Viejo inocente, puro, iconoclasta,
dime qué es la democracia,
cuántas veces nace la
muerte de un ideal,
cuando la rama no deja ver el
bosque
es mejor abrir un nuevo
camino
sin dar la espalda al sol,
seguir la voz oculta,
secreta, del poema.
Whitman, viejo Walt, hijo de
la miseria,
una Nación no es papel
mojado,
respira sus montañas libres
y deja que la hierba crezca
como si nada en todas partes
donde hay tierra y agua.
Todo es de todos, hijo de las
entrañas
de Norteamérica,
la historia no nos convence,
el siglo está ciego, sin luz,
desbocados los caballos
sueltan espumas de acero
sobre los vientos de las nuevas ciudades
sin horizontes y en alguna galaxia
renace Whitman, su poesía vital,
la libertad de América
sobre las espadas de América.
El misterio es el futuro
y en oscuros pozos
de aguas cristalinas,
las multitudes silenciosas
reclaman la voz humanista,
luminosa del
viejo Adán salvaje,
extrovertido amante audaz,
del mundo y del
hombre.
Rolando Gabrielli©2019
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Homenaje en sus 200 años