¿Qué se
hizo la palabra,
dónde
fueron las sílabas
y las
consonantes,
castigadas,
avergonzadas,
quizás, por
su retórica banal?,
sino a parir nuevos verbos,
pastar en
tierras fértiles,
bestias de
cantos sensuales,
viudas,
navegantes solitarias.
¿Qué fue de
la realidad,
cuando la
sangre rompió el silencio?
Ah, qué
vagas preguntas,
de pocas
convicciones,
para un
siglo en que el mercado
juega a la
ruleta rusa
con la
incertidumbre.
Rolando Gabrielli2025