Ojo con el 11,
uno más uno no es 11,
el número se repite y
la muerte
es un relámpago mortal,
arde la historia de Chile en un instante,
todos entramos al corredor de la muerte,
como reses al matadero,
marcados, somos el ganado de Chile,
tragando saliva en camiones.
madres, padres, hijos,
a los estadios de la muerte,
por el desierto, regimientos,
aldeas, islas, paredones,
minas abandonadas, fosas comunes,
campos de concentración.
El territorio nacional,
es un cuerpo inanimado,
paralizado, martirizado.
Chile no se deja morir,
la muerte ciega
solo se ve así misma,
mortalmente uniformada,
banalmente repetitiva,
con sus botas y trajes de fatiga,
culateando el lomo de la República,
pariendo más muerte con otras muertes,
degollando, asesinando la República ensangrentada.
Muerte fértil,
en la región antártica famosa,
recibe los votos del dulce Chile,
que por tus aras juró
que la tumba será de los libres.
Rolando Gabrielli©2016