sábado, febrero 03, 2007

OJOS SECRETOS



Había un fondo secreto quizás en la noche. Algún pensamiento bañado en el blanco de la casa detrás de los pinos. Más de una palabra convertiría el instante en realidad. Podía ser una mala foto, un enfoque inadecuado, la mirada de un aprendiz. Tantas variables para una observación desolada o autorizada por la ausencia. Una imagen refleja casi siempre lo que no es. El ojo deriva en una posibilidad más allá de lo real. Es más fantástico suponer que ver. Una interpretación frívola, es sólo ver a cierta distancia. El ojo se gasta en el objeto que domina pobremente. La imagen no se consagra al ojo, sino al pensamiento. El observador atento, casi profesional de la manía, debe sospechar y acercarse siempre con el corazón al objeto. Después puede adquirir la fe de la distancia y robarle la confianza a la noche con el desdén. Este giro frío lo aprendí de una fotógrafa que se transformó en mi favorita.
Tenía un pulso endemoniado, un tercer, cuarto y quinto ojo. El objeto se le presentaba en sus distintas dimensiones y ella entraba sin ruido, animada por su sexto sentido, para que la imagen soltara su expresión corporal, todo lo que la iluminaba por dentro y hacía brillar ante su ojo. Su proyecto consistía en restaurar la ausencia.
Me había enseñado la majestad del silencio, el no lugar y estar ahí al mismo tiempo. El truco consistía en no apurar el clic, dejarse llevar por lo que no se veía. Un raro pasatiempo de la comunicación introvertida, personal, íntima. Respiración, más que todo, donde sól oel aliento convoca esas raras sensaciones de estar y no ante el objeto buscado. No habían dos en su ojo, después del instante recobrado, podrían sucederse las interpretaciones que se quisieran. Antes, ella, y su aire de ausencia. Ese fatalismo de la posibilidad. Nadie se atravesaba ante su ojo para ser ignorado. Era una cazadora auténtica de lo que le golpeaba en la retina y ella no buscaba. Las imágenes caían sobre su ojo y las ponía a rodar en su memoria.
Si ella hubiese leído estos apuntes, observaciones poco profesionales, se habría sentido aludida, interpretada. No necesitaba mucho para saber como era ella misma. Pero no siempre leemos con el sentido de oportunidad que reclama una lectura y tal vez, benevolencia, para encontrar en algunas palabras la gratitud de lo que representan y reconocer al mismo tiempo por que fueron dichas. El flash no percibe todas estas sensaciones a pesar de su velocidad, pero es un buen recurso para captar lo que el ojo ubica con tenacidad.
Ella fotografiaba la noche, la luna detrás de las ramas, por eso entiendo lo que quiere decir de alguna manera esta fotografía, o al menos, lo que su autor se propuso representar con sus escasos recursos. Una casa soleada en el día se recupera aparentemente en las sombras de la noche y parece estirar sus piernas en la soledad de esos oscuros instantes. Recostada bajo una luna que aún no le brilla, permanece inmóvil, con esa rara sensación de estar en otra parte, como si fuera pensada por alguien que no la conoce. La casa puede llegar a ser un objeto vivo en la imaginación de alguien, no sólo de quien la habita. Nos basta con una oscura imagen para pensarla y saber que detrás de las inmóviles paredes algo palpita y puede que nos pertenezca o creamos que compartimos esos látidos que la cámara nos pone a soñar. Alguien habita siempre un lugar, aunque exista el no lugar. La cámara, el ojo tal vez de esa espléndida fotógrafa, que es Ella, tal vez estuvo en esa tibia noche, donde el encuadre era el misterio de unos ojos distantes, pero próximos.
Rolando Gabrielli©2007

jueves, febrero 01, 2007

Verbo azul


Verbo azul pájaro irlandés,
si el tiempo pasara en verdad sobre Dublín,
tu memoria sería sombra de un pálido abecedario,
y estás sentado en la página brillante, obscena,
de la noche, atravesado por el insomnio,
como un publicista del caos nuestro de cada día,
a la diestra o siniestra, Oh, padre,
tu sagrado monólogo sigue respirando tu río,
invicto en la estrella fulgurante, iluminado,
y las ratas locas en las estanterías del mercado,
nauseabundas muerden tus páginas,
saquean al genial J.J. detrás de sus espejuelos,
al infinito milagroso.
Una día en la vida de un individuo, digo,
Irlanda es más que una fecha en tu palabra.
Rolando Gabrielli©2007

martes, enero 30, 2007

Este ángel...

