LOS LIBROS ABRAZAN
Los libros son como los sueños, una aventura sin fin. Cuando uno los abre, debe saber que después nada será igual. La realidad se habrá movido un centímetro, cuando menos en la dirección que no pensábamos. Un libro si es verdadero, deja que el tiempo se ocupe de sus palabras. Sabe que su mensaje, historia, lo que en sus páginas se relata, le pertenece al lector, que siempre cambiará y le hará posible volver a vivir y revivir de nuevas maneras y formas, una aventura que crecerá en la imaginación de quien la lee. El libro se siente ciego hasta que alguien no lo lee. Un libro que no lleva el ritmo del corazón del lector, es porque le falta oxígeno a sus páginas.
El libro siempre está ahí, a mano, para ser abierto. Su vocación es permanecer en el tiempo y si sentimos su respiración, es porque estamos vivos, es también la sangre que recorre nuestras venas, las páginas de un libro. Las páginas verdaderas, esas que estremecen, que cambian la vida y hacen un clic en nuestra imaginación, no tienen estación para ser leidas. Puede ser un invierno feroz bajo la luz de la nieve o un verano ardiente de cielos azules, que uno sienta primavera de un libro y sus hojas den vuelta , vuelen con toda la libertad de un maravilloso otoño.
Millones de páginas pueden permanecer atesoradas en una biblioteca o circuladas ahora por la magia de Internet, pero sólo importan las que tú escoges amigo lector, y mientras más temprano, mucho mejor, porque el vicio de la lectura así nunca te abandonará. Hoy puede resultar una pasión heroica, una mirada solitaria, distante de este mundo real, material, banal, superficial, digital, pero cuando no ha brillado una estrella solitaria. Pon un libro sobre tus manos y verás brillar una parte del futuro, porque la literatura es porvenir, nos anuncia lo que no conocemos, y es capaz de trasladarnos hacia otros mundos, el de la palabra cotidiana y la que nos hace soñar, vivir en otra dimensión las cosas y los sentimientos. Simplemente, tal vez, verdaderamente vivir.
Siento que pierdo un sueño, la posibilidad de haber tenido un nuevo amigo, un amor quizás, o haber estado caminando en una ciudad que nunca conoceré, cuando sé por la historia que la biblioteca de Alejandría fue incendiada, o que un emeprador chino cuyo nombre he olvidado, mandó quemar la memoria de todos los reinos anteriores o simplemente Pinochet, hizo quemar maravillosos libros que nadie podrá olvidar.
¿Qué es un libro, que extraña sustancia, poder posee, que incita a tanto amor y odio ?
Los libros son niños que siempre nos harán crecer con su vasta imaginación, conocimiento, intuición, dudas, preguntas, observaciones, nobleza, principios, profundidad, espíritu de observación, sin duda. Son nuestros pequeños principitos, que cada día nos hacen crecer también los sentimientos, la voluntad de buscar, dar un paso más.
Un libro es el Tesoro de su propia Isla, puede ser un Diario de nuestras vidas, relatar Las Mil y una Noche, seguir maravillándonos mucho más, como si fuéramos Quijotes frente a unos molinos de viento, pero yo diría que un libro nos puede llevar en Búsqueda del tiempo perdido o a una Residencia en la Tierra.
Un libro son los ojos ciegos de Virgilio y Borges, el edificio medieval de la cristiandad del Dante, los viajes a la Luna de Julio Verne y a Marte de Ray Bradbury, un día con James Joyce en Dublín, los pasos por París de la Maga...To be or not To be, nos dice el libro hoy, Leer o no Leer, esa es la cuestión, estimado príncipe, de lo contrario sí caeremos en las tinieblas.
Un libro es un Proceso, Castillo, una Metamorfósis, es también una Carta al Padre. Un libro es una Montaña Mágica. Un libro no busca a nadie, siempre es hallado. un libro siempre es fruto, nunca cáscara, a no ser que su portada y páginas hayan sido falsificadas. No hay Cien Años de Soledad para leer un libro, porque siempre es compañía, un Páramo tal vez que nos lleva a un desamparo menor.
Un libro es la suma de los ayeres y el lento recuento del futuro. No hay tal vez presente para la memoria, sino unos pasos en búsqueda de las señales de un camino que no siempre se encuentra. Un libro aunque se escriba en una cárcel, en la clandestinidad, desde una cómoda casa de retiro, o frente a un ordenador en cualquier lugar de una ciudad cualquiera, siempre estará escrito por una persona o muchas, que estén detrás de la memoria de esa persona y sean también su voz. Las palabras tocan tierra, se asientan, maduran, caen en terreno fértil cuando alguien abre un libro y comienza a leerlo. No hay intermediarios frente a las páginas, como no los tuvo el autor ante la suya en blanco. Cada historia se cuenta a sí misma.
Se equivocan quienes piensan que un libro quiere vivir en una biblioteca o ser digitalizado. Sólo accede para ser conocido, leído, amado. Un libro sueña con estar en las manos de una persona, llegar a su corazón y sentir como la yema de sus dedos llega a tocar su fruto.
La lectura es búsqueda, interrogación, aventura, una manera nueva de aproximarse a las cosas y a la vida. El libro tiene la particularidad de acercarnos, abrirnos una y otra puerta, las que sean necesarias, tendernos un puente, para alcanzar la otra orilla y seguir abriendo brecha con la imaginación y los sueños.
Un buen libro es un fruto que madurará en nuestra memoria. No habrá viento, ni tiempo que lo derribe.
Un libro, una isla, un camino, un amor...
Rolando Gabrielli©2006