Aquellos que niegan la libertad a otros no la merecen para sì mismos.
Abraham Lincoln
El periodismo de la segunda dècada del siglo XXI sigue tocando al son del saxofòn y los ecos de la gran orquesta que dirige el hacker anarquista australiano Julian Assange, quien por ingresar a la cocina del Pentàgono y de la diplomacia norteamericana, afronta un proceso de extradiciòn aprobado por la justicia britànica y que tiene como telòn de fondo la acusaciòn de dos mujeres de supuesta agresiòn sexual y violaciòn. Las acusaciones contra Assange, no vienen de sus revelaciones de miles de documentos sobre los conflictos de Irak, Afganistán y del variado menù de la diplomacia y òptica de Washington sobre la marcha de los paìses y del mundo, cuya caja de Pandora abriò el editor y fundador de Wikileaks, sino dos voluntarias de esa organizaciòn en Suecia, que tras tener sexo en dos ocasiones en una misma semana con el lìder de la organizaciòn, lo demandan por lo que algunos podrìan considerar un tecnisismo para clasificar un mismo acto, ùnico e indivisible. Las antiguas voluntarias, llamadas para efectos legales como Miss A y Miss B, denominaciones dentro del proceso absolutamente kafkiano, son la cubano-sueca Anna Ardin de 35 años y la sueca Sofìa Wilen de 26 años, segùn datos divulgados por diversas fuentes en Internet. En la fotografìa que ilustra esta nota, Wilen, de gafas, està a un clic de Assange, sonriente con sus labios voluptuosos. A y B, despuès de realizar sexo consentido, le acusan de no usar protecciòn, destruir deliberadamente el condòn y de "sex by surprise”, (sexo por sorpresa) un delito al parecer tipificado sólo en la ley sueca. En esta verdadera trama de revista de corazón, una de las mujeres reclama que fue penetrada sin condòn mientras dormìa. Entre las pruebas adjuntadas por la justicia sueca, està el condòn dañado, que aportò una de las Miss. El telòn de fondo para los analistas no son las acusaciones de A y B, sino una posible extradiciòn por parte de Estados Unidos, por la divulgaciòn de los documentos secretos.
Las voluntarias que hicieron sexo consentido, a la sueca, segùn fuentes divulgadas por Internet, tenìan como objetivo atrapar en su Red al elusivo, inefable, sorprendente y sorprendido hacker, que desnudò la diplomacia norteamericana al divulgar 300 millones de palabras secretas, confidenciales y muchas de una exquisita chismografìa en off the record, que atravesaron los cuatro puntos cardinales a travès de cinco diarios estrellas escogidos por Julian Assange. Los directores beneficiados con un banquete de 300 millones de palabras, se reunieron en España previo al juicio en Londres de Assange, no para solidarizarse con su benefactor, sino para debatir sobre el "futuro" del periodismo y de la influencia de wikileaks. Los jefes de la ùltima palabra del The New York Times, Bill Keller, The Guardian, Alan Rusbridger, el semanario Der Spiegel, Georg Mascolo, Le Monde, Sylvie Kauffman y EL PAÍS, Javier Moreno, enfrentaron esta nueva realidad del periodismo global, enfrentado a las nuevas tecnologìas y al fantasma real de la credibilidad, en mi opiniòn. Los Blogs, esa aguja en el pajar de la informaciòn surgida hace poco màs de un quinquenio, fue la primera piedra masiva y organizada que lanzò la Red al ciberespacio y mundo de la informaciòn, porque los diarios habìan perdido credibilidad y mentìan deliberada y diariamente. Un simple y rudimentario celular podìa ser una herramienta instantànea para recabar imagen e informaciòn veraz que la pàgina de un Blog pondrìa a circular por el mundo. Habìa nacido un periodismo forzado poralas circunstancia, por el monopolio de la verdad y el ocultamiento de hechos e informaciòn que la sociedad reclamaba conocer tal y como ocurrieron. No habìa inocencia ni olvido de parte de la "Gran Prensa", sino manipulaciòn. En su època The New York Time, con su olfato conocido, advirtiò esa llamada de atenciòn y se disculpò, porque un periodismo mentiroso en cualquier envase no es presentable. Sin embargo, los directores , segùn el diario El Paìs, "coincidieron en que sería grave que las autoridades norteamericanas persiguieran al fundador de Wikileaks por difundir secretos oficiales. "Sería ridículo que se le encause ahora. ¿Cómo podría hacer eso ahora Estados Unidos con lo que está pasando en el mundo?"
La historia en sus iniicios fue diferente para algunos medios beneficiados con los papeles. The New York Times y The Guardian, recuerda una nota de Pàgina 12, después de que ambos diarios publicaran sendos perfiles de Assange que lo dejan en ridículo, lo describieron como un neurótico autoritario con delirios de persecución, un fugitivo con las horas contadas. Se trata - enfatiza el rotativo argentino- de los mismos diarios que se cansaron de publicar tapas con las primicias de Wikileaks. Yo no lo veo tan terminado. Lo veo a full, yendo y viniendo, agrega Santiago O’Donnell, en su nota intitulada Julian y que corresponde aun entrevista con el hacker australiano.
La Directora de Le Monde, Sylvie Kauffmann dijo ante sus pares en España, dijo que Assange habìa acertado en entregar los papeles secretos del Departamento de Estado a los cinco medios tradicionales màs influyentes al parecer del habla inglesa, alemana, francesa y española. En el Gran Debate de la prensa tradicional, de acuerdo con Joseba Eola del diario El Paìs, una gran conclusiòn es que "la transparencia no puede ser total. Los medios deben intervenir a la hora de seleccionar què debe ser publicado." Un filtro que suena a la trompeta del silencio.
Lo cierto es que a estos Grandes Medios les cayò de pronto el manà del cielo, los frutos de la filtraciòn màs grande quizàs de la historia de la diplomacia norteamericana y volvieron a ponerse en sintonìa, a su manera, con los millones de internautas del mundo difundiendo estas revelaciones. El mèrito, ni siquiera debièramos decirlo, es de la (s) fuentes secretas de Wikileaks y de Assange, su editor principal. El periodismo se estremeciò, a mi parecer, como los gobiernos y la opiniòn pùblica mundial. No sè si ha cambiado o no, como algunos rechazan de plano que esta plataforma viajera de Internet llamada Wikileaks no ha inventado una nueva era en el campo de la informaciòn periodìstica. A estas alturas, estas afirmaciones de los "gurù de la Gran Prensa", me parecen insustanciales, y el eufemismo de que si ha contribuido a "nuestro esfuerzo por conseguir una mayor transparencia", no habla muy bien de lo que hacìan antes del CableGate.
(Al cumplir en un par de meses 40 años de ejercicio del Periodismo, me permito concluir, que la esencia de este oficio es de servicio a al comunidad a travès de la verdad y la transparencia. La tècnica puede ser un magnífico juego de lo instantàneo, simultàneo, con imàgenes sorprendentes, pero todo no deja de ser màs que un buen truco de de la supertecnologìa, si no decimos, contamos la verdad en un lenguaje de objetividad, anàlisis, con responsabilidad y sin subterfugios de ninguna naturaleza. El periodismo de titiriteros, debiera ser cosa del pasado. El Cablegate, ciertamente no ha cambiado el Periodismo, ello serìa un milagro, y los simples mortales deloficio creemos en los proecsos. Es un terremoto sin duda para el mundo intocable de la credibilidad, asì le fue a Al Capone, hasta que se derrumbò su imperio. La noticia està en lo que andie dice, ahì se cuela la informaciòn como un halcòn que no reconoce dueño. este es tan solo un aviso que el Periodismo debe cambiar y no es una sugerencia, sino màs bien una advertencia de los nuevos tiempos. El èxito de un periodista es su credibilidad, para logarla debe tener ètica, conocimientos, cultura, ser analìtico, independiente.)
¿El periodista nace o se hace? Què vieja lùcida pregunta de mi profesor Mario Planet, en los primeros dìas de la Escuela de Periodismo. La farmacopea periodìstica es tan perjudicial como cualquier producto que no sea natural y fluya en un sentido social, sin segundas o terceras intenciones.