¿Este ángel
sólo existe para la nieve
que lo sueña
más blanco que ella?
¿O es un milagro
para que en él yo te vea?
Rolando Gabrielli©2007

La última noche del Lobo


El hombre es lobo del hombre. Qué frase más mortal para el propio lobo, que es una inocente criatura, una oveja al lado del hombre. Competidor por unos cuantos gramos de carne fresca con el máximo depredador bípedo de la tierra, ahora el lobo vuelve a ser ese temido lobo en los estados norteamericanos de Michigan, Minessota y Wisconsin. Se puede cazar libremente un lobo, algo que no ocurría hace tres décadas, porque se le había declarado especie en extinción.
¿Cuándo el hombre se declarará así mismo especie en extinción?
El próximo año, la medida incluirá a los estados de Idaho, Montana y Wyoming.
En lobo, en la década de los setenta estuvo al filo de su extinción en Estados Unidos. Medidas conservacionistas lograron rescatarlo y fueron tan eficaces para su sobrevivencia, que ha vuelto su caza.
¿Dentro del hombre siempre hay un lobo que lo acecha?
La pregunta es para usted amigo lector...Rolando Gabrielli©2007

domingo, enero 28, 2007

Ola de palabras chismosas y literarias


La literatura puede ser también una inmensa ola de chismes, la visión casi pornográfica, carnal de todo cuanto es objeto de comentario y crítica, el encantador arte de desmenuzar la vida, honra y muerte de los demás. Un viejo oficio, que no terminará nunca de acomodarse en este arte y parte del mundo literario. Esta crónica podría intitularse: Las filosas lenguas de Jorge Luis Borges y Bioy Casares. Pero se trata de dos grandes escritores argentinos que conversaron 1.663 páginas durante sus vidas amicales. Bioy, el más joven, hizo la recopilación y tituló el libro: Borges, un nombre más que suficiente para llamar la atención a nivel mundial. La editorial Destino, se encargó de circularlo, como si esas conversaciones no tuvieran otro destino.
Sabemos que María Kodama, la musa lazarillo de Borges, puso el grito en el cielo, y calificó el libro de infidencias y traiciones. Es mucho más que eso, aunque conozcamos que pijama usaba JLB al dormir y que opinaba de autores, libros, y de todo cuanto le llamara la atención. Así como cocinaba la palabra.
El volumen borgeano es un verdadero mamotreto, que podría usarse como una Biblia sobre JLB y su paso por este mundo. Contiene el placer, dolor, gusto, olores, la pasión, todo dentro de los propios autores-actores, que convivieron como hermanos por cuatro décadas de sus vidas.
Borges decía y apuntaba: 'Si el amor no sirve para la felicidad, nunca debe ser fuente de desdicha' Su madre, que vivió con él hasta su inmortal muerte, (pasó de los 90 años), sostenía que quien lo amara debería ser una persona muy abnegada, que lo vistiera, lavara, porque no saben cuan ciego es.
Anécdotas, literatura, alusiones de Bioy a Kodama, como una mujer extraña, muchas cosas para conocer a dos personajes de la literatura argentina. Todo sin pelos en la lengua. Borges dobló su propia esquina en silencio muchas veces. Hizo y rehizo sus pasos literarios. Se transformó en mito viviente de las calles de Buenos Aires. y las cruzó sin tiempo. Cuando partió a Asunción para cumplir el rito del matrimonio con María Kodama, sabía que estaba al filo de morir, pero también tenía la certeza, que no dejaría de ser Borges para nosotros, aunque siempre lo disimuló, legaba la responsabilidad de su vida, en el Otro Borges, el que lo suplantaba frente a la página en blanco. Se fue temiendo los espejos, como si los recibiera en estocadas fatales en las noches, y al cruzar el umbral de su última morada en Suiza, un espejo le aguardaba a la entrada. Él hizo que no lo vio, por respeto a la ceguera de algunos espejos, en persistir frente a nuestra imagen. La muerte era lo único visible en esos días. Dice Bioy, en sus diario borgiano, que hablaron por última vez por teléfono, y Borges lloró. Se despedía sin duda del reino de la vida y de la palabra.
Rolando Gabrielli©2007

El sol y la lágrima


El Sol le pidió un día a la lágrima que no se le aproximara porque podría apagarlo. La lágrima comprendió su error y se congeló frente a sus ojos. A partir de ese día, el verano sólo existe para esa lágrima. El invierno pasó a ser un invento de los corazones viejos, fríos. A partir de ese día, nadie sabe por qué razón, la noche comenzó a salir más libremente y a vivir en plenitud su oscuridad.Rolando Gabrielli