es rojo,
como las cerezas
del pequeño verano,
que tuvimos.
Periodista, escritor y poeta chileno en Panamá
La
Flaca comienza la mañana con un café,
restregándose aún los ojos al despertar
mira el día de reojo, todo está silencioso,
me gusta verla, imaginar su andar
tan leve como el sol que cae vertical,
detrás de la
montaña donde sueña
un
día más, dice, sin hablar.
Pasa una nube, casual, impersonal,
viaja
en un cielo limpio, simple,
como
un cuaderno escolar.
Su
día se va abriendo imperceptible,
distraída, La Flaca, volátil, fugaz,
desgrana su sonrisa, sin hablar,
la
mañana es más libre, inasible,
sublime, gaseosa,
irreal.
Se evapora, La
Flaca, la mañana,
el día en un café,
todo vuelve a su lugar.
Rolando Gabrielli 2021
es tan simple
y sabia,
que nunca escribirá
su último poema.
Estamos hechos de palabras.
Rolando Gabrielli 2021
Es desafiante y hasta entretenido escribir en un lugar donde la poesía carece de toda importancia y no conecta con ninguna de las posibles realidades. La poesía naufraga en el escenario distópico que vivimos, pero desde hace mucho ha sido un género de curiosidad humana, aunque algunos insisten en a esto y lo otro le hace falta poesía o debiera llevar ese toque de encantamiento que convierte a la palabra, un objeto y la realidad en algo poético. ¿La poesía es un plus contra el aburrimiento, esa visión monótona de la vida y las cosas? Lo cierto es que la poesía orillea la realidad, habita en sus márgenes, sapea detrás de una ventana el paisaje que construye el hombre en cada época y toma nota.
Es muy cierto lo que dice Mallarmé, una tirada de dados
no suprimirá el azar, aunque un poema le salvó la vida a Mandela además de la
fortaleza de su condición humana, su
alma inconquistable, él, Madiba, el más invicto de los invictos. Mandela
recibió las puñaladas del azar, pero supo declararse amo de su destino, capitán
de su alma. La palabra fue el madero que le salvó del naufragio en que lo
condenó a 27 años el apartheid sudafricano. El poema debe aceptar y asumir ese
reto en cada persona que lo recibe y lee y vuelve a recrear. Por ahí digo que
no lo considero un mantra, pero a Mandela le resultó, superó la esclavitud del
hombre por el hombre y dejó su sonrisa en la celda de 2.1 metros cuadrados,
allá en Robben Island.
La poesía no es
tonta, sabe cual es su situación, sobrevive a la intemperie, apela en una
palabra a las palabras, a la belleza, a los cinco sentidos del lector, a la
marcha siempre infinita de una época que deja algunas señales y huellas, porque
ese es también el metier del poema.
¿Los poetas tienen velas en el entierro de la poesía?
Una pregunta de paso por la pasarela de la palabra. Quizás algunos que trabajan
el lugar común, repiten lo ya escrito y de una mala manera, tal vez, pero, me
parece que el género goza de buena salud,
existe un menú amplio, variado, vital, siempre retador del establecimiento de la palabra, audaz, que
no se conforma asistir como convidado(a) de piedra a una mesa ya servida.
Las
luciérnagas cuentan con luz propia
y así se
reproducen en la oscuridad.
Por años
han iluminado mi imaginación
y he podido
ver el limpio curso de mis sueños.
Ya no las
veo alrededor de mi casa,
la luz
artificial del parque ilumina la noche artificial
y no se
pueden aparear.
Pero esto no solo ocurre a unos metros de mis ojos,
sino en las
lejanas islas Terranova,
donde
habitan las hembras de la especie azul,
en los
Apalaches , y ya no pueden volar, ni
migrar.
El hombre pareciera que se ha
perdido
en la luz de su oscuridad.
Rolando Gabrielli 2021
cierras el año viejo camarada
con falsas monedas de cambio,
pasas página, eres tu última jugada,
la hoja que renace con el verano
en esta parte del mundo, y al otro lado,
nieves invernales, la estación blanca
que detiene el paisaje en una silenciosa postal .
Si todo llegara a su fin, podría ser,
lo anuncian y vuelven a anunciar
los discípulos agoreros de siempre,
las golondrinas no volverían a hacer verano.
Pero nuestra historia, diciembre,
es abrir una nueva página para reiniciar
una nueva hoja del calendario
y le seguiremos llamando enero.
Rolando Gabrielli 2021