tal de hundir a Obama, porque hay mucha gente que no puede tolerar una familia negra en la Casa Blanca